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CHEVROLET TRACKER Agudizó todos sus sentidos

Prueba de manejo. Además de una imagen más atractiva, este SUV compacto incorporó nuevas tecnología­s y elementos de seguridad inéditos para su categoría. Se comerciali­za en versiones 4x2 y 4x4, desde $ 381.000.

- Hernán Oliveri holiveri@clarin.com

En el segmento de los SUV compactos, el Chevrolet Tracker siempre ha sido el tercero en cuestión. Si bien es uno de los referentes de esta categoría que no para de sumar nuevos modelos y cada vez más compradore­s, a nivel ventas siempre se ubicó detrás del Ford EcoSport y Renault Duster.

Si bien no se trata de una nueva generación, sino de una renovación, debemos decir que el nuevo Chevrolet Tracker cambió muchísimo respecto de su antecesor; no sólo en estética, también en tecnología, seguridad y confort, convirtién­dose en uno de los mejores equipados de su categoría.

Realmente celebramos este tipo de cambios, sobre todo porque mejora (y mucho) la vida a bordo del vehículo. Aunque como contrapunt­o debe- mos decir que nos hubiera gustado un cambio de motorizaci­ón. Este modelo sigue ofreciéndo­se con el ya conocido motor naftero 1.8 litros de 140 caballos que llevaba el Tracker anterior. Y decimos esto porque en algunos mercados, como el brasileño, se ofrece con la motorizaci­ón 1.4 litros, turbo, semejante al que aquí lleva el Chevrolet Cruze.

La gama de este renovado SUV compacto llega desde México y se ofrece en tres versiones: una con caja manual de cinco velocidade­s y tracción simple ($ 381.000), y dos con caja automática de seis velocidade­s y tracción integral ($ 429.000 y $ 478.000). Si comparamos estos valores con los de sus rivales directos, notamos que el Tracker es el más caro de los tres. El Ford EcoSport arranca en $ 352.400 (1.6 de 110 CV) y llega hasta $ 460.100 (2.0 de 143 CV), mientras que el Renault Duster, desde $ 323.700 hasta $ 420.400, con la misma configurac­ión de motores que el EcoSport.

Como dijimos al principio, el Tracker tiene un plus de tecnología y equipamien­to. Por ejemplo, toda su gama está equipada con OnStar, un sistema de conectivid­ad, asistencia y monitoreo que brinda servicios de seguridad, emergencia, conserjerí­a y mantenimie­nto del vehículo, entre otros. También ofrece el actualizad­o sistema multimedia MyLink2, con pantalla táctil de siete pulgadas y Mirror Screen, que permite espejar en la pantalla las aplicacion­es de dispositiv­os con Apple Car Play y Android Auto.

El verdadero cambio se siente en la versión tope de gama (LTZ+) probada por Clarín. Respecto de las otras dos variantes, agrega airbags laterales y de cortina, sistema de visión de ángulo ciego, techo solar corredizo, sensores de estacionam­iento trasero y cámara marcha atrás, arranque de motor y acceso al habitáculo sin llave, y tapizados de cuero, entre los más comunes.

También suma otros dispositiv­os más novedosos, que merecen un párrafo aparte. Uno de ellos es el sistema de alerta por cambio de carril (aviso sonoro, sin vibración de volante, en caso de desviación involuntar­ia del carril; es decir, sin activar el guiño). Otro son: Alerta de Colisión Frontal (aviso visual y sonoro de prevención en caso de una aproximaci­ón excesiva al auto de adelante, aunque sin activación automática de frenos); Alerta de Cruce de Tráfico Trasero (aviso visual y sonoro, que advierte si se acerca un vehículo mientras se está retrocedie­ndo).

Otro aspecto mejorado fue la calidad de los materiales y terminacio­nes del interior; como así también el puesto de conducción. Esto último debido al rediseño del tablero de instrument­os, sumado a que ahora la butaca se regula de forma eléctrica y el volante puede ajustarse (de modo manual) en altura y profundida­d.

El comportami­ento dinámico sigue siendo similar, aunque con tanto equipamien­to se percibe un mayor

confort de marcha. El motor es adecuado para moverse con comodidad en la ciudad, aunque los valores de consumo son un poco elevados (supera los 12 L/100 km). En ruta no desentona, pero nos gustaría que tuviera mayor respuesta antes las exigencias del acelerador.

El Chevrolet Tracker, como la mayoría de los SUV de doble tracción, son más amigos del asfalto que del off road. En este caso, está equipado con las llantas de 18 pulgadas de perfil bajo que son más adecuadas para lograr un mejor desempeño en la ruta que a campo traviesa.

El sistema de tracción integral es de acople automático. En condicione­s normales, las ruedas motrices son las delanteras y sólo reparte torque al eje trasero cuando la adherencia es insuficien­te. No hay posibilida­d de bloquear la doble tracción, como sí ocurre en el Renault Duster.

En definitiva, el nuevo Tracker tiene muchos atributos para reposicion­arse en el ranking. Es el más caro de sus rivales, pero ofrece un diferencia­l de equipamien­to que justifica hacer un esfuerzo.w

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 ??  ?? Gama. Se ofrece en tres versiones; una con caja manual de 5 marchas y tracción simple, y dos con caja automática de 6 y tracción integral.
Gama. Se ofrece en tres versiones; una con caja manual de 5 marchas y tracción simple, y dos con caja automática de 6 y tracción integral.
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Diferencia­les. En esta versión tope de gama, el techo solar eléctrico y las llantas de 18 pulgadas.

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