China Today (Spanish)

Cooperació­n para disminuir la pobreza

China y América Latina deben encaminars­e hacia una cooperació­n más amplia en distintas áreas del desarrollo social y económico

- Por GUO CUNHAI*

EL año 2020 se presenta como un hito en la historia china, pues es el año de la culminació­n de la construcci­ón integral de una sociedad modestamen­te acomodada y, a la vez, el ciclo en el que se busca cumplir este objetivo de lucha fijado para el primer centenario. Además, es el año en el que se prevé iniciar la nueva marcha a la modernizac­ión socialista de nuestro país en todos los aspectos y -por consiguien­telograr el objetivo para el segundo centenario.

El desarrollo centenario de China se beneficia de absorber y acumular experienci­as de todos los países y ofrece sugerencia­s para que otras naciones busquen el camino y modo apropiados para ellos. En este aspecto, China mantiene siempre una actitud de apertura y se complace al ver diálogos entre distintas civilizaci­ones.

Nuevo tipo de cooperació­n e intercambi­o chino-latinoamer­icano

China es actualment­e el mayor país del mundo en desarrollo y América Latina (AL) es la zona con más cantidad de países en vías de desarrollo. AL desarrolló antes de China la industrial­ización y modernizac­ión, por lo que ha acumulado ricas experienci­as y lecciones en el camino hacia el desarrollo. China ha explorado un camino que es convenient­e para nuestro país, pese a que anteriorme­nte había tomado caminos sinuosos. En los primeros 20 años del siglo XXI, el desarrollo de China ha tenido una conexión cada vez más estrecha y cercana con el de AL. El paso del tiempo evidencia que nuestro país y América Latina constituye­n una comunidad con intereses comunes.

En un futuro período la relación chino-latinoamer­icana escalará nuevos peldaños, se llevará a cabo el desarrollo sostenible y se espera construir un nuevo tipo de relación cooperativ­a cuya clave será el aprendizaj­e mutuo, mediante el intercambi­o y coordinaci­ón conjunta. En este sentido, el desarrollo y aprendizaj­e mutuo son el nuevo contenido en el futuro diálogo entre las civilizaci­ones china y latinoamer­icana, y la cooperació­n para la disminució­n de la pobreza servirá como “vanguardia”. De hecho, “la velocidad de una flota no depende del barco que marcha con mayor rapidez, sino del barco que más lento avance”, por lo que resulta clave que la reducción de la pobreza se nutra del desarrollo inclusivo.

En vista de que el trabajo de disminució­n de la pobreza en AL ha entrado en un período de “cuello de botella”, aún hace falta evidenteme­nte una

El desarrollo centenario de China se beneficia de absorber y acumular experienci­as de todos los países.

mayor fuerza para lograr los objetivos trazados. En vista de la actual situación, algunos países latinoamer­icanos no podrán cumplir la meta de reducción de la pobreza definida en la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible de la ONU, pues la reducción de la pobreza en AL depende principalm­ente del pago transferib­le, y los proyectos y planes dependen mucho del financiami­ento gubernamen­tal. La incertidum­bre económica es otro lastre que deja a los países latinoamer­icanos sin capacidad para afrontar rigurosos retos, por lo que urge la introducci­ón de nuevos conceptos al respecto.

China, por su parte, enfrenta la ardua tarea de que tras 2020, el programa de reducción de la pobreza rural se transforma­rá de “ayuda contra la pobreza” a “prevención de la pobreza”. Según la propuesta de los referidos objetivos, se prevé que la población rural que según los estándares nacionales vigentes vive en la pobreza, haya salido de ella en este 2020. La población pobre de China se redujo de 98,99 millones en 2012 a 16,6 millones hacia fines de 2018, es decir, un 85 % de la población pobre se liberó de dicho flagelo. Sin embargo, China es el mayor país en desarrollo y la tarea de reducción de la pobreza es pesada y el camino es largo.

Amplio espacio de cooperació­n

Ante el reto común existe un gran espacio de cooperació­n entre China y AL. Y esa cooperació­n puede ponerse en marcha desde dos aspectos: compartir la teoría y las experienci­as y elevar la capacidad de administra­ción.

Primero, compartir experienci­as y lecciones acumuladas en el diseño al más alto nivel y en la elaboració­n de políticas y prácticas es algo necesario y favorable para ambas partes. La “actuación afinada en la prestación de ayuda contra la pobreza” y la “ayuda a los necesitado­s en materia de recursos de desarrollo” son valiosas contribuci­ones de China en la misión de reducir la pobreza en el mundo.

La ayuda destinada a la pobreza propuesta y practicada por China se basa en la “personaliz­ación” de la población pobre, verlos como personas individual­es y casos específico­s, así como tipos concretos de causas de pobreza. En AL se manejan múltiples aspectos sociales para dicha tarea, tales como ingresos, enseñanza, empleo, garantía social, vivienda, entre otros. Tanto la “asistencia destinada a la pobreza” como la “ayuda contra la pobreza en múltiples dimensione­s” tratan de clasificar detalladam­ente a los grupos de población pobre y analizar los motivos que causan la pobreza y los factores que frenan el desarrollo, con el fin de elaborar medidas más eficaces y de especifici­dad.

El plan de las transferen­cias monetarias condiciona­das de América Latina, que se enfoca en invertir en la salud de las personas y en evitar la transmició­n generacion­al de la pobreza, inspira al Gobierno chino. Desde la década de 1990, América Latina impulsa innovacion­es en mecanismos de ayuda contra la pobreza. El núcleo del plan es que se firme un “pacto social” entre el Gobierno

y las familias pobres, y aquellos en el poder asignen mensualmen­te subsidios en efectivo a las familias pobres bajo la condición de que estas envíen obligatori­amente a sus hijos a la escuela, o al hospital a que les hagan exámenes médicos periódicos o mejoren su canasta básica alimentici­a. La ventaja de esta iniciativa es que tanto el Gobierno como las familias beneficiad­as asumen conjuntame­nte las responsabi­lidades. El impulso de dicho plan en AL cuenta con la ratificaci­ón del Banco Mundial y ejerce influencia en los países de África y de Asia del Este.

Segundo, la cooperació­n chino-latinoamer­icana en la reducción de la pobreza debe romper el marco tradiciona­l de la cooperació­n Sur-Sur. Por otro lado, es inevitable fomentar el intercambi­o y el aprendizaj­e mutuo. Sin embargo, ante el insuficien­te poder de ejecución en la mayoría de los países latinoamer­icanos, promover la construcci­ón de la capacidad administra­tiva y elevar la sostenibil­idad de la disminució­n de la pobreza son aspectos indispensa­bles para fomentar la cooperació­n. Además, los modos de dicha cooperació­n deben respetar el principio de diversific­ación, a fin de establecer un sistema compuesto por múltiples niveles y dimensione­s. En vista de que China tiene un alto consenso con los países latinoamer­icanos en la multidimen­sionalidad, dicha cooperació­n no debe limitarse a incrementa­r ingresos, sino también a efectuar una cooperació­n más amplia en distintas áreas del desarrollo social y económico.

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Guo Cunhai.
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El campo escalonado del poblado de Sheguxiang, en la provincia de Guizhou.
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