Chengdu, capital de la abundancia
La ciudad de los pandas se caracteriza también por su ambiente relajado y su riqueza gastronómica
Chengdu , situada en la parte central de la llanura homónima en el suroeste de China, es la capital de la provincia de Sichuan, una ciudad con más de 2300 años de historia. Su nombre y ubicación geográfica no han cambiado desde su fundación. Posee ricos recursos naturales y una desarrollada producción agrícola. Desde la antigüedad, se le conoce como la “tierra de la abundancia”. Los primeros billetes del mundo, conocidos como Jiaozi, surgieron en dicha ciudad. Su agradable clima y sus riquezas la convierten en un referente para el descanso y la diversión. Chengdu es como un sofá blando, que involuntariamente nos invita a caer entre sus brazos.
El proyecto de conservación de agua más antiguo
El río Minjiang es el recurso hídrico más importante en la llanura de Chengdu. Como afluente de los tramos superiores del río Yangtsé, fluye hacia el sur por el lado oeste de la llanura, desde la sierra Minshan hasta dicho río. Su estuario es el punto límite entre los cursos medio y superior del Yangtsé. Posee un gran flujo de agua y un caudal rápido. Cada vez que ocurren inundaciones en primavera y verano, el río fluye hacia la llanura de Chengdu, que se convierte en un vasto océano. En la estación seca se queda sin agua. Las inundaciones a largo plazo limitan la producción agrícola local y son el mayor obstáculo para el desarrollo económico.
Ante tales circunstancias, en el año 256 a. C. el gobernador de la prefectura, Li Bing, dirigió durante 8 años
a su pueblo en la construcción del inmortal proyecto de irrigación de Dujiangyan. Desde entonces, los miles de kilómetros de la llanura de Chengdu se convirtieron en una verdadera tierra de la abundancia, donde “los humanos tienen el control del agua y la sequía, y dejaron de pasar hambre”. Lo mejor de Dujiangyan es que ha desempeñado su papel durante más de 2000 años. Es el único proyecto de conservación de agua del mundo antiguo que se mantiene en operación en el mundo.
En el año 2000, debido a su larga historia, gran escala, diseño, gestión científica, integración armoniosa con el medioambiente y aporte científico, el proyecto de conservación de agua de Dujiangyan fue reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Capital del Reino de Shu
Chengdu fue la capital del Reino de Shu establecido por Liu Bei en el año 221. Este período de la historia fue interpretado posteriormente en la famosa novela Romance de los Tres Reinos, una de las cuatro obras clásicas de la literatura china.
El Período de los Tres Reinos surgió tras la caída de la dinastía Han del Este (25-220). Con un gobierno central débil, los príncipes locales compitieron entre sí, formando los reinos de Wei, Shu y Wu. Después de establecer el Reino de Shu en Yunnan, Sichuan, Guizhou y otras regiones del suroeste, Liu Bei desarrolló la agricultura, la artesanía y también estableció el cargo de Jinguan, especializado en la gestión de la industria de la seda, por lo que el brocado de Sichuan, producido en el lugar, se hizo famoso en todo el país.
La riqueza de materiales y la prosperidad de la industria artesanal proporcionaron una buena base para la economía local, lo que mejoró los intercambios de mercancías en la región suroeste, superando a las Planicies Centrales. En una era de guerras frecuentes, la economía social en la región suroccidental no llegó a sufrir grandes daños y el centro de Sichuan alcanzó mayores progresos. Con el paso de los siglos, Chengdu llegó a convertirse en una gran ciudad del mismo nivel que Chang’an (la actual Xi’an) y Luoyang. El billete más antiguo del mundo, el Jiaozi, fue creado en Cheng-
du y estaba relacionado directamente con el elevado desarrollo de la economía mercantil.
El Periodo de los Tres Reinos dejó demasiadas huellas en Chengdu. Sus vestigios todavía se pueden encontrar en calles y callejones. La gente de esa ciudad está dispuesta a contar la historia de su auge y caída. Al caminar por sus calles, se puede sentir la espesa atmósfera de los Tres Reinos, en un puente de piedra o en un antiguo camino.