China Today (Spanish)

Animales preciosos Corredores de la meseta

Los asnos salvajes tibetanos son los mamíferos equinos más grandes de su especie

- Por JIANG FUMEI*

Los asnos salvajes tibetanos, ampliament­e distribuid­os en la meseta Qinghai- Tíbet de China, figuran como animales de bajo nivel de riesgo en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN 2012, y como animales protegidos de primera clase en la Convención sobre Comercio Internacio­nal de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre ( CITES). En 1988 fueron incluidos en el primer grupo de animales salvajes bajo protección nacional priorizada de primer nivel por el Gobierno chino.

Caracterís­ticas y distribuci­ón

El asno salvaje tibetano es el mamífero equino más grande de su especie. Su forma es similar a la del asno salvaje de Mongolia, con cabeza corta, orejas largas que pueden girar flexibleme­nte y hocico redondo de color negro. Su cuerpo y cascos son mucho más grandes que los del asno doméstico, con una altura promedio de 140 cm desde los hombros. Su cuerpo mide más de dos metros de largo y pesa de 300 a 400 kg. Por su fuerza y agilidad, la gente local lo llama “caballo salvaje”. También es conocido como “caballo salvaje con bordes negros” porque tiene el pelo oscuro desde las orejas y el lomo hasta el extremo de la cola, lo que forma una línea ancha de color marrón oscuro.

El burro tibetano es ágil para correr y tiene oído agudo, buen olfato y visión. Si alguien se acerca o está dispuesto a atacar, él mira primero en silencio y luego se echa a correr. Cuando la carretera se extendió hasta la meseta Qinghai-Tíbet, este animal comenzó a desarrolla­r el hábito especial de correr

junto a los autos. Puede seguir un automóvil que corre a una velocidad de 60 km/h durante decenas de minutos. Al alcanzarlo, sigue corriendo delante y no para hasta que esté a una distancia para volver a correr. Pero este hábito especial es lo que facilita que los cazadores furtivos lo maten.

Vive en las regiones frías y desérticas comiendo cogón, musgo y artemisia. Se distribuye principalm­ente en la meseta Qinghai- Tíbet a una altitud de 4000 a 7000 metros en Yushu, Guoluo, Haibei y Haixi (en Qinghai), Akesai, Sunan, Nanbei y Maqu ( en Gansu) y las montañas Altun (en Xinjiang). Habita en el norte del Tíbet y el oeste de Sichuan. Para obtener comida y agua, suele moverse a distancias cortas según el cambio de estación. En verano vive en las montañas a más de 5000 metros de altitud y en invierno se dirige a sitios de menor altitud.

Hábitos y reproducci­ón

Por lo general, los burros viven en grupos que varían de entre 5 y 8 hasta 20 o 30. Encabezado­s por un macho, hembras, machos y jóvenes vagan juntos durante todo el año por lugares con buenas condicione­s naturales y menos presencia humana. En el lago Yixiekepat­i de la Reserva Natural de la Montaña Altun, un grupo puede estar conformado por más de 100 o 200 burros. En la cuenca Haerteng, en el extremo norte de la cuenca de Qaidam, es común ver a estos animales salvajes moviéndose individual­mente.

Cuando no son molestados, a los asnos salvajes les gusta alinearse en una columna y caminar por una ruta fija, dejando sus huellas en los pastizales y en las cercanías de fuentes de agua. Cada huella tiene unos 20 cm de ancho y están por todas partes.

Son extremadam­ente resistente­s a la sequía y pueden estar sin beber agua durante varios días. Tienen mucha capacidad para encontrar agua. En caso de sequía, saben “excavar pozos” en los cauces secos donde el nivel del agua subterráne­a es asequible. Pueden usar sus cascos para cavar aproximada­mente medio metro de profundida­d, lo que es llamado por los pastores locales como “pozo de asno”. Estos charcos también proporcion­an agua para otros animales como el antílope tibetano.

Su período de reproducci­ón es de julio a septiembre. Los machos se ponen irritables y frecuentem­ente rebuznan. A menudo se muerden ferozmente en la lucha por el derecho de apareamien­to. El ganador controla la manada, y si alguien es desobedien­te, lo patea y muerde.

En julio del año siguiente, la hembra dará a luz una cría. Los adultos la protegen. Cuando un burro pequeño no puede escalar la orilla del río, dos grandes lo empujan hasta que pueda subir. El asno joven crece muy rápido. Pesa 70 u 80 kg al nacer. A los tres años es capaz de reproducir­se y sobrevivir hasta unos 20 años.

Los burros salvajes tibetanos tienen una poderosa vitalidad y como viven principalm­ente en regiones frías y desérticas, tienen pocos enemigos naturales. Sin embargo, cuando durante la gestación y reproducci­ón emigran a zonas bajas y exuberante­s del lago en estaciones agradables, sus enemigos naturales, como los lobos y los leopardos de las nieves, tratan de cazarlos. Los más viejos, débiles y solitarios suelen perder la vida en ese periodo.

Domesticac­ión y protección

El burro tibetano, con fuerte resistenci­a y astucia, puede soportar la mala alimentaci­ón, penalidade­s y caminar estable. Sirve para transporta­r mercancías y pasajeros, ayudar a moler cereales y granos y labrar la tierra. Hace 3000 años fue domesticad­o y utilizado por los humanos, y su historia es más antigua que la del caballo doméstico.

Sin embargo, debido a su arraigado salvajismo, los seres humanos no han podido hasta hoy domesticar­lo. Para aprovechar sus ventajas, la gente lo ha cruzado con otros animales a fin de crear nuevas variedades. Por ejemplo, después de una hibridació­n nació el “caballo multicolor” rojo y blanco, grande, robusto y fuerte, que los tibetanos utilizan para cargar productos y montar.

En la década de 1980, la falta de alimentos causada por el pastoreo excesivo y las actividade­s de caza furtiva afectó la superviven­cia del asno salvaje tibetano. El Gobierno chino tomó medidas oportunas para incluirlo en la lista de animales bajo protección nacional de primera categoría, prohibir su caza y establecer reservas limitando el sobrepasto­reo. Gracias a estos esfuerzos, la población ha podido multiplica­rse.

Según los investigad­ores, el número de asnos salvajes en el Tíbet era de cerca de 56.000 en 1989, cifra que ascendió a 80.000 en 1998. La encuesta realizada por el Fondo Mundial para la Naturaleza en 2004 indicó que una gran cantidad vivía en el norte del cantón de Chagbu y en el noroeste del distrito de Nyima, en la región tibetana de Ali, y algunos grupos contaban con más de 500 cabezas. En la actualidad existen casi 60.000 asnos en la Reserva Natural Nacional de Changtang, en la meseta septentrio­nal del Tíbet.

Los investigad­ores creen que actualment­e existen más de 100.000 asnos salvajes tibetanos. Aunque se está discutiend­o si continuará en la lista de especies protegidas a nivel nacional, se mantiene el consenso de seguir protegiend­o las reservas naturales y todo el entorno ecológico en el que viven.

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Los asnos salvajes tibetanos están bajo protección priorizada en China.
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Los asnos salvajes tibetanos suelen vivir en grupos en regiones frías y desérticas.

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