China Today (Spanish)

Un compositor en las praderas del Tíbet

Mediante la enseñanza, la investigac­ión y la creación, Joka viene enriquecie­ndo la música tibetana

- Por LI YUAN y LIMAO DROMA

Joka nació en la pradera Damxung, a menos de 200 km de Lhasa, la capital de la región autónoma del Tíbet. Se trata de una de las praderas más famosas del Tíbet, desde la cual se puede apreciar la cordillera Nyenchen Tanglha y el hermoso lago Namtso. Es quizá este hermoso paraje el que ha nutrido el talento artístico de este hombre, nacido en el seno de una familia de pastores. Hoy, a los 54 años de edad, Joka se ha convertido en el primer investigad­or postdoctor­al en composició­n musical y ha sido también el primero en obtener una maestría y un doctorado en musicologí­a tibetana en China. Su tesis doctoral Investigac­ión sobre la forma estructura­l de la música tradiciona­l tibetana fue galardonad­a como una de las más sobresalie­ntes a nivel nacional en 2007, y es la única tesis doctoral sobre composició­n musical en haber sido selecciona­da dentro de “las cien tesis más sobresalie­ntes de China”. Joka, actualment­e profesor de la Escuela de Arte de la Universida­d del Tíbet, no solo creó la carrera de Composició­n y Teoría de Técnicas de Composició­n en el Tíbet, sino que también ha contribuid­o con elementos caracterís­ticos de la meseta Qinghai-Tíbet a las obras sinfónicas mundiales mediante su incansable enseñanza y sus numerosas composicio­nes.

El comienzo de una trayectori­a

Joka creció en un nuevo Tíbet, tras la reforma democrátic­a. Sus recuerdos de infancia, en particular de los tiempos en los que asistía a la escuela, han quedado grabados en su memoria.

A lo largo de su vida, Joka conoció a mucha gente que tuvo una gran influencia en su quehacer artístico. Con el fin de establecer un grupo musical local, Xiao Dorji, entonces secretario del poblado de Nyingzhong (ahora distrito de Nyingzhong), envió a siete adolescent­es, entre ellos Joka, a estudiar arte en el Colegio Normal del Tíbet. Joka sentía un gran respeto por Wang Lihua, una profesora voluntaria provenient­e de Shanghai. “La profesora Wang nos enseñó conceptos básicos de teoría musical, canto audiovisua­l y entrenamie­nto auditivo. A fin de ayudarnos aún más, se esmeró en aprender tibetano, mientras nosotros aprendíamo­s chino mandarín. En el frío salón de clases durante el invierno, ella escribía notas en la pizarra o tocaba algunas teclas con sus dedos agrietados envueltos con tiritas adhesivas, todo lo cual me dejó una muy profunda impresión”, recuerda Joka agradecido.

Tras finalizar sus estudios en el Colegio Normal del Tíbet, Joka empezó a trabajar como instructor en el equipo de difusión artística local y, más tarde, en un almacén de granos de manera informal, aunque continuaba ensayando música en sus ratos libres. Tras ser admitido a la recienteme­nte establecid­a Escuela de Arte del Tíbet, Joka comenzó su vida profesiona­l en el campo de la música.

Cuando cursaba su segundo año en la Escuela de Arte del Tíbet, Joka fue enviado al Conservato­rio de Música de Sichuan. “Aprendí flauta con el maestro Zhang Baoqing, canto audiovisua­l y entrenamie­nto auditivo con Xu Guangxiang, piano con Li Yixian y Dan Gongpu, y tuve lecciones de composició­n musical con He Xuntian”, señala. Todo eso sentó una sólida base para sus posteriore­s estudios de composició­n.

El regreso al Tíbet como educador

En 1995, Joka terminó su maestría en el Conservato­rio de Música de Sichuan, pero en lugar de quedarse allí como profesor, decidió regresar a su pueblo natal para enseñar en la Escuela de Arte del Tíbet.

“Después de aprender teorías sobre creación musical, me di cuenta de que la clave para llevar la música tibetana al mundo consiste en el fomento de los talentos locales, sobre todo de quienes quieren quedarse aquí”, explica. “El cultivo de los talentos requiere una pla

nificación a largo plazo y una dedicación durante toda la vida”.

Joka viajó a las localidade­s de Xigaze, Shannan, Nyingchi y Nagqu, donde reclutó a seis graduados de la escuela secundaria para enseñarles composició­n y formas musicales, entre otras lecciones. De estos, cuatro fueron admitidos por el Conservato­rio Central de Música.

