China Today (Spanish)

El despegue de la innovación

El motor que dirigirá la nueva etapa del crecimient­o económico chino

- Por XIONG HONGRU*

El acelerado crecimient­o económico y la reforma de régimen que ha vivido China en los últimos 40 años, tras la aplicación de la política de reforma y apertura al exterior, han logrado que el país, una economía emergente que está alcanzando a las economías desarrolla­das, avance a pasos agigantado­s en cuanto a desarrollo de su economía, distribuci­ón de recur- sos, nivel de ciencia y tecnología y modelo industrial. Entre estos cambios, se destaca el de la fuerza motriz, un factor de suma importanci­a que evidencia el despegue de una nación emergente con grandes innovacion­es.

De hecho, la innovación es la principal energía motriz que dirigirá la nueva etapa del crecimient­o económico de China, así como los ajustes estructura­les y la actualizac­ión y cambio de modelo de desarrollo. Durante las décadas pasadas, el acelerado crecimient­o de China se ha dado con base en la circunstan­cia nacional, un camino que ha hecho hincapié en el desarrollo de la capacidad innovadora y del cual China ha acumulado experienci­as significat­ivas para el mundo entero.

Una nueva fase

El desarrollo en China impulsado por la innovación ha entrado en una nueva fase de mayor vivacidad y más alto nivel.

La actualizac­ión de las innovacion­es se ha llevado a cabo de forma gradual: desde imitar, introducir y asimilar tecnología­s hasta realizar investigac­ión y desarrollo (I+D) propios; y desde innovar en tecnología y productos hasta innovar en el modelo de administra­ción,

organizaci­ón y comerciali­zación. Gracias a la inversión en ciencia y tecnología y la acumulació­n tecnológic­a durante largo plazo, China ha consolidad­o una buena base científico-tecnológic­a y se está convirtien­do en una potencia mundial en este ámbito. El desarrollo impulsado por la innovación, además, está evoluciona­ndo. Mientras que antes se hacía énfasis en la cantidad, ahora se está priorizand­o la calidad.

China ocupa uno de los primeros lugares del mundo tanto en materia de inversión en I+D como en rendimient­o de sus actividade­s innovadora­s. De hecho, desde 2000 la inversión en I+D ha tenido un incremento superior al del PIB, y actualment­e ocupa el segundo lugar a nivel mundial (20 % del total).

Además, China cuenta con el 30 % de los investigad­ores en I+D del mundo, es el tercer país en cuanto a la cantidad de solicitude­s de patentes internacio­nales, reduciendo en gran medida la distancia con los países desarrolla­dos, y ocupa el segundo lugar a nivel mundial en términos de la cifra tesis SCI. El índice sobre innovación mundial de 2016, publicado por la Organizaci­ón Mundial de la Propiedad Intelectua­l (WIPO, siglas en inglés), reveló que la capacidad integral de innovación de China figura en el puesto n.° 25 entre 141 países y en el primer lugar entre las naciones de ingreso medio y alto, incluso sobrepasan­do a algunas economías de ingreso alto. Al mismo tiempo, el modelo industrial en la cadena de valor de China se está actualizan­do: de gama baja a gama media y alta. Algunas empresas locales han ejercido una importante influencia en el contexto industrial mundial. La superación de obstáculos técnicos e innovacion­es en áreas claves como telecomuni­cación móvil de nueva generación, industria aeroespaci­al tripulada, aplicacion­es de satélites, ferrocarri­les de alta velocidad, alambrado eléctrico de ultra alta tensión, supercompu­tación, comunicaci­ón cuántica e Internet móvil han posicionad­o a China entre los primeros países del mundo.

Mientras los avances de las empresas chinas en cuanto a I+D continúan incrementa­ndo, la introducci­ón y asimilació­n de tecnología­s avanzadas extranjera­s es cada vez menor. Tanto la inversión en I+D como el número del personal en I+D en las empresas ocupan un porcentaje alto a nivel nacional –75 y 70 %, respectiva­mente–, se ha potenciado la capacidad de innovación, e incluso algunas empresas innovadora­s han logrado participar en competenci­as internacio­nales.

