China Today (Spanish)

De la concepción a la ejecución

Los proyectos en China del joven arquitecto chileno Sebastián Loaiza

- Por MAGDALENA ROJAS

Alo largo de los seis años que lleva en China, el arquitecto chileno Sebastián Loaiza ha desarrolla­do múltiples proyectos que lo han formado como profesiona­l y que, a la vez, dan cuenta del dinamismo que ha movido a la sociedad china durante los últimos años.

Corriendo para no perder el avión

El día que viajó había mucho tráfico, por lo que llegó tarde al aeropuerto. El check-in ya estaba cerrado y no pudo facturar su equipaje. Aun así, este no era cualquier vuelo, de modo que corrió a toda prisa hasta la puerta de embarque, subiéndose al avión con apenas el bolso de mano que cargaba. Así fue la partida de Sebastián Loaiza de Santiago a Beijing. “Todo fue bastante caótico”, recuerda el joven chileno. Sin embargo, lo más importante era que había llegado a su destino. Finalmente.

Como muchos, Loaiza no sabía que terminaría en China. Lo que sí había deseado desde siempre, no obstante, era una experienci­a profesiona­l fuera. “Quería tener una visión global de la arquitectu­ra y para eso sabía que necesitaba salir”, señala. De este modo, el arquitecto graduado de la Universida­d de Chile se dedicó de lleno a mejorar su portafolio durante tres meses: inventó nuevos proyectos, mejoró algunos que ya tenía y pidió ayuda a varias personas para que criticaran su trabajo. “Quería que mi portafolio fuera perfecto”, dice en sus propias palabras. Las respuestas de diversos estudios arquitectó­nicos no tardaron en llegar. Dentro de estos estaba Spark Architects en Beijing. Cuando tuvo las entrevista­s de trabajo, según confiesa, se sentía nervioso. Pero quedó. Y a partir de ese momento, su vida ya no volvería a ser la misma.

“Tienes que dejar que China te cambie”

Desde que fue notificado que había sido aceptado en Spark Architects hasta que llegó a China, había transcurri­do apenas un mes. Por ende, Sebastián Loaiza no tuvo el tiempo de digerir la noticia y los nuevos cambios que se avecinaban de forma pausada. Esta era una oportunida­d –y una aventura– de aquellas que suceden pocas veces en la vida, y decidió tomarla.

Los primeros tres meses no fueron fáciles. “Yo era un persona muy diferente antes de llegar a China, muy poco tolerante”, admite. “Siempre quería que el resto se adaptara a mi forma de ver el mundo”. Al poco an

dar, se dio cuenta de que si seguía con esa mentalidad no lo pasaría bien. Debía despojarse de antiguos paradigmas, lo cual hizo. “Tienes que dejar que China te cambie, o si no, vives siempre infeliz y reclamando”, añade. Con esta nueva actitud, se percató de que muchas de las cosas que antes le molestaban eran superficia­les y, al mismo tiempo, aprendió a valorar todo lo bueno del mundo que le rodeaba. Así, en el transcurso de un año, hizo amigos, trabajó con personas muy talentosas y participó en una serie de interesant­es proyectos.

Dejando su impronta en la ciudad

Antes de llegar a China, Sebastián Loaiza se encontraba en Belfast, la capital de Irlanda del Norte, terminando su tesis para la Facultad de Arquitectu­ra de la Universida­d de Chile. El tema de su investigac­ión eran los muros físicos y sicológico­s que componen la ciudad amurallada contemporá­nea, lo cual le llevó a estudiar in situ la segregació­n física y social de comunidade­s católicas y protestant­es en barrios vulnerable­s al oeste de Belfast. Su tesis tuvo una fuerte impronta en su modo de concebir la ciudad y respecto a la importanci­a de los espacios públicos como un lugar de encuentro y cohesión social, algo a lo cual presta gran atención hasta el día de hoy en el trabajo que realiza a diario.

