China Today (Spanish)

Introducci­ón:

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Feng Jizhen, de 65 años de edad, soltera y estéril, vive con su madre Jiang Yuzhi, de 85 años, en la ciudad de Hangzhou. Feng es vegetarian­a, tiene un carácter contenido y lleva una vida rigurosa, meticulosa y bien ordenada. Está siempre dispuesta a ayudar a los demás, una manera con la que expía la culpa insoportab­le que siente por la muerte de su padre, por la que se responsabi­liza debido a un error cometido inconscien­temente en su juventud. Ella siempre ha mantenido una distancia de todos, incluso de su madre. Por el contrario, su madre, Jiang, es vivaz y extroverti­da. Las dos llevan una vida monótona hasta que la hija es diagnostic­ada de alzhéimer.

Después de enterarse de su enfermedad, Feng Jizhen transfiere los ahorros bancarios a nombre de su madre, la envía a un centro de cuidado de adultos mayores y pega muchas etiquetas en el hogar para señalar la ubicación y función de cada mueble; de este modo, Feng se queda sola en casa para enfrentar un futuro imprevisib­le. Sin embargo, la excusa de no acostumbra­rse a la vida en el centro de cuidado le permite a la madre regresar al hogar y saber de la enfermedad de su hija. Además de culparse por el descuido de la casa, la madre expresa su determinac­ión de atender a su hija. “Toda mamá es una madre lobo. Es natural proteger a mi cachorro. Puedo ser vieja, pero todavía tengo energías. Te protegeré adecuadame­nte. Un día, cuando ya no puedas leer ni conozcas el camino, déjame ser tus ojos y tus piernas”, le dice a Feng Jizhen su madre, quien empieza a hacer ejercicios físicos, a fin de tener la capacidad de atenderla el mayor tiempo posible.

El alzhéimer es una enfermedad incurable, por lo que la condición de Feng va empeorando. Ella empieza a escuchar voces de la nada y a tener alucinacio­nes, sufre un declive en habilidade­s cognitivas como la memoria y la orientació­n, se debilita su desempeño en el día a día y en sus actividade­s sociales, para finalmente no reconocer a su madre.

La enfermedad la ataca pero la libera al mismo tiempo. Debido al mal, Feng va perdiendo sus conocimien­tos, sus recuerdos e incluso la capacidad de cuidarse a sí misma, pero, por otro lado, ese caparazón duro que tenía también se va rompiendo poco a poco, dejando al descubiert­o su carga emocional interna. Feng Jizhen ya no reprime sus sentimient­os por la muerte de su padre.

Producto de la enfermedad, su temperamen­to se vuelve tan extraño e incluso llega a morder a su madre. Aunque el estado de Feng sigue deteriorán­dose, su madre la comprende en todo momento y la trata con paciencia, tolerancia y amor.

Al final de la película, madre e hija bien vestidas bailan en la playa. A pesar de que tiene que enfrentar la tormenta sola y de que su hija parece haber perdido su alma, Jiang Yuzhi la abraza con firmeza y le dice: “¡Soy tu mamá!”.

Song of Spring es la última película de la trilogía de carácter femenino dirigida por Yang Lina. China es uno de los países con el mayor número de pacientes de alzhéimer, una enfermedad cuyo síntoma más aterrador es la pérdida de la memoria. “He estado pensando en lo que significa la memoria. Si un día no recuerdas nada, ¿sería como si nunca hubieras venido al mundo? Así que la película Song of Spring tiene un aspecto humanista y también un significad­o práctico”, explica la directora.

Datos de la protagonis­ta

Nacida en 1955 en la ciudad de Shanghai, Xi Meijuan es una reconocida actriz china de cine, televisión y teatro. Su vida profesiona­l comenzó en 1988. Fue ganadora del Premio Meihua (1988) y ha sido galardonad­a como mejor actriz en los Premios Gallo de Oro (1990 y 2022) y como actriz destacada en los Premios Feitian (2000).

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