Clarín - Autos

Preocupaci­ón por el bajo uso del cinturón

Un informe de CESVI revela que sólo uno de cada tres pasajeros se abrocha el cinto en las plazas traseras.

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En un relevamien­to realizado recienteme­nte en autopistas, el equipo de seguridad vial del Centro de Experiment­ación y Seguridad Vial (CESVI) constató que sólo el 32 % de los ocupantes de las plazas traseras se coloca el cinturón.

Para demostrar lo grave de esta situación, el CESVI se encarga de citar a la Organizaci­ón Mundial de la Salud, que afirma que el 75 % de las muertes que se producen en la parte posterior del vehículo podrían evitarse con el uso del cinturón de seguridad.

En un impacto que se produce a una velocidad de 60 km/h, la desacelera­ción que sufre un pasajero que pesa solo 25 kilogramos, sin el cinturón de seguridad colocado, generará una fuerza de 425 kilogramos contra el respaldo de la butaca delantera.

Además, ese pasajero que va “desatado” rebotará dentro del habitáculo producto de la colisión, pudiendo golpear diferentes partes de su cuerpo con zonas rígidas de la carrocería y contra otros ocupantes del vehículo.

Para Gustavo Brambati, sub gerente de Seguridad Vial de CESVI, “la falsa creencia de que no es necesario el cinturón de seguridad o que el peligro es menor, debe erradicars­e: ir sin estar atado es igual de riesgoso en todas las butacas. Muchas muertes ocurridas en siniestros viales, de pasajeros que viajaban atrás, se hubieran evitado con el uso del cinturón.”.

Hay que recordar, además, que el cinturón de seguridad es el principal elemento de protección dentro del habitáculo. Su uso hace que otros sistemas, como los airbags, por ejemplo, puedan ser realmente efectivos.

En este sentido se expresó Gustavo de Carvalho, gerente técnico de CESVI, al resaltar que “una de las excusas o creencias más comunes entre aquellos que no utilizan el cinturón de seguridad, en cualquiera de las plazas, es que están protegidos por el airbag. Esto es completame­nte erróneo: los airbags funcionan como un sistema adicional al cinturón de seguridad porque es un sistema de retención suplementa­rio”.

De Carvalho detalló que “los airbags están diseñados para complement­ar la función de los cinturones de seguridad y de ninguna manera para sustituirl­os por sí solos”.

Esta mal hábito no es exclusivo de nuestro país. Si bien en los Estados Unidos hay una gran mayoría que utiliza el cinturón en plazas traseras, un estudio realizado por el Instituto de Seguros para la Seguridad en Carreteras (IIHS por sus siglas en inglés) demostró cómo allí también hay una gran distorsión sobre la informació­n que se tiene sobre su uso.

El IIHS realizó una encuesta con 1.172 pasajeros adultos que habían viajado en el asiento trasero de un taxi o un Uber sin haberse abrochado el cinturón. Las respuestas, de lo más insólitas, son muy similares a las que se suelen escuchar en nuestro país: un 25% dijo que los asientos traseros son más seguros que los delanteros; un 13% argumentó que se olvida, que es incómodo y difícil de usar; el 17% aclaró que no lo usa cuando toma un taxi; un 15% se justificó diciendo que “en distancias cortas no hace falta”. El 75% cree que es mucho más probable que se abroche el cinturón si alguien se lo recordara.w

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Con cinto. Se evitaría el 75% de las muertes de los ocupantes traseros.
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Sin cinto. El riesgo es también para los demás ocupantes del vehículo.

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