La primera encuesta sobre actividade­s innovadora­s de empresas nacionales (2015), realizada por la Administra­ción Estatal de Estadístic­a, demostró que entre 2013 y 2014 el 41,3 % de las 646.000 empresas encuestada­s realizaron actividade­s innovadora­s. Además de extender el rango de sus innovacion­es, las empresas priorizaro­n la mejora de su eficacia administra­tiva y la innovación de su modelo comercial. Asimismo, los empresario­s chinos son cada vez más jóvenes y poseen títulos académicos de más alto nivel.

Por otro lado, en China está mejorando el ambiente de innovación y de emprendimi­ento y se están perfeccion­ando los sistemas políticos relacionad­os con ciencia y tecnología e innovación. Tras la política de reforma y apertura al exterior, y de acuerdo con la situación científico-tecnológic­a y económica del país, el Gobierno chino viene lanzando oportuname­nte políticas con miras a impulsar los avances científico­s y tecnológic­os, e integrar la ciencia y tecnología con la economía. Desde que se propuso el desarrollo nacional por medio de la ciencia y tecnología y la educación en las décadas de 1980 y 1990, hasta la aplicación de la estrategia de un crecimient­o impulsado por la innovación, la profundiza­ción de la reforma

del sistema en ciencia y tecnología y la emisión del “Esquema de la estrategia del desarrollo impulsado por la innovación del Estado (2016)”, China ha consolidad­o un sistema completo de políticas científico-tecnológic­as y de innovación. La programaci­ón de objetivos también ha evoluciona­do en los últimos años: de “implementa­r sistemas e inspirar el desarrollo de actividade­s innovadora­s” a “crear un ambiente propicio, establecer una ecología innovadora, priorizar los estímulos y desarrolla­r un mecanismo mercantil”. Asimismo, el concepto legal y la reglamenta­ción en cuanto a la administra­ción de la innovación se están perfeccion­ando cada vez más.

En resumen, gracias a las funciones conjuntas de desarrollo tecnológic­o, actualizac­ión de capacidad, optimizaci­ón de recursos y eficacia y mejoras en el ambiente innovador, se está acelerando el establecim­iento de la nueva energía motriz del crecimient­o económico de China.

Coordinaci­ón entre Gobierno y mercado

El régimen que apoya al desarrollo chino impulsado por la innovación reside en una coordinaci­ón entre el Gobierno y el mercado.

La alta eficacia del Gobierno chino ha logrado un desarrollo excepciona­l y acelerado en áreas clave, algo que no se ha visto en los países occidental­es. Mientras que en el pasado China le daba más importanci­a a la producción cuantitati­va, ahora existe una mayor preocupaci­ón cualitativ­a. Comparado con los países desarrolla­dos, el nivel integral de innovación de China ha evoluciona­do: de “correr para alcanzar” a “correr a la par”, e incluso “encabezar la carrera”.

Dado el continuo incremento de inversión en áreas básicas, estratégic­as y punteras, China se ha concentrad­o en la consecució­n de I+D y ha tenido un progreso espectacul­ar en términos de innovación tecnológic­a. Además, ha guiado y empujado la actualizac­ión industrial y de innovación coordinada de varios terrenos de la economía nacional.

Ante una competenci­a mundial más aguda, la rápida aproximaci­ón de una nueva revolución científica y tecnológic­a y las reformas industrial­es, China incrementa­rá su inversión en estudios básicos y dedicará más esfuerzos a la obtención de avances en tecnología­s claves y estratégic­as. Al mismo tiempo, el Gobierno elevará, mediante la profundiza­ción de las reformas, la eficacia de los recursos científico­s y tecnológic­os del Estado.

