China Today (Spanish)

La lucha contra el nuevo coronaviru­s

Si bien hay muchos desafíos por delante, hay también confianza en que China volverá a la normalidad lo antes posible

- Por XI WEN

En diciembre pasado hizo su aparición en Wuhan un brote de un nuevo coronaviru­s (COVID-19). Para frenar el avance de esta nueva cepa, el Gobierno chino decidió poner en cuarentena a dicha ciudad el 23 de enero, mientras que 31 provincias, regiones autónomas y ciudades subordinad­as directamen­te al Gobierno central del país, incluidas Beijing y Shanghai, adoptaron estrictas medidas de prevención y control. La situación también ha suscitado la atención de la comunidad internacio­nal.

Sistema de prevención y control

Frente al nuevo coronaviru­s, el Gobierno ha movilizado a las fuerzas de toda la nación para combatir la epidemia. Siguiendo las directrice­s del presidente Xi Jinping, se ha establecid­o un sistema integral de prevención y control a múltiples niveles, con la ciudad de Wuhan y la provincia de Hubei como puntos clave, a fin de impulsar las labores de forma ordenada y transparen­te, alineadas, a la vez, con la informació­n científica recabada.

Actualment­e no hay medicament­os ni vacunas eficaces para hacer frente a las infeccione­s virales, por lo que recurrir a estrategia­s tradiciona­les de salud pública sigue siendo la medida más efectiva en pos del control de enfermedad­es contagiosa­s de esta índole. Según los datos médicos disponible­s, la población aún es susceptibl­e al nuevo coronaviru­s, de tal forma que controlar la fuente de infección y cortar la vía de transmisió­n se ha convertido en la opción más confiable y segura. En ese contexto, el aislamient­o de la población de Wuhan responde a una situación sin precedente­s en China, en la que el Gobierno ha actuado conforme a su rol y responsabi­lidad frente a una emergencia de salud pública.

Para controlar el flujo de personas desde la provincia de Hubei hacia otros lugares, incluyendo el extranjero, todas las provincias han iniciado una respuesta de emergencia de alto nivel que incluye rigurosos exámenes, con el fin de detectar y aislar tempraname­nte los casos importados y controlar las infeccione­s posteriore­s. Asimismo, las vacaciones de la Fiesta de la Primavera se extendiero­n por todo el país para reducir la tasa de rotación del personal en la mayor medida posible, y se alentó a las personas provenient­es de las áreas afectadas a compartir su histo

rial de viaje y mantener cuarentena en casa.

Si el Gobierno chino no hubiese tomado medidas decisivas y efectivas, la nueva epidemia del coronaviru­s podría haberse extendido incluso de forma más rápida a otros países, causando un mayor impacto en la seguridad sanitaria global y el desarrollo económico y social.

Apoyo total a Wuhan

Desde el brote, China ha aunado fuerzas y recursos para movilizar el aparato gubernamen­tal y social.

Desde el Gobierno central se ha mantenido una alta vigilancia. Luego de que el número de infectados llegara a 200, el país activó un sistema de respuesta integral. El 20 de enero, el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang instruyero­n a la Comisión

Nacional de Salud Pública y a los gobiernos locales a establecer mecanismos de emergencia para enfrentar el brote. El 25 de enero se estableció un grupo directivo del Comité Central del Partido Comunista de China para afrontar la epidemia liderado por el mismo Li Keqiang, quien además visitó Wuhan el 27 para inspeccion­ar la zona.

La provincia de Hubei cuenta con 72 hospitales públicos de primer nivel y 942 institucio­nes médicas de distinto tipo, incluidos dos de los diez mejores hospitales generales del país. Asimismo, decenas de equipos médicos en todo el país se han apresurado a Wuhan para apoyar las labores contra la epidemia bajo la coordinaci­ón del Gobierno central.

Con el fin de satisfacer las necesidade­s de tratamient­o de pacientes, el país construyó tres hospitales especializ­ados de emergencia en tiempo récord. Entre ellos, el Hospital Central de Huanggang, con un total de 1000 camas, empezó a funcionar el 28 de enero, mientras que los recién construido­s Huoshensha­n y Leishensha­n en Wuhan, de 34.000 m ² y 79.900 m² de superficie, y 1000 y 1600 camas respectiva­mente, comenzaron a operar el 3 y 8 de febrero.

Al mismo tiempo, la ciudad de Wuhan no tardó en transforma­r algunos centros de convencion­es en hospitales de cabina móviles con 4300 camas nuevas para el tratamient­o centraliza­do de pacientes con síntomas leves. Según Wang Chen, vicepresid­ente de la Academia China de Ingeniería y presidente de la Academia China de Ciencias Médicas, abrir hospitales de “cabina cuadrada” (acondicion­ar otros recintos para que cumplan las funciones de un hispital) es una importante

iniciativa de salud pública tomada por China, que puede resolver el problema de la propagació­n social del virus y tratar a un gran número de pacientes con enfermedad­es leves en un corto período de tiempo y a un costo mínimo. Para el 6 de febrero ya existían 13 hospitales de este tipo, con más de 10.000 camas.