Hace cinco años, Spark Architects tuvo una reestructu­ración y cambió su nombre al de CLOU Architects, pero Loaiza se ha mantenido allí desde el comienzo. Una de las cosas que más valora es que los proyectos que ha diseñado se hayan materializ­ado. “Es muy gratifican­te ver tu diseño construido. Esto solo se ve aquí. La rapidez que existe en China es difícil de ver en otros lados”, explica. La firma arquitectó­nica se dedica, por lo general, a proyectos comerciale­s de uso mixto, oficinas, retail y diseño de interiores. El equipo con el que trabaja tiene una visión profesiona­l muy similar, lo cual ha servido a la hora de poner proyectos en marcha y ha hecho que la experienci­a a lo largo de estos años haya sido realmente formativa, incluso más que la propia universida­d.

“Ponemos mucho énfasis en hacer nuestros proyectos responsabl­emente, con el fin de crear verdaderos activadore­s sociales en la ciudad, para que así contribuya­n al espacio urbano positivame­nte y, además, sean proyectos inmobiliar­ios exitosos y sustentabl­es en el tiempo”.

Visiones de la arquitectu­ra yuxtapuest­as

Sebastián Loaiza siente que su experienci­a en China le ha cambiado como persona, lo cual también ha influido en su forma de “hacer arquitectu­ra”. Por una parte, ha dejado de lado la idea de la “perfección”. Al fin y al cabo, la perfección es relativa y está sujeta al gusto y cosmovisió­n de cada individuo, por lo que el concepto se presta a un largo debate. Y, por otro, ha visto la importanci­a –en carne propia– de la eficacia y la ejecución. Asimismo, la forma en que se concibe la arquitectu­ra y el espacio público en China y Chile es totalmente distinta. “Es como comparar una bicicleta y un tren”, aduce. Aun así, cree que ambos países pueden aprender mucho del otro. “No es que uno sea mejor que el otro, pero funcionan en envergadur­as y dimensione­s totalmente diferentes”, sostiene. “Me gustaría que la práctica de la arquitectu­ra en Chile fuera más eficiente y ambiciosa como en China y, al mismo tiempo, me gustaría que China incorporar­a la modestia y el pragmatism­o por los que la arquitectu­ra chilena se ha caracteriz­ado y ha sido reconocida en los últimos años”.

El joven arquitecto dice que China cuenta con los recursos económicos y políticos para movilizar proyectos eficazment­e en tiempo récord. Más aún, los clientes ya no solo prestan atención a la eficacia, sino a que el inmueble sea sustentabl­e en el tiempo y genere un impacto positivo en el entorno inmediato, algo que también se alinea con la visión del equipo de CLOU Architects.

Por otro lado, Loaiza destaca todo lo que ha logrado llevar a cabo en estos seis años. “Tener las atribucion­es que tengo a mi edad es muy difícil en Chile. Aquí se me han dado buenas oportunida­des de crecimient­o profesiona­l de lo cual estoy muy agradecido. Se trabaja mucho, pero vale la pena”.

Los planes de Sebastián Loaiza continuará­n en China por el momento. Goza de una muy buena calidad de vida, ya que el trabajo lo tiene cerca y todo lo demás que requiere en su día a día está a menos de 15 minutos. Además, la seguridad que siente en Beijing – o en cualquier otra ciudad china– al caminar solo por la noche sería algo impensado en otros lugares. Extraña, como es natural, a su círculo cercano –sus padres, su hermana y sus perros–, pero está contento donde está. “Siento que China es un lugar donde están pasando muchas cosas y me gustaría ser parte de ese futuro”.

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Sebastián Loaiza recibe el premio WYDF 2020 junto con Roberto Bannura de Steven Holl Architects.
 ?? Fotos cortesía del entrevista­do ?? Sebastián Loaiza da una charla en el World Youth Designer Forum 2020 durante el Guanzhou Design Week 2020.
Fotos cortesía del entrevista­do Sebastián Loaiza da una charla en el World Youth Designer Forum 2020 durante el Guanzhou Design Week 2020.

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