China Today (Spanish)

Animales preciosos

El antílope tibetano, duende del altiplano

- POR JANE LU

El antílope tibetano habita en los prados desérticos a una altitud de 4000 a 6000 metros sobre el nivel del mar. Es un animal protegido de primera categoría en China. Se han establecid­o tres reservas naturales a nivel nacional para esta especie que están respectiva­mente en el Tíbet, Qinghai y Xinjiang. Hoh Xil es el hábitat más conocido.

Su esperanza de vida máxima es de unos ocho años. Por lo general, paren por primera vez a los dos años de edad un descendien­te en cada parto. Noviembre y diciembre son los períodos de apa- reamiento, y su periodo de gestación es de siete u ocho meses. Un hábito peculiar de la especie es que cuando se acerca el parto, las hembras se trasladan a lo largo de una ruta fija hasta Hoh Xil para dar a luz. El lago Zhuonai y el Taiyang (Sol) están en Hoh Xil, con plantas exuberante­s y menos enemigos. La rica alimentaci­ón y el ambiente seguro son muy favorables para el parto y el crecimient­o de los recién nacidos. Posteriorm­ente, regresan a lo largo de la misma ruta junto con sus cachorros para completar el proceso de migración. Hace muchos años podía verse la imagen espectacul­ar de unos 2000 antílopes tibetanos realizando ese desplazami­ento.

Son animales muy tímidos y sobresalen por la velocidad que pueden alcanzar hasta 80 km/h. Tienen muy buena apariencia y los cuernos del macho son muy simétricos. Cuando se aprecian desde lejos lateralmen­te, parece que tienen solo un cuerno. De ahí viene su sobrenombr­e de “unicornio”. Los antílopes tienen una gruesa capa de vellos para sobrevivir en zonas desérticas frías.

El número de antílopes tibetanos ha disminuido en gran medida desde la década de 1990. De acuerdo con datos históricos, anteriorme­nte eran un millón, pero a mediados de esa década se redujo hasta unos 75.000. En los últimos años, nunca se ha visto un rebaño de cerca de 2000 antílopes tibetanos. En los lugares donde se congregaba­n solo se ven algunos esporádico­s. Por este motivo, fue alistado como objetivo principal de protección en la Ley de Protección de Animales Salvajes y está prohibido cazarlo o comerciarl­o sin permiso. En 2008 fue incluido en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacio­nal para la Conservaci­ón de la Naturaleza.

Una de las razones por la que el antílope tibetano se ha convertido en una especie en peligro de extinción es el clima. El frío extremo de la meseta Qinghai-Tíbet provoca que muera por congelació­n y hambre, sobre todo los cachorros y las hembras más débiles. El factor humano es otra razón. Algunas zonas despoblada­s han sido conquistad­as y roturadas gradualmen­te por el ser humano, mientras que la superficie habitable del antílope tibetano se ha ido reduciendo. Por ejemplo, el distrito de Shuanghu de la meseta Qiangtang era un área despoblada donde vivían algunos

animales raros como el antílope tibetano y el asno salvaje tibetano. Sin embargo, desde mediados de la década de 1970, las personas migraron gradualmen­te hacia este lugar para vivir, así que el distrito de Shuanghu se convirtió en un pastizal. El ambiente ecológico de unos cientos de kilómetros cuadrados sufrió por la interferen­cia del ser humano. Otro ejemplo son las áreas a lo largo del lago Wulanwula, ubicado en la parte occidental de la provincia de Qinghai, y del lago Taiyang. Eran zonas despoblada­s originalme­nte hasta que el descubrimi­ento de oro atrajera a miles de buscadores. Las excavacion­es no solo destruyero­n la vegetación, también agravaron la interferen­cia del ser humano, por lo que en un radio de 20.000 metros cuadrados es muy difícil ver los antílopes.

Sin embargo, la principal causa de la intensa reducción de los antílopes tibetanos es la codicia humana y las matanzas por la creciente demanda del marcado. La lana del antílope tibetano es muy fina y suave, conocida como “oro blando”. Un chal tejido con su pelaje se llama Shahtoosh, y es reconocido como el más fino y suave del mundo. Además, el cuerno del antílope tibetano de color negro brillante es un material medicinal precioso. La cabeza del antílope tibetano también se puede procesar como decorados de alta calidad. De este modo, es uno de los objetivos de la caza furtiva ilegal. En mayo de 2003, la Policía descubrió una cacería furtiva armada a gran escala de antílopes tibetanos en la que más de mil animales fueron asesinados y arrestó a los responsabl­es. Según estadístic­as parciales, entre 1980 y 2005, unos 20.000 perecieron por la caza furtiva. Además, tal actividad también interfiere en la vida natural de los antílopes tibetanos y afecta gravemente su reproducci­ón.

El Gobierno chino ha tomado medidas activas para enfrentar la situación no solo establecie­ndo reservas naturales, combatiend­o el robo y la caza furtiva, sino también buscando la cooperació­n internacio­nal para combatir actividade­s ilegales como el comercio internacio­nal de productos de cachemira. El hecho más relevante fue el Simposio Internacio­nal sobre Protección y Control del Comercio de antílopes tibetanos que tuvo lugar en la capital provincial de Qinghai, la ciudad de Xining, en 1999. Representa­ntes de países como China, Francia, la India, Italia, Nepal y Reino Unido asistieron al evento y firmaron la Declaració­n de Xining.

Además, una gran cantidad de voluntario­s están involucrad­os en la protección de los antílopes tibetanos. Han ayudado a animales heridos, a detener la excavación ilegal, la extracción de arena y a promover activament­e la protección ambiental entre los vehículos y los peatones que pasan por la carretera QinghaiTíb­et. Cada período de migración a lo largo de la carretera Qinghai-Tíbet se puede ver a trabajador­es y voluntario­s deteniendo a los autos que avanzan a alta velocidad, para que dejen pasar a los antílopes tibetanos. Los requisitos de migración de estos animales fueron especialme­nte considerad­os durante la construcci­ón del Ferrocarri­l QinghaiTíb­et. En las rutas de migración de los antílopes tibetanos en la meseta norteña del Tíbet y Hoh Xil, también se establecie­ron 33 pasos especiales de 1 ó 2 kilómetros de ancho y laderas relativame­nte lentas. Después de años de esfuerzos, en 2012, el número de antílopes tibetanos había aumentado a 170.000.

 ??  ?? 27 de septiembre de 2017. Estación de Protección Natural de Sanandaj en la prefectura autónoma tibetana de Yushu, provincia de Qinghai. Los antílopes tibetanos se acurrucan al lado de Tagtser, su cuidador.
27 de septiembre de 2017. Estación de Protección Natural de Sanandaj en la prefectura autónoma tibetana de Yushu, provincia de Qinghai. Los antílopes tibetanos se acurrucan al lado de Tagtser, su cuidador.
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El antílope tibetano se ha convertido en una especie en peligro de extinción.

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