“El ESP en el auto tiene un costo de 60 dólares”
El director de Latin NCAP además advierte que los autos de la región están 20 años atrasados.
La decisión de la postergación de la obligatoriedad del control electrónico de estabilidad (ESP por sus siglos en inglés), cada vez causa más polémica. Aunque no es aún oficial, el Gobierno y los fabricantes han acordado retrasar dos años su implementación, que se haría efectiva recién a partir de 2020. Para Alejandro Furas, Secretario General de Latin NCAP, se trata de una decisión “muy preocupante, ya que tiene un costo marginal, de alrededor de 60 dólares”.
Furas recibió a Clarín en Landsberg, Alemania, en donde se encuentran parte de las instalaciones del Automóvil Club Alemán, sitio en donde realizan las pruebas de choque de los modelos que se comercializan en Latinoamérica y a los que califican de acuerdo a sus niveles de protección.
- ¿En qué lugar se encuentra Latinoamérica en materia de seguridad vehicular?
- Lamentablemente en general la región sigue al menos 20 años retrasada respecto de Europa. Principalmente por los resultados que demuestran los vehículos en pruebas de choque laterales. Nos falta también el Control Electrónico de Estabilidad. Es una realidad general de la región, aunque es cierto que hay algunos países, como Argentina y Brasil que van un paso más adelante que el resto. Pero la diferencia es grande respecto de otros mercados.
- ¿Dónde están las principales falencias?
- Desde el punto de vista de la fabricación del vehículo hemos advertido problemas de materiales, en la calidad de los puntos de soldadura, en refuerzos… Pero entendemos que todo eso cae dentro de lo que es el control
de la calidad de producción, que es muy pobre en la región. Y que los gobiernos no están obligando a un control de calidad que haga foco en la seguridad. Y a eso hay que sumarle bajo equipamiento: los mismos modelos que se venden en Europa, en Latinoamérica tienen un equipamiento de seguridad inferior. Entonces vemos modelos que se ven iguales pero que tienen menos elementos de protección y están construidos diferentes. - ¿Tienen medido cuántas muertes se evitarían en Latinoamérica si los autos fuesen un poco más seguros? - El año pasado se hizo un estudio, en el que estaban involucrados Global NCAP, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Ministerio de Transporte Británico, y se llegó a establecer que si en los mercados más importantes de nuestra región se aplicaran las normas de seguridad de Naciones Unidas, que incluyen choques frontales y laterales, control electrónico de estabilidad y protección de peatones, podríamos salvar 440.000 lesionados graves y fallecidos en un período aproximado de diez años, hacia 2030. Y también podríamos ahorrarnos unos 140 mil millones de dólares en ese mismo lapso de tiempo.
- ¿Qué postura tienen Latin NCAP frente a la inminente postergación de la obligatoriedad del control de estabilidad (ESP) en la Argentina?
- Entendemos que es muy preocupante. Primero porque a partir de contar con ABS, algo que sí es obligatorio en Argentina, tener el control de estabilidad significa un costo marginal, de alrededor de 60 dólares. Y hoy se estima que el ESP salva tantas vidas como el cinturón de seguridad. Entonces, por 60 dólares, estamos dejando la chance de salvar vidas.