Smart festeja sus 20 años
La compañía que revolucionó el manejo en la ciudad ya fabricó más de 2 millones de unidades.
En el Salón de Fráncfort de 1997, un pequeño prototipo de dos metros y medio de largo, con capacidad para dos pasajeros, sorprendía a los visitantes de la muestra con una inusual propuesta de movilidad urbana.
En julio de 1998, Smart comenzaba a fabricar las primeras unidades y nacía así el auto que demostró que existía una manera mucho más ágil para transportarse en la ciudad.
La idea original pertenecía a Nicolas Hayek, CEO de la compañía de relojes suizos Swatch, quien ya a fines de los 80 se planteaba la idea de meterse en la industria automotriz y construir un auto de dos plazas. Comenzaba entonces proyecto denominado Swatchmobile.
Luego de un primer acuerdo fracasado con el Grupo Volkswagen, en 1991, se asoció con Daimler, empresa dueña de Mercedes-Benz, con quien terminará llevando adelante y concretando la fabricación del vehículo.
Esta idea a Mercedes-Benz no lo tomaba demasiado por sorpresa. Ya en 1982 la marca alemana había mostrado el prototipo NAFA, que contaba con algunas características similares a las que proponía Hayek en su proyecto.
Los primeros prototipos del desarrollo conjunto, presentados en 1994, mostraban la idea con la que luego se fabricarían los modelos de serie. Un vehículo de dos metros y medio de largo, con capacidad para dos pasajeros y el motor y la caja de cambios ubicados en el sector trasero y debajo del suelo del auto. La tracción era posterior y esos concepts eran híbridos (llevaban también un motor eléctrico).
La fabricación finalmente se realizó en una nueva planta en Hambach, Francia, y en octubre de 1998 ya estaba a la venta en nueve países europeos. No sólo el vehículo era llamativo. Los concesionarios de la marca agrupaban los autos en unas torres de vidrio, como si se tratara de un exhibidor de relojes.
La marca suiza también estaba presente en el nombre. Si bien la palabra Smart en inglés significa inteligente, su composición en este caso tienen también otro origen. La letra S es por la marca Swatch, la M por MercedesBenz, y ambas se unen a la palabra art, que significa arte en inglés.
Como toda idea nueva, su introducción al mercado no fue sencilla. A pesar de la simpatía que despertaban su tamaño y su diseño, su precio era superior a otros autos chicos pero que contaban con lugar para más de dos pasajeros y mayor espacio en el baúl.
Otro preconcepto que tuvo que vencer fue el de la seguridad. Siempre se tuvo la idea que cuanto más grande el auto más seguro es. Smart desarrolló una célula de superviviencia que la marca se encargó de publicitar con fuerza. Es más, las pruebas de choque que divulgó del pequeño vehículo eran contra un Clase S o un Clase E, los autos más grandes de Mercedes-Benz en esa época.
En la actualidad se vende la tercera generación del modelo, que llegó al país a principios de 2016. Por primera en nuestro mercado se ofrece una variante de 4 plazas. A pesar de eso, respeta el concepto de motor trasero y tracción también posterior.
Su particular figura lo hace ideal para todo tipo de acciones e intervenciones. Es por eso que cada tanto siempre aparece algún prototipo llamativo o con algún tuning especial.
El objetivo de la marca es vender a partir de 2020 sólo vehículos eléctricos en Europa. Un plan que posteriormente llegará al resto del mundo.w