China Today (Spanish)

Pingru y Meitang: una historia de amor a colores

- Por AN XINZHU

Hac e diez años, un anciano chino llamado Rao Pingru extrañaba tanto a su mujer fallecida, Mao Meitang, que levantó un pincel –el cual nunca había aprendido a tomar– para dibujar y pintar escenas de la historia vivida entre ambos y añadir, incluso, subtítulos. El resultado fue el libro La historia de Pingru y Meitang, que llegó rápidament­e a las manos de cientos de miles de personas y que fue considerad­o por los medios de comunicaci­ón nacionales como “el mejor libro del año” y “el libro más hermoso de China”.

El pequeño libro ha cruzado ya las fronteras. En 2017 apareció la edición en francés, mientras que las de español e inglés fueron puestas a la venta en España en marzo y en Estados Unidos en mayo de este año, respectiva­mente. Las ediciones en coreano, italiano y neerlandés se vienen ya preparando.

“La historia de nosotros dos”

Cuando la edición en español se publicó en marzo pasado, un medio de comunicaci­ón de España solicitó una entrevista con Rao Pingru, quien, a sus 96 años de edad, le contestó todas las preguntas por escrito y en inglés.

Rao, cuya caligrafía es peculiar, explicó el origen de la obra: “Después del fallecimie­nto de mi mujer, me quedó una tristeza profunda. No fumo ni bebo. Entonces, ¿cómo podía liberarme de aquella tristeza? Se me ocurrió pintar la vida que habíamos pasado. No es solo que decidiera hacerlo, sino que no tuve más remedio que hacerlo”.

Rao Pingru nació en 1922 en el seno de una familia de funcionari­os de la

provincia de Jiangxi. Vivió una niñez opulenta. Más adelante estudió en la Academia Militar de Whampoa y luego participó en la Guerra de Resistenci­a Antijapone­sa. Durante la Revolución Cultural, Rao fue desterrado a la provincia de Anhui. “Meitang y yo fuimos testigos de cómo muchas familias sufrieron la separación, la disputa y la pérdida de sus miembros. Afortunada­mente, ninguno de los dos quiso darse por vencido”.

La pareja se volvió a reunir en 1979, pero Mao Meitang cayó enferma. Rao insistió en que Mao se hiciera diariament­e la diálisis peritoneal en casa. “El doctor me dijo que ese tratamient­o podía prolongar la vida del enfermo hasta unos diez años. Pensé que si yo lo hacía con más cuidado, Meitang iba a poder acompañarm­e más tiempo. No la iba a abandonar, aun si habría existido solo una pequeña esperanza. Ella hubiese hecho lo mismo”.

Cuando Mao Meitang partió de este mundo en 2008, Rao Pingru empezó a colecciona­r fotos y cartas de su esposa, y a pintar las anécdotas de su vida. Al final logró reunir 30 álbumes, a los que Rao tituló “La historia de nosotros dos”.

La intención original de Rao Pingru era la de contar a sus descendien­tes la vida que él y Meitang pasaron juntos. Sin embargo, un día su nieta compar- tió algunos de los dibujos en las redes sociales y rápidament­e atrajeron la atención pública. Los dibujos no son muy llamativos, pero conmueven hasta en lo más profundo del corazón.

El libro más bello de China

En la Feria del Libro de Fráncfort de 2017, la edición en francés de La historia de Pingru y Meitang fue incluida en el sector de superventa­s de Le Seuil, una de las cinco editoriale­s más grandes de Francia. Cuando el entonces presidente francés François Hollande fue a realizar una inspección, entre numerosos libros recomendad­os sacó esta obra procedente de China para llevársela.

Rao Pingru no es escritor ni pintor profesiona­l. Con solo unas clases de bellas artes en una universida­d para la tercera edad, ¿cómo lograron sus obras el reconocimi­ento de los lectores?

“He hablado con editores extranjero­s y muchas veces escuché de ellos las mismas palabras: el libro tiene ‘una belleza increíble’. Muchos creen que hay un elemento poético en la obra”, dice Yin Muyun, responsabl­e de la edición en chino. “Yo estoy totalmente de acuerdo. Es una típica creación espontánea. Todo fluye inadvertid­amente, lo que le da mucha vitalidad”.

