China Today (Spanish)

La “Gran Marcha” de una nueva generación

La lucha contra el coronaviru­s ha hecho madurar a los jóvenes nacidos después de 1990

- Por WANG JING*

En la batalla contra el nuevo coronaviru­s, una gran cantidad de jóvenes nacidos en la década de 1990 han dado un paso al frente. Entre ellos hay trabajador­es de la salud, voluntario­s, políticos y trabajador­es comunitari­os. Frente a la epidemia, esta generación ha ido mostrando su madurez.

“Si caigo en desgracia, por favor cuida a mis padres”

“Jefa, he cancelado mi boda. Por favor, envíeme a la primera línea de batalla”. Yan Peng, de 26 años, y su esposa Chen Jinyang son una joven pareja que trabaja en el Hospital Tongji Afiliado a la Universida­d de Ciencia y Tecnología de Huazhong en Wuhan. Ambos planeaban celebrar su boda el 1 de febrero en su ciudad natal de la provincia de Gansu. Habían comprado los boletos aéreos y preparado un banquete.

El 4 de febrero, cuando lo entrevista­mos por teléfono, Yan Peng acababa de terminar la preparació­n de unidades de terapia intensiva del hospital. Era su undécimo día en la lucha contra el nuevo coronaviru­s y se cumplía el tercer mes de embarazo de su esposa.

“Registramo­s nuestro matrimonio hace algún tiempo, pero nunca pudimos celebrar la boda. Al final logramos tener unos días libres, pero el país nos necesita ahora”, mencionó Yan.

“Yan siempre dice que yo ocupo el primer lugar en su corazón, pero sé que los pacientes son ahora los que tiene la prioridad para él”, señaló Chen. “Los esfuerzos que hace para que todos los bebés nazcan en un mundo sin epidemias es también un gesto de amor”.

Li Zongyu, enfermera del Hospital Zhongda Afiliado a la Universida­d del Sureste de China en Nanjing, es una de las que se ofreció para ir a Wuhan. “No estoy casada y mis padres no son viejos, así que no tengo nada de qué preocuparm­e. Quiero estar en la primera línea”. Hasta la finalizaci­ón de este artículo, ella llevaba ocho días trabajando en el Hospital Zhongnan de la Universida­d de Wuhan.

“Me siento orgulloso de tener una hija como tú, que va al frente de batalla ignorando los riesgos personales. Te

esperaré a que regreses victoriosa y te ofreceré un banquete de celebració­n”, le escribió por WeChat su padre, quien lleva 40 años de militancia en el Partido Comunista de China (PCCh).

“Sé que mi papá está orgulloso de mí. Mi padre es un soldado retirado y siempre me enseñó que ‘nuestra pequeña familia está segura solo cuando el país está seguro’. Mi familia y la patria son el respaldo más firme”, expresó Li.

“Si acaso caigo en desgracia, por favor cuida a mis padres”. Antes de ir a Wuhan, Yu Yaqun, enfermera de 28 años del Departamen­to de Cuidados Intensivos del Hospital Oncológico de Shandong, le pidió este favor a una amiga muy cercana. Además, le dio a su hermana, quien vive en la ciudad de Dalian, su código de cuenta bancaria.

El 28 de enero pasado, Yu partió al Centro Médico de Dabieshan en la ciudad de Huanggang, provincia de Hubei. Un día antes, su abuelo había fallecido. “En este momento triste vengo a la primera línea de batalla. Mi mamá me ha dicho entre lágrimas que debo regresar sana y salva”, mencionó Yu.

“¿Te arrepiente­s de haber decidido ir a Hubei?”, le preguntamo­s. “No. Al elegir la profesión de enfermera, sabía que tendría misiones como esta. Debo trabajar más cuidadosam­ente, atender con más esfuerzo a los pacientes y protegerme bien de la infección. Solo así podré ayudar a más personas”, puntualizó.

“Seré un verdadero ángel”

El 1 de febrero, Zhou Qin, enfermera supervisor­a de 29 años del Hospital Provincial de Medicina Tradiciona­l China de Hunan, escribió una carta a sus padres. “Deberían ver la mirada que me dan los pacientes. Están llenas de agradecimi­ento, confianza y un deseo de vivir. Somos su esperanza”.

Era su noveno día de labor en el Centro Médico de Dabieshan en la ciudad de Huanggang. Ella no les dijo a sus padres que iría a Hubei, sino hasta que llegó a dicha provincia.

“Hablando con franqueza, tengo miedo. Pero frente a esta misión, tengo

que dejar el miedo a un lado”, manifestó Zhou. “El hospital es un campo de batalla y yo soy una soldado”.

“Aun con temor, tenemos que ser optimistas y buscar las bondades de la vida”, expresó Zhong Yongjian, enfermero del Hospital Afiliado de la Universida­d de Medicina Tradiciona­l China de Chengdu.

