Los cuatro grandes inventos de la China actual
Los chinos han visto grandes cambios en su vida a medida que se ha ido modernizando el país
Cuando termines tus estudios en China y estés listo para regresar a tu país, ¿cuáles son los productos ‘hechos en China’ que más te gustaría llevar contigo?”. Una encuesta reciente realizada por la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing arrojó un resultado inesperado entre estudiantes extranjeros de diversas nacionalidades, de los cuales muchos aseguraron que les gustaría llevarse a casa los cuatro grandes inventos de la China actual.
Como todos saben, la imprenta con tipos móviles, la pólvora, la brújula y el papel son los cuatro grandes inventos de la China antigua, los cuales, a través de la Ruta de la Seda, fueron introducidos primero a la región árabe del Medio Oriente y más tarde a Occidente. No obstante, a pesar de no ser realmente chinos, los cuatro inventos que a los estudiantes extranjeros les gustaría llevar de vuelta a casa son los trenes de alta velocidad, los pagos con teléfonos móviles, las bicicletas compartidas y las compras por Internet.
¿Por qué son nuevos?
Para los franceses, los trenes de alta velocidad no son ninguna novedad, dado que fue precisamente en Francia donde nacieron. A comienzos de la década de 1990 se publicaron muchos reportajes con relación a las enconadas competencias que se desataron por la conquista del mercado ferroviario de alta velocidad de China entre la compañía francesa TGV, la alemana ICE y la japonesa Shinkansen. Los chinos pretendían adquirir la tecnología de Francia, pero la petición fue rechazada por la compañía Alstom. El fracaso de dicha negociación, sin embargo, dio pie para que China emprendiera su propio I+D tecnológico.
Fue así que diez años después entró en funcionamiento el tren de alta velocidad completamente “hecho en China”. Hoy en día, la red ferroviaria de alta velocidad del país asiático abarca 22.000 km, lo que equivale al 65 % de las líneas de alta velocidad a nivel mundial. Muchos extranjeros han quedado maravillados con los trenes chinos, en especial por su (1) rapidez: es posible cubrir la distancia de 1318 km entre Beijing y Shanghai en tan solo cuatro horas y 48 minutos; (2) estabilidad: un estudiante estadounidense intentó erguir una moneda pegada al vidrio del tren después del arranque y la moneda permaneció así durante más de 10 minutos; (3) economía: un boleto de segunda clase de Beijing a Shanghai cuesta 553 yuanes, lo que equivale a 73 euros; (4) comodidad: desde hace muchos años los trenes de alta velocidad chinos han estado equipados con asientos que permiten que los pasajeros siempre estén sentados encarando la misma dirección en la que va el tren. En comparación, solo hasta este año los trenes en Francia fueron dotados con instalaciones simi-