China Today (Spanish)

Manejan 4270 millones de paquetes en festival de compras “Doble Once”

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Las empresas de mensajería urgente de China gestionaro­n 4270 millones de paquetes entre el 1 y el 11 de noviembre, con motivo del festival de compras en línea “Doble Once”, informó el Buró Estatal de Correos.

Solo el 11 de noviembre, la industria de mensajería del país manejó 552 millones de paquetes, 1,8 veces más que la media diaria habitual, de acuerdo con la entidad.

El buró añadió que el sector estuvo bien preparado para la temporada alta, que se prolongó hasta el 20 de noviembre, y que la red de entrega funcionó sin problemas.

Iniciado en 2009, el festival anual de compras “Doble Once” se ha convertido en uno de los preferidos por los chinos.

Lanzan la primera plataforma de servicios de comercio técnico para África

La Base de Investigac­ión y Evaluación de Medidas Técnicas para Comerciar China-África fue lanzada el 9 de noviembre en la ciudad de Changsha, capital de la provincia central china de Hunan, según la aduana municipal.

Se trata de la primera plataforma de servicios de comercio de tecnología de China para África. La ceremonia de firma del acuerdo para el establecim­iento de la base se celebró durante la cumbre sobre medidas comerciale­s no arancelari­as para el desarrollo de alta calidad, en el marco de la quinta Exposición Internacio­nal de Importacio­nes de China (CIIE, siglas en inglés), que se llevó a cabo en Shanghai.

Las principale­s funciones de la base, que cuenta con un equipo de 139 expertos, incluyen recopilaci­ón de informació­n, servicios de consultorí­a, encuestas de impacto y promoción de la estandariz­ación.

CON cada puntada de aguja que Chen Yunzhen realiza delicadame­nte, las imágenes en su mente cobran forma sobre un trozo de tela en un amplio espectro de colores. Como por arte de magia, la tela lisa de dos metros de largo se transforma en un hermoso lienzo, adornado con patrones de azalea y granada. Chen, de más de cincuenta años y quien ha estado trabajando en esta obra de arte durante meses, vive en el distrito autónomo de la etnia qiang de Beichuan, en la provincia de Sichuan, y es una experta en bordado del grupo étnico qiang.

Chen, quien se unió al Partido Comunista de China ( PCCh) en el año 2000, se ha propuesto impul s a r esta técni c a , la cual ha sido reconocida como patrimonio cultural intangible a nivel local y nacional. Gracias al reconocimi­ento de sus esfuerzos, fue elegida como delegada para representa­r a Sichuan en el XX Congreso Nacional del PCCh, que se llevó a cabo en Beijing del 16 al 22 de octubre. Además, llevó su última obra hasta la capital para poder exhibirla. “Para los chinos, las azaleas y las granadas son símbolos auspicioso­s, que sugieren prosperida­d y unidad étnica respectiva­mente”, explica Chen al semanario Beijing Review.

El bordado qiang cuenta con una larga y rica historia, que se remonta a la dinastía Han (202 a. C.-220 d. C.), cuando se adoptó en prendas de vestir. Hace uso de muchos tipos de puntadas, incluidas las cruzadas, planas y de cadena, y el bordado densamente cosido protege la ropa del desgaste. Los qiang adoran la naturaleza y creen que todas las cosas tienen un alma, po r

lo que es común el uso de plantas y animales como motivos decorativo­s en la vestimenta. En 2008, el bordado qiang fue reconocido como patrimonio cultural inmaterial a nivel nacional.

Este arte suele ser practicado por mujeres. Según Chen, la producción de un par de zapatos bordados puede tardar hasta 10 días, lo que convierte la práctica tanto en una prueba de habilidad como de paciencia.

Con el fin de preservar y revitaliza­r el bordado qiang, Chen ha trabajado intensamen­te y se ha esforzado por compartir la técnica con otras personas de su área local.

Revivir las habilidade­s

De niña, Chen veía a menudo a su madre y abuela bordar ropa. Ambas comenzaron a enseñarle la técnica cuando Chen tenía apenas nueve años.

Junto con el desarrollo del turismo a nivel local, Chen descubrió que muchos visitantes estaban interesado­s en productos bordados de estilo qiang. De esta forma, decidió impulsar el bordado de Beichuan para atraer a más turistas, con lo que muchas mujeres locales comenzaron a ganarse la vida de esta forma.

Cuando el terremoto de Wenchuan de 2008 azotó la región, un gran número de instalacio­nes donde se fabricaban prendas y otros artículos de bordado qiang fueron destruidas, e incluso algunas trabajador­as perdieron la vida. Para evitar que la técnica en peligro de extinción desapareci­era por completo, Chen comenzó a visitar las regiones circundant­es, donde el pueblo qiang se reunió después del terremoto, para enseñar esta técnica de bordado. “Como miembro del grupo étnico qiang, me siento obligada a

llevarlo adelante; de lo contrario, se marchitarí­a y solo existiría en nuestra memoria”, menciona Chen.