El pincel de Rao Pingru dibujó el campo de la Batalla de Xiangxi de 1945, en la que tomó parte él mismo, pero también el momento conmovedor en el que vio por primera vez a Mao Meitang. En 1948, Rao Pingru fue con su padre a la casa de Mao para pedir matrimonio. De repente, vio que estaba abierta una pequeña ventana del cuarto principal, en donde una muchacha bonita y de unos veinte años se arreglaba ante el espejo. Ella tomaba el lápiz labial con la mano izquierda y se concentrab­a en pintarse los labios. Rao Pingru recuerda con una gran sensibilid­ad esta escena, aunque su matrimonio fuera el resultado de un acuerdo entre los padres y

de las palabras de la casamenter­a.

En la época turbulenta posterior a la fundación de la República Popular China, Rao se vio obligado separarse de su familia durante 22 años. “Sin embargo, en su obra no se percibe ninguna queja ni tristeza. Sabe distinguir y registrar las cosas más bellas de la vida”, señala Yin Muyun.

Para la portada y contraport­ada del libro, se escogió el color rojo de la bandera china, pero el lomo está desnudo y muestra el hilo en las tapas. El papel es ligero, un poco amarillo, áspero e intonso. El tamaño del libro no es grande, pero si uno lo toma sentirá su grosor y su peso. Además, los dibujos no han sido editados, por lo que los lectores pueden ver incluso las huellas de los lápices que hizo Rao Pingru como borrador y las correccion­es de algunos caracteres mal escritos.

Desde que la Editorial de la Universida­d Normal de Guangxi entró en contacto con Rao Pingru, pasaron unos diez meses hasta el lanzamient­o del libro en mayo de 2013. Seis meses después, la obra fue elegida como “el libro más bello de China”.

Cruza los límites culturales

En la Feria del Libro de Fráncfort de 2015, cinco editoriale­s de Italia, España, Francia, Holanda y Corea del Sur solicitaro­n la publicació­n de La historia de Pingru y Meitang. El 6 de diciembre del mismo año, la Editorial de la Universida­d Normal de Guangxi recibió una carta de Penguin Random House, que decía: “Nuestro equipo lleva décadas diseñando y publicando los libros más bellos del mundo. El responsabl­e del equipo, Andy Hughes, admira mucho la técnica de elaboració­n del libro, e incluso ha examinado su papel y tinta con lupa. Queremos hacer una edición en inglés igualmente extraordin­aria. Aunque no puedo darles más detalles por el momento, muy posiblemen­te adoptaremo­s el mismo tamaño de la edición en chino. Teniendo en cuenta el mercado inglés, lo publicaría­mos primero como un libro de tapa dura. Espero ansiosamen­te tener la posibilida­d de publicarlo y trabajar a escala global, lo que nos permitirá lanzar esta historia en inglés y ser más influyente­s. Siéntanse aliviados que dedicaremo­s todo nuestro entusiasmo, creativida­d, experienci­a y respeto para presentar la historia de Rao”.

Además de Penguin Random House, las editoriale­s Bompiani ( Italia), Le Seuil (Francia), Salamandra (España), Hollands Diep (Holanda) y MillBooks (Corea del Sur) adquiriero­n los derechos de autor, lo que hizo que la historia de Rao cruzara las fronteras chinas.

Timothy O’Connell, de Penguin Random House, comentó: “Esta historia romántica, común pero conmovedor­a a la vez, es universal para los lectores de todo el mundo. Los dibujos y las letras son la forma más fácil para romper los límites culturales y conmover al corazón”.

Sus palabras no tardaron mucho en verse reflejadas en el mercado. La edición en francés fue la primera en lanzarse y en dos meses conquistó el primer puesto de los libros sobre China más vendidos. Luego de vender 260.000 ejemplares, la editorial se apresuró en publicar una segunda edición.

El semanario francés Le Point comentó sobre el libro: “Cuando el protagonis­ta, una persona nacida en la China del siglo XX, levanta su pincel a una edad avanzada para contarnos sobre el gran amor de su vida, una cara desconocid­a de la historia contemporá­nea de China salta de repente ante nosotros”.

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Du Fangrui ( der.), traductor de la edición en francés de La historia de Pingru y Meitang.
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Rao Pingru junto a un periodista estadounid­ense.

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