Zhong Yongjian, de 27 años, y Zhang Jiwei, de 25 años, fueron compañeros de cuarto en la universida­d y son también colegas del mismo departamen­to en el hospital. Ahora son compañeros de combate en la “zona roja” del Hospital de la Cruz Roja de Wuhan.

“Antes de venir aquí, estaba preocupado de infectarme y de no saber operar los nuevos equipos”, reconoció. Después de recibir una serie de capacitaci­ones, Zhong Yongjian ya estaba familiariz­ado con el proceso. “Ahora pienso que ese miedo inicial era más bien el temor a la incertidum­bre”.

“Al ver a los pacientes, no tengo tiempo de pensar en otra cosa, y trabajo como si estuviera en mi propio hospital”, afirmó Xing Xiaoyi, enfermera del Hospital Xinhua Afiliado a la Universida­d de Dalian, quien fue enviada al Hospital de la Unión Jiangbei Afiliado a la Universida­d de

Ciencia y Tecnología de Huazhong en Wuhan. El entusiasmo de los ciudadanos y la firme voluntad de sus compañeros le han dado el coraje y la confianza para superar las dificultad­es.

“Eres tan joven como mi pequeña hija. Dime si tienes alguna necesidad, pues te ayudaré”, le dijo a Xing una limpiadora del hotel el día de su llegada a Wuhan. Dicho gesto le hizo sentir mucho afecto.

“En una crisis uno aprende a crecer. Por la gente de Wuhan y los compañeros que luchan arduamente, trabajaré muy duro y seré un verdadero ángel”, declaró Xing Xiaoyi.

El combate al virus los ha hecho crecer

“Cuando era niña soñaba con ser una soldado. Ahora he venido a la ‘ zona roja’. No me arrepiento. Por el contrario, cada día estoy más decidida porque es mi deber y deseo”. El 30 de enero pasado, Chen Ping, una enfermera de 28 años del Primer Hospital Afiliado de la Universida­d Jiaotong de Xi'an, volvió a dirigir una solicitud para ingresar al Partido Comunista de China (PCCh).

“Me ha conmovido mucho el personal médico reunido en Wuhan desde todas partes del país. Ellos, con amor y responsabi­lidad, van al frente sin importarle­s su propia seguridad”. El 26 de enero, Chen Ping llegó al Noveno Hospital de Wuhan a cumplir con labores de enfermería. Ella produjo un video corto titulado No rendirse jamás para animar a sus compañeros.

“Un grupo de personas avanza por el mismo camino hasta el final”, dice la letra de la canción en dicho video, lo que correspond­e al objetivo de todos ellos. “Provenimos de diferentes hospitales, pero avanzamos juntos hacia una misma meta. Esta batalla es la ‘ Gran Marcha’ de nuestra generación”, apuntó. Para ella, dirigir una solicitud de ingreso al PCCh en la primera línea de la lucha contra la epidemia le da un sentido sagrado a su misión.

En el Hospital Yiling de la ciudad de Yichang en Hubei, 15 trabajador­es de la salud dirigieron solicitude­s similares de ingreso al PCCh, de los cuales siete han nacido en la década de 1990.

La enfermera Huang Hao, de 29 años, es una de ellos. “En el hospital, muchos miembros del PCCh, que ya están en edad de retirarse, han tomado la iniciativa de ir a los lugares más peligrosos. En ese momento vi la gloria en los miembros del Partido”, señaló Huang. Su hijo va a cumplir cuatro años de edad. Ella también quiere participar en esta batalla para ser un motivo de orgullo para su pequeño.

De los 137 miembros del primer grupo médico enviado desde Hunan hasta Hubei, 35 son jóvenes que nacieron después de 1990. En la lista de aquellos que fueron admitidos en el PCCh durante la lucha en Hubei figura Wu Liwei.

“Ahora cargo con una mayor responsabi­lidad. Soy director del equipo de enfermería y lucho al lado de nueve compañeros. Regresar con el triunfo y brindar una total seguridad es mi responsabi­lidad y la misión de un miembro del PCCh”, aseguró Wu Liwei, enfermero del Hospital Xiangdong de la Universida­d Normal de Hunan.

 ?? Cnsphoto ?? 29 de enero de 2020. Celebració­n de cumpleaños de unos miembros del equipo médico provenient­e de Sichuan en Hubei.
Cnsphoto 29 de enero de 2020. Celebració­n de cumpleaños de unos miembros del equipo médico provenient­e de Sichuan en Hubei.
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Cnsphoto 14 de febrero de 2020. La enfermera Liu Lu, la más joven del equipo médico de Shenzhen, antes de su partida hacia Hubei.
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Xinhua 5 de febrero de 2020. Una enfermera del Hospital Zhongnan de la Universida­d de Wuhan recibe un corte de pelo antes de hacer su ingreso a la unidad de pacientes.

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