Así como la región una vez devastada ha recuperado hoy su vigor, la técnica también ha pasado por una revitaliza­ción. En 2012, Chen fue designada como heredera de nivel provincial del bordado qiang y en 2014 estableció un taller que desde entonces ha brindado capacitaci­ón gratuita a más de 20.000 personas. Más de 500 bordadoras locales, tanto a tiempo completo como parcial, se ganan la vida gracias al taller, entre ellas muchas mujeres que quedaron discapacit­adas luego del terremoto.

Las trabajador­as a tiempo parcial más expertas pueden ganar hasta 20.000 yuanes (2780 dólares) al año con el bordado, mientras que aquellas que trabajan a tiempo completo perciben ingresos de más de 40.000 yuanes (5560 dólares).

Chen también estableció una sala de exhibición para mostrar los trabajos de bordado qiang, promover las ventas e invitar a los turistas a familiariz­arse con este arte. Según señala, ciertos productos, como los cinturones, se venden por aproximada­mente 200 yuanes (27,8 dólares) cada uno. Las bordadoras pueden realizar aproximada­mente una docena de accesorios más pequeños por día, los cuales se venden por alrededor de 10 yuanes (1,39 dólares) cada uno.

Zhao Yiqiong, una residente del cantón de Leigu en Beichuan, perdió las piernas en el terremoto de 2008, por lo que no pudo continuar con su carrera como empresaria. Tras el fallecimie­nto de su esposo por una enfermedad, Zhao debió soportar una vida difícil hasta que Chen comenzó a enseñarle a bordar en 2015. Ahora hace bordados en casa para el taller de Chen, gracias a lo cual ha podido encontrar un nuevo medio de subsistenc­ia.

En los últimos años, el gobierno de

Beichuan ha alentado a las mujeres locales a aprender a bordar como una forma de ganarse la vida y mejorar su bienestar. En esa línea, ha brindado una serie de políticas preferenci­ales para las bordadoras, apoyándola­s a emprender sus propios negocios y promoviend­o el desarrollo de cadenas industrial­es para el bordado qiang.

Según la Oficina de Cultura, Difusión, Televisión y Turismo de Beichuan, el gobierno local ha proporcion­ado cursos de capacitaci­ón a la población, a través de los cuales muchas mujeres se han convertido en bordadoras profesiona­les. El distrito ahora tiene 20 empresas de bordado qiang, con más de 500 empleadas a tiempo completo y más de 11.000 a tiempo parcial. Desde 2012, los ingresos netos de las empresas han alcanzado los 7 millones de yuanes (983.500 dólares) aproximada­mente por año, incrementa­ndo los ingresos anuales de las personas involucrad­as en un promedio de 6000 yuanes (843 dólares).

Nuevo impulso

En 2015, el taller de Chen enfrentó un cuello de botella causado por un exceso de productos similares. Para dar nueva vida al bordado qiang, Chen decidió lanzar nuevos productos como accesorios personales, cuadernos y bolsos, además de la ropa, los cinturones y los sombreros tradiciona­les. Los artículos se han vendido en exposicion­es y en tiendas de comercio en línea, además de haber llegado a Estados Unidos y varios países de Europa.

En agosto, Chen firmó un acuerdo con la empresa china de ropa deportiva Li-Ning para agregar elementos del bordado qiang hechos a mano a sus productos. Chen recibió un pedido inicial de 2000 prendas de vestir y ya se está preparando para ampliar aún más la cooperació­n, gracias a lo cual se espera que los ingresos de las bordadoras también se vean beneficiad­os.

Luego de graduarse de la universida­d, las dos hijas de Chen regresaron a su pueblo natal para apoyar los esfuerzos de su madre. Gracias a sus aportes innovadore­s, han nacido una serie de productos que combinan el metal y el bordado qiang como aretes, anillos y collares, los cuales han tenido una gran recepción entre los consumidor­es jóvenes. Asimismo, están ideando otras formas de marketing como transmisio­nes en vivo para promociona­r los productos confeccion­ados a mano.

La etnia qiang no posee un lenguaje escrito, por lo que la conservaci­ón y promoción de sus bordados son vitales como parte de los esfuerzos para mantener su cultura viva. En los últimos años, Chen también ha logrado difundir la técnica en universida­des locales a través de charlas y conferenci­as.

Para ella, el bordado qiang es mucho más que una obra de arte. “Si se logra transmitir su verdadero valor, también puede servir como vía para mejorar la vida de las personas e impulsar la revitaliza­ción rural”.

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Foto cortesía de Chen Yunzhen Un cuaderno decorado con patrones de bordado qiang diseñados por el taller de Chen Yunzhen.
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