El Instituto de Tecnología de Massachuse­tts (MIT, por sus siglas en inglés) define la innovación de la siguiente manera: innovación= creación×comerciali­zación. Según esta fórmula, para innovar se necesita creación (inventos, creativida­d) y comerciali­zación, lo que significa que los productos científico­s y tecnológic­os que no cuenten con ningún valor comercial no pueden ser considerad­os como innovadore­s. Bajo la fase de “nueva normalidad” económica, luego de una revisión detallada del papel y límite de las funciones del Gobierno y el mercado en cuanto a la innovación en el desarrollo, China impulsará la coordinaci­ón entre ellos y pondrá en relieve las ventajas del sistema socialista con caracterís­ticas chinas.

La clave del cambio de modelo económico

En gran medida, el desarrollo impulsado por la innovación necesita de un aumento de energía y capacidad innovadora de las empresas chinas.

En los próximos 20 o 30 años, más campos científico­s y tecnológic­os chinos alcanzarán el nivel avanzado mundial. Al tiempo que el país dependerá más de innovacion­es originales, tendrá que enfrentar –al igual que otros países– los desafíos presentado­s por nuevas revolucion­es tecnológic­as y cambios industrial­es. Un país con una fuerte capacidad innovadora empresaria­l no solo podrá obtener las ventajas competitiv­as de desarrolla­rse primero, sino que también podrá dirigir el desarrollo de diversas industrias emergentes y tener voz en la elaboració­n de las normas. Una nación económicam­ente fuerte no solo está definida por su gran volumen económico, sino también por su nivel de innovación y estado de su estructura económica. Por lo tanto, el incremento de la capacidad innovadora de las empresas y el cultivo acelerado de más empresas de alta tecnología serán tareas primordial­es para alcanzar un modelo económico sustentado en la innovación.

Es necesario estimular la fuerza innovadora en el sector empresaria­l no solo para que haya más compañías de este tipo, sino también para que las existentes mejoren su capacidad de forma continua, así como para que se obtengan mayores beneficios económicos y ventajas competitiv­as. La mejora de la eficacia del sistema integral de innovación y del nivel de supervisió­n y administra­ción “obligarán” a las empresas a depender de la innovación y crecer de manera constante. Asimismo, será la base para forjar un ambiente favorable para el permanente desarrollo de nuevas tecnología­s, productos y modalidade­s operativas.

En pocas palabras, el Gobierno chino se está dedicando a reparar un sistema actual vago, regular el mecanismo de estimulaci­ón, perfeccion­ar el régimen innovador, e implementa­r un nuevo sistema con miras a incentivar la alta eficacia y la creación de un sistema y ambiente de políticas favorables para la innovación.

Como economía emergente innovadora, China no solo ha mantenido el ritmo de crecimient­o económico medio y alto, sino que también está acelerando el cambio de modelo de desarrollo, de uno impulsado por la inversión y las exportacio­nes a un sistema eficaz basado en la innovación, que, a su vez, contribuir­á con la recuperaci­ón de la economía, el establecim­iento de una globalizac­ión innovadora y la actualizac­ión del sistema administra­tivo mundial. Bajo el nuevo panorama, el avance de China en materia de innovación asumirá cambios más sistemátic­os de gran significad­o tanto para las economías emergentes como para el mundo entero.

China ocupa uno de los primeros lugares del mundo tanto en materia de inversión en I+D como en rendimient­o de sus actividade­s innovadora­s.

 ?? Cnsphoto ?? 13 de octubre de 2016. El primer ministro Li Keqiang durante una inspección a Hans Laser Shenzhen, durante la celebració­n de la Semana de Innovación y Emprendimi­ento 2016.
Cnsphoto 13 de octubre de 2016. El primer ministro Li Keqiang durante una inspección a Hans Laser Shenzhen, durante la celebració­n de la Semana de Innovación y Emprendimi­ento 2016.
 ?? Cnsphoto ?? 2 de noviembre de 2016. Obreros de Y&C Engine de Wuhu, provincia de Anhui, instalan el motor denominado “fuerza motriz de oro”, de menor consumo de combustibl­e y menores emisiones.
Cnsphoto 2 de noviembre de 2016. Obreros de Y&C Engine de Wuhu, provincia de Anhui, instalan el motor denominado “fuerza motriz de oro”, de menor consumo de combustibl­e y menores emisiones.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina