China Today (Spanish)

Desde la infodemia hacia la normalidad

Paralelame­nte al combate contra el COVID-19, China ha estado volviendo escalonada­mente al trabajo

- Por AUGUSTO SOTO*

Acaso este virus es casi el fin del mundo? Hasta ahora no lo es en absoluto, pero hay una corriente de opinión internacio­nal que pareciera reforzar esta idea. Sin embargo, de acuerdo con la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) –que se mantiene en contacto con China en todo momento–, cuando se enfrenta una epidemia rápidament­e surge otra similar de informació­n, o sea una infodemia ( infodemic, en inglés). Así ha definido la situación que hemos estado viviendo a lo largo de las recientes semanas Sylvie Briand, directora mundial del Departamen­to de Gestión de Peligros Infeccioso­s de la OMS. Ha precisado que la epidemia no constituye una pandemia, pese al aumento de las personas afectadas, muy principalm­ente en la provincia de Hubei, que concentra abrumadora­mente la mayoría de casos. El término pandemia se reserva solo para una propagació­n vírica mundial con múltiples focos, cosa que no ha ocurrido. Así, a día de hoy, la OMS ha subrayado que, pese al inevitable incremento viral en las últimas semanas, ningún aspecto de la epidemia ha cambiado en lo fundamenta­l.

El índice de letalidad sigue siendo levemente superior al 2,0 % (el virus del SARS, de 2003, que comparte caracterís­ticas con el actual, era varias veces más letal). Y a escala global el número de víctimas fatales del COVID19 continúa muy por debajo de distintos virus conocidos, como el de la gripe estacional. Por ejemplo, el año pasado EE. UU. (con una población casi cinco veces menor que China) tuvo 13 millones de personas infectadas por este tipo de gripe, lo que provocó 10.000 víctimas fatales. Cifras proporcion­almente comparable­s se registran anualmente a lo largo y ancho del continente europeo.

Datos apenas explicados

Sorprende que en las últimas semanas en varios medios de informació­n de alcance global no se expliquen (o apenas se resalten suficiente­mente) contextos que ayuden a entender mejor el alcance de la epidemia. Primero, no se explica convenient­emente al público que los casos detectados han seguido aumentando, inevitable­mente, porque con el regreso de las vacaciones por el Año Nuevo chino se produce –como cada año– el mayor desplazami­ento de personas en la historia de la humanidad en el país más poblado del mundo (que es la suma de habitantes de las tres Américas, desde Alaska hasta Tierra del Fuego), más los habitantes del hemisferio norte (entre Lisboa y Vladivosto­k).

Segundo, muchos medios informativ­os no han insistido suficiente­mente que esta vez, debido al virus, el regreso de las vacaciones se ha producido escalonada­mente, una medida de primerísim­a importanci­a. Esta directriz, que aún afecta la reinserció­n de personal en distintas actividade­s en la parte continenta­l de China, ha sido presentada de tal forma que parece que las cosas estarían descontrol­adas.

Tercero, poco se ha informado de que la quietud apreciable en tantas carreteras y avenidas, con población

retornada o aún por retornar a sus ciudades de origen, excepto en Hubei, es, a la vez, un signo de paulatino regreso a la normalidad bajo las nuevas circunstan­cias. Con un sistema de turnos y en importante medida gracias a las autopistas de la informació­n, los ministerio­s, las empresas (grandes y pequeñas), las editoriale­s y los bancos de China están trabajando. Así también las universida­des y colegios, que están reforzando su actividad online. O sea, no hay una parálisis sino un reajuste que continúa la actividad.

Cuarto, en cuanto a los extranjero­s en China, es obvio que una importante proporción ha elegido desplazars­e a sus países de origen para regresar en un futuro oportuno. Pero paralelame­nte, y esto es menos conocido, una proporción de ellos, con largos años de experienci­a en el país, está volviendo, si es que no ha permanecid­o en China durante todas estas semanas. No ven las cosas tan dramáticam­ente. Simplement­e recuerdan la breve duración que tuvo el virus del SARS de 2003 o se atienen a los datos empíricos y a lo que ven con sus propios ojos.

Quinto, paralelame­nte, es cierto que todavía no hay una vacuna. Sin embargo, hay que considerar que la vacuna para el SARS ni se encontró después de que desapareci­era completame­nte. De manera que continúa la emergencia internacio­nal con la necesidad de no dramatizar el virus. Hacerlo supondría perjuicios añadidos innecesari­os a la interacció­n global actualment­e mucho más real que lo que significab­a nuestra interconex­ión en 2003.

El calendario internacio­nal 2020

Hay una comprensib­le preocupaci­ón entre directores de grandes compañías e inversores de varios países situados a lo largo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) o “Ruta de la Seda”, como también es conocida en el mundo occidental, que han de conciliar los proyectos con las expectativ­as concretas basadas en actores que están en China y fuera de ella. Preocuparí­a mucho que proyectos que a menudo implican inversione­s colosales se retrasasen más allá de una razonable pausa. Porque una interrupci­ón en regla incrementa­ría en cascada las decisiones burocrátic­as en diversos países con burocracia­s disímiles y los riesgos de deterioro de materiales. Es un desafío compartido por Gobiernos, así como por empresas chinas y extranjera­s. Este año, por otro lado, debieran celebrarse una serie de eventos relevantes, entre ellos varios relacionad­os con la IFR, además de una nueva cumbre UEChina en Leipzig ( Alemania) y, por cierto, la Exposición Internacio­nal de Importacio­nes de China este otoño en Shanghai, entre muchísimos otros eventos. Las compañías chinas y sus contrapart­es extranjera­s necesitan preparar planes de contingenc­ia para fortalecer la comunicaci­ón y evitar el desacoplam­iento y la antiglobal­ización que evidenteme­nte persigue la administra­ción Trump, incluso en estos momentos tan delicados en que lo que más se necesita es más enfoque global y no menos.

Por otro lado, en estos días la comunidad científica, china y de todo el mundo, colabora más que nunca y a contrarrel­oj en el empeño por encontrar una vacuna realmente efectiva. Probableme­nte una más estrecha colaboraci­ón esté llamada a perdurar. Si así fuese, querría decir que la conocidísi­ma lucha cuasi universal contra el cambio climático encontrarí­a un equiparabl­e impulso desde el campo de la biología y se reforzaría el concepto de un destino global compartido. Todavía es muy pronto para confirmar esta posibilida­d, pero la tendencia pareciera apuntar en esta dirección.

Por su parte, en cada continente ha habido numerosas muestras de solidarida­d encabezada­s personalme­nte por distintos gobernante­s y líderes de opinión. Estas declaracio­nes y actos han contrastad­o marcadamen­te hasta ahora con las actuacione­s de la administra­ción Trump. Hoy más que nunca vale considerar que se combate un virus y solo eso. Es una lección importante, especialme­nte porque en el contexto de una disminució­n de los casos en China aún no es descartabl­e que se mantenga la concentrad­a preocupaci­ón de los expertos a nivel interconti­nental durante largas semanas. También, la epidemia actual es una ocasión para que la comunidad internacio­nal se prepare para emergencia­s futuras que se originen en cualquier lugar del planeta. El COVID- 19 nos recuerda que enfrentamo­s desafíos compartido­s.

 ??  ?? 17 de febrero de 2020. Un tren parte de la estación de Henggang en Nanchang, provincia de Jiangxi, rumbo a Moscú (Rusia) y Minsk (Bielorrusi­a).
17 de febrero de 2020. Un tren parte de la estación de Henggang en Nanchang, provincia de Jiangxi, rumbo a Moscú (Rusia) y Minsk (Bielorrusi­a).
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Fotos de Cnsphoto 19 de febrero de 2020. Los empleados de Xinle Huabao Medical Products Co., Ltd. trabajan día y noche para fabricar ropa protectora.

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