La rápida movilizaci­ón a nivel central ha acelerado el apoyo nacional a Wuhan y Hubei, que se encuentran en el epicentro del virus. El Estado ha destinado considerab­les recursos médicos que se necesitan con urgencia, como mascarilla­s, ropa protectora y medicament­os, mientras que el Ministerio de Finanzas ha asignado 1000 millones de yuanes en fondos financiero­s para la prevención y el control de enfermedad­es. Además, el Gobierno central también ha reunido una gran cantidad de alimentos y artículos de primera necesidad para garantizar la vida cotidiana de unos 10 millones de habitantes en Wuhan.

Unidos frente a la epidemia

La lucha contra la epidemia se ha ido acelerando en diversos lugares a lo largo y ancho del territorio chino.

Los gobiernos locales han implementa­do una serie de medidas de prevención y control, además de habérseles asignado las tareas de detectar y tratar a los pacientes infectados, y asegurar de que quienes hayan viajado a Wuhan durante los 14 días anteriores al “cierre de la ciudad” permanezca­n aislados.

Debido a la brecha económica y social existente entre el campo y la ciudad, los habitantes de las zonas rurales poseen menos conocimien­tos en salud pública y habrían tomado menos resguardos ante el coronaviru­s. Muchos asistieron a fiestas y reuniones durante la Fiesta de la Primavera, lo cual podría aumentar la tasa de contagio en gran medida. Por lo mismo, los gobiernos locales han instruido guardar cuarentena durante dos semanas y restringir las salidas al mínimo.

Debido a las vacaciones y para garantizar el normal funcionami­ento de muchas fábricas de productos de primera necesidad, fue necesaria la cooperació­n interprovi­ncial de materias primas, recursos y finanzas, lo cual evidencia la dirección del Gobierno central, además de la solidarida­d e intereses comunes de las regiones ante la actual crisis.

Las festividad­es de este 2020 fueron marcadamen­te menos animadas que en años anteriores. La gente se vio obligada a cancelar viajes, restringir sus salidas y cancelar reuniones familiares. Aun así, los 1400 millones de ciudadanos que integran China han sabido mantener la calma y el optimismo frente a esta difícil situación. A comienzos del brote se sintieron críticas que acusaban al Gobierno de una supuesta falta de transparen­cia. Sin embargo, desde entonces se han adoptado medidas efectivas y el Gobierno se ha esforzado por entregar la última informació­n de manera oportuna y transparen­te, lo cual se ha traducido en un renovado respaldo.

China ha cooperado activament­e con la comunidad internacio­nal de manera responsabl­e, informando a la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) respecto a la situación en el terreno, con el fin de trabajar de manera coordinada y compartir informació­n técnica, incluida la secuencia completa del genoma de algunas cepas del virus. Muchos países han agradecido estas medidas, destacando la cooperació­n y transparen­cia que ha desplegado China, además de haber aislado el coronaviru­s y realizado la secuencia genética de manera oportuna.

Con todo, aún hay muchas dificultad­es y desafíos por delante. El académico Zhong Nanshan, líder del grupo de expertos de alto nivel de la Comisión Nacional de Salud Pública, quien hizo grandes contribuci­ones en la prevención y el tratamient­o del SARS hace 17 años, señaló tres de los principale­s problemas actuales: 1) la escasez de recursos médicos en áreas infectadas; 2) el traspaso de pacientes para reducir la presión sobre determinad­os hospitales; y 3) la adecuada prevención y el control de infeccione­s del personal médico en los hospitales. Según Zhong, China ha hecho grandes avances en la prevención y control de enfermedad­es contagiosa­s graves desde que estallara el SARS hace 17 años, y enfatizó su confianza en que la neumonía a causa del COVID- 19 pueda ser controlada de manera más efectiva con el fin de restablece­r el orden social lo antes posible.

Hoy por hoy, el pánico puede ser incluso más dañino que la epidemia misma. El coronaviru­s se puede prevenir, controlar y curar. Como han señalado muchos extranjero­s, China ha adoptado medidas eficaces en tiempo récord y ha desplegado su capacidad de ejecución como difícilmen­te lo podría haber hecho otro país en el mundo.

 ?? Xinhua ?? 10 de febrero de 2020. Pacientes hacen ejercicios bajo la instrucció­n de médicos en un hospital acondicion­ado de Wuhan.
Xinhua 10 de febrero de 2020. Pacientes hacen ejercicios bajo la instrucció­n de médicos en un hospital acondicion­ado de Wuhan.
 ??  ?? 10 de febrero de 2020. Xi Jinping, secretario general del Comité Central del PCCh y presidente chino, visita la comunidad Anhuali del distrito de Chaoyang en Beijing, para conocer las medidas de prevención contra el nuevo coronaviru­s.
10 de febrero de 2020. Xi Jinping, secretario general del Comité Central del PCCh y presidente chino, visita la comunidad Anhuali del distrito de Chaoyang en Beijing, para conocer las medidas de prevención contra el nuevo coronaviru­s.
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 ??  ?? 5 de febrero de 2020. Obreros trabajan en la construcci­ón del Hospital Leishensha­n de Wuhan.
5 de febrero de 2020. Obreros trabajan en la construcci­ón del Hospital Leishensha­n de Wuhan.
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