La vida sosegada de Chengdu
Para la mayoría de los habitantes de Chengdu, la vida natural y tranquila es el objetivo que los urbanitas deben perseguir. En Chengdu es fácil. La ciudad, conocida por su vida cómoda y sosegada, tiene una atmósfera relajada que está impregnada en sus calles, donde se bebe té, se juega mahjong y se escuchan historias.
Muchos de esos lugares de ocio y entretenimiento están abiertos para el disfrute de los turistas. Las casas de té son los sitios tradicionales que mejor reflejan el relajado ritmo de vida de la ciudad. Un sillón de bambú y un juego de té con tres piezas, una bandeja de té, un cuenco de porcelana y cubiertos de porcelana son el reflejo del exquisito sabor antiguo de Chengdu.
Además de beber té, a la gente de Chengdu le encanta comer. Para algunos, el nombre de la ciudad es sinónimo de gastronomía. De hecho, la de Sichuan es una de las cuatro principales cocinas de China, y su fuerte influencia ha penetrado en cada rincón del país. Aunque es famosa por su picante, también ofrece un centenar de platos que no contienen ese sabor. Los aderezos más famosos tienen sabor a pescado, picante, pimienta y salsa de sésamo.
La cocina de estilo Shanghebang, en la zona de Chengdu, se caracteriza por su afinidad, su sabor intenso y relativamente ligero y sus muchos platos tradicionales. Es la cocina más difundida de Sichuan. Entre los platos famosos figuran la col hervida, el tofu salteado en salsa picante, el pollo Kung Pao, la carne en rodajas con arroz crujiente y el cerdo en salsa de ajo. En los últimos años vienen siendo muy apreciados el cangrejo picante de la cocina de Sichuan de estilo Shanghebang y el calamar en escabeche, entre otros mariscos y productos frescos del río. Los tentempiés de Sichuan tienen su base en el estilo Shanghebang, como la gelatina de frijoles, el pudin de tofu, los fideos de Sichuan, las salchichas de Sichuan, el pollo en salsa, el tangyuan de Lai ( bola de masa Lai), el wantán con aceite picante rojo, los ravioles de campana, entre otros. No es una exageración decir que en Chengdu se pueden comer bocadillos distintos cada vez duran- te más de diez días.
En 2010, la Unesco aprobó la inclusión de Chengdu en la red de ciudades creativas y le otorgó el título de “Capital de la gastronomía”.