Refinamiento con un gran confort de marcha
Este SUV ahora tiene una figura más sofisticada y su interior evolucionó notablemente en materia de calidad y terminaciones. Si bien mantiene su conjunto mecánico, mejoró su tenida en ruta pero sin perder comodidad al andar.
Si bien el auge de los últimos años en el mercado automotor lo dieron los SUV urbanos y compactos, hace diez años el desarrollo de este tipo de carrocería se daba en otra categoría. Hace una década, todas las marcas apuntaban a contar en su gama con un todoterreno mediano, o al menos que tuviera ese aspecto. Y eso le llegó a todos los fabricantes, inclusive a aquellos que no tenían tradición en la construcción de vehículos 4x4. Por eso aparecieron muchas asociaciones entre marcas para darle estilo propio a un vehículo ya desarrollado y no perder tiempo en crear uno desde cero; más aún si no había demasiada tradición en materia de cuatro ruedas motrices.
Renault no tuvo que recurrir a ningún tipo de pacto con otro fabricante pero sí tomó un producto de otra empresa del Grupo Renault Nissan para tener su propio SUV. Y no fue de la marca japonesa, sino que fue de Samsung, la empresa surcoreana (de autos, no la de tecnología) que tenía en su gama al QM5. Y fue así como en 2018 nació el Koleos, un vehículo cómo y con buena mecánica, pero que se notaba que su origen no era estrictamente Renautl.
Esta segunda generación, que acaba de poner a la venta en nuestro país, tuvo otro comienzo y los resultados están a la vista: salvo el rombo en la trompa, (que tampoco era original de la primera generación) el nuevo Koleos no se parece en nada al vehículo que reemplaza.
El nuevo Koleos está construido sobre la plataforma modular Common Module Family (CMF-CD), que fue desarrollada por la alianza Nissan Renault, y que es utilizada para hacer otros modelos del grupo, como el XTrail y el Kadjar (modelo de la marca francesa que no se vende en nuestro país).
La figura de este SUV luce más armónica. Creció en tamaño respecto del modelo anterior y ese aumento vino acompañado también por un cambio en sus trazos y las proporciones de sus firmas. Ahora la trompa tiene otra presencia, con una parrilla imponente y con unas luces de LEDs de iluminación diurna que le dan un aire más tecnológico.
Otro detalle que contribuye a esa imagen más robusta que tiene el nuevo Koleos es el remate del sector trasero. En la primera generación, visto de costado, el techo comenzaba a descender apenas terminaba la ventanilla trasera. Ahora la tercera ventanilla se extiende más y la caída al final del techo es prácticamente vertical. Esto no sólo mejora la percepción desde afuera sino que da una sensación de mayor espacio por dentro.
Justamente el interior da también un salto grande respecto del modelo anterior. No sólo su diseño es más moderno, sino que la calidad de los materiales utilizados y el nivel de terminación han mejorado bastante. Todos los revestimientos, los apliques, los bordes de muchos elementos y los encastres de piezas muestran una buena presentación y ofrecen una buena sensación al tacto.
Una pantalla táctil hoy ya es algo común, pero dispuesta de modo vertical sobre la consola central sí es algo distinto. Con esta ubicación a modo de tablet, que también usa Volvo y Tesla, por ejemplo, el uso del display es cómodo. Ayuda que su interfaz sea amigable y que la respuesta sea rápida. El tablero de instrumentos también lleva una pantalla digital en el centro (velocímetro y oras informaciones), secundado por dos indicadores de aguja (temperatura del motor y nivel de combustible).
El espacio es bueno en casi todos los aspectos, especialmente si se comparan las plazas traseras actuales con las de la generación anterior: la ganancia es muy buena. En donde no creció tanto es en la capacidad del baúl, que ahora carga 498 litros (antes era de 450), poco si se tiene en cuenta su tamaño.
De su buen nivel de equipamiento, se destaca el asistente de estacionamiento automático, disponible en la versión Intens (la más equipada), en el que el sistema se encarga de encontrar el espacio mientras avanzamos y luego de realizar las maniobras del volante; el conductor sólo tiene que seleccionar la marcha, acelerar y frenar. La diferencia de este sistema respecto de otros es que la maniobra puede ser en paralelo, perpendicular o en diagonal al cordón; además de poder hacer también la maniobra de salida cuando se está en paralelo.
En donde no cambio el nuevo Koleos es en su conjunto motriz. Conserva el motor naftero de 2.5 litros y 170 caballos de fuerza de la generación anterior. Y se combina exclusivamente con la caja automática CVT (de variador continuo).
Como ocurría con la generación anterior, la comodidad de marcha es su principal atributo. No es un vehículo que invite a disfrutar de una conducción cargada de emociones, pero rápidamente se valora su nivel de confort.
Esa sensación se aprecia mucho en
ciudad, en donde la suavidad de funcionamiento de la caja de cambios contribuye a viajar cómodo. En ruta, en cambio, la transmisión puede volverse molesta a la hora de un sobrepaso, ya que la ecuación entre el ruido del motor y la velocidad ganada no guardan relación.
A pesar de una dirección muy blanda, la sensación de seguridad no se pierde nunca. Las suspensiones del Koleos lo hacen viajar firme pero sin comprometer el confort de marcha.
La versión probada (Intens) cuenta con un sistema de doble tracción que permite seleccionar entre 2WD (sólo recibe fuerza el eje delantero), 4WD Auto (se reparte en forma variable y automática entre los dos ejes) y 4WD Lock (un 50 % del torque del motor va para el eje delantero y el otro 50 % va para el trasero). Esta última pasa a automático cuando se superan los 40 km/h. La limitación, como con cualquier vehículo de este tipo, está con los neumáticos, pensados más para rendir en asfalto.