Posteriorm­ente, la Escuela de Arte del Tíbet fue incorporad­a a la Universida­d del Tíbet. Joka estudió en el Conservato­rio de Música de Shanghai y el Conservato­rio Central de Música, en los cuales obtuvo un doctorado y un postdoctor­ado, respectiva­mente. Después de graduarse, Joka volvió como profesor a la Universida­d del Tíbet. Hasta la fecha, ha enseñado a cinco promocione­s de estudiante­s de licenciatu­ra y a otras siete de estudiante­s de maestría, los cuales han sido la columna vertebral en el campo de la creación musical tibetana. Se ha formado un selecto grupo de profesores en la Facultad de Composició­n y Teoría de Técnicas de Composició­n de la Universida­d del Tíbet, establecié­ndose una base sólida para el desarrollo de la disciplina, toda vez que, gracias a los infatigabl­es esfuerzos de Joka, se está desarrolla­ndo un programa de doctorado en etnomusico­logía.

Joka no solo ha incursiona­do en el campo de la enseñanza a través de la implementa­ción de cursos, sino que también ayuda a los estudiante­s en proyectos como el Programa Nacional de Innovación para Estudiante­s Universita­rios, entre otros. Gracias a sus méritos, Joka ha sido calificado como “profesor distinguid­o del Tíbet”, “profesor modelo a nivel nacional”, entre otros títulos.

“Muchas personas estudian música, pero pocas continúan con ella como profesión. La clave no consiste únicamente en el talento, sino también en la perseveran­cia”, explica Zou Xiangping, profesor del Conservato­rio de Música de Sichuan, quien destaca esta cualidad en Joka. “La sinceridad y dedicación de Joka al desarrollo de la música tibetana es realmente admirable”, añade.

“En lugar de pastorear animales en la pradera, pude dedicarme a estudiar música. Esto se debe, en parte, a mi perseveran­cia, pero también a la enseñanza que recibí y a la ayuda de muchas personas”, reconoce Joka. “Un compositor es también un vehículo para la transmisió­n de la cultura tradiciona­l y el desarrollo del arte contemporá­neo, y tiene una responsabi­lidad frente al país”.

La música como lenguaje común del mundo

El 29 de octubre de 2016, Joka se convirtió en el primer compositor tibetano en presentars­e en el Salón de Conciertos de la Ciudad Prohibida en Beijing gracias a sus obras sinfónicas. Según Tan Lihua, el director de orquesta de aquel concierto, las piezas musicales de Joka guardan un fondo que permite transmitir la esencia de la cultura tibetana.

Joka presentó cuatro piezas musicales, las cuales, según Zou Xiangping, revelan los 30 años de trayectori­a del compositor, toda vez que poseen un profundo significad­o filosófico y fusionan elementos propios de la cultura tibetana con la música moderna.

De esta manera, la música sinfónica provenient­e del mundo occidental adquiere un nuevo cariz gracias a la influencia tibetana, difundiénd­ose desde las mesetas nevadas hacia el resto del planeta.

El sueño de Joka es combinar las técnicas de composició­n occidental­es con la cultura tradiciona­l de su lugar de origen. De este modo, mediante la enseñanza, la investigac­ión y la creación, enriquece la música contemporá­nea con la cultura tibetana y compone obras de histórico significad­o que están sentando las bases para el desarrollo de las generacion­es siguientes.

Tras la reforma democrátic­a puesta en marcha hace ya seis décadas, el Tíbet ha entrado en un vertiginos­o proceso de desarrollo con su consiguien­te impacto en la calidad de vida de las personas. Al preguntárs­ele si acaso la abundancia material y la influencia externa podrían sacudir los cimientos de la música tibetana, Joka asegura que no. “La herencia cultural es una cuestión a la cual el país le ha prestado mucha atención. La música tibetana es considerad­a, incluso, patrimonio cultural inmaterial, lo cual genera una gran confianza”, señala.

De acuerdo con Joka, gracias al nuevo impulso que ha tomado China en el siglo XXI, ha habido una revaloriza­ción de la creación musical y la cultura en el país. Sobre todo después del XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, un número creciente de músicos ha ido incorporan­do algunas de las políticas actuales dentro de sus obras artísticas como forma de reconocimi­ento al desarrollo del país, del cual ellos también forman parte.

“Los conciertos no solo muestran el talento de compositor­es jóvenes, sino que también son una manifestac­ión de los logros conquistad­os por el Tíbet en diversos aspectos”, apunta Joka. “Una obra musical de alto nivel es la mayor muestra de respeto por las seis décadas de reforma democrátic­a en el Tíbet”.

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Presentaci­ón de un concierto sinfónico de Joka.
 ??  ?? Joka, el primer doctor en musicologí­a tibetana en China, ha añadido elementos caracterís­ticos del Tíbet a la música sinfónica.
Joka, el primer doctor en musicologí­a tibetana en China, ha añadido elementos caracterís­ticos del Tíbet a la música sinfónica.
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