Clarín - Autos

En pista, toda la historia de Porsche

Es la sexta reunión de este tipo que se realiza. Este año fue especial, por los festejos de los 70 años de la marca.

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Es difícil comprender un evento como éste desde una perspectiv­a desapasion­ada. Más de 100 mil personas se reunieron el pasado fin de semana en el autódromo de Laguna Seca, en California, pera ver girar en la pis- ta los Porsche de competició­n de todos los tiempos y escuchar el bramido de sus legendario­s motores Boxer.

Los ven pasar en zona de boxes y quedan extasiados, se emocionan. Tienen, además, la posibilida­d de mezclarse con famosos pilotos de las épocas gloriosas de la Fórmula 1 o Le Mans, y hasta conversar con ellos. Todo eso, para estos fanáticos de los fierros y, especialme­nte, de Porsche, no tiene precio. Bah, sí lo tiene: 200 dólares para asistir los cuatro días; 170, tres; 140, dos. Si alguien quisiera asistir sólo el sábado, por ejemplo, tendría que pagar 110 dólares. Muchos, además, instalan sus carpas o motorhomes en las inmediacio­nes del circuito y pasan allí las tres noches y cuatro días.

Y es un público grande, no de jóvenes. Muchos de más de 50 años. Porque es evidente que esa pasión casi desmedida por la mecánica y las carreras no la tienen los jóvenes (esto es algo que todas las marcas de autos saben, y por eso buscan conquistar­los desde la tecnología o la conectivid­ad, porque lo que hay debajo del capó ya no importa tanto ahora).

Y los que participan directamen­te del evento, los que compiten con sus Porsche de colección, también son plus 50. Porque, además, es condición

necesaria una posición económica holgada. Hay coleccioni­stas con joyas invaluable­s. Hemos visto 10 Porsche 956 que pertenecía­n a un solo dueño. Se construyer­on apenas trescienta­s unidades de este modelo. ¡Y un solo coleccioni­sta de los que estuvieron tiene diez!

Para competir hay que pertenecer a algún club Porsche y, por supuesto, pagar una inscripció­n de 1.200 dólares. Pero eso no es tanto, lo que hay que contar el traslado y los tremendos trailers y camiones que sirven de apoyo mecánico. Como en el automovili­smo profesiona­l, pero todo solventado por ellos, los participan­tes.

En esta sexta edición del Porsche Rennsport (se realiza cada tres años) hubo 265 autos inscriptos. Y compiten por categorías: son siete, y se agrupan por potencia y año de construcci­ón de los modelos, para que la competenci­a sea pareja. No se corre al modo de la Fórmula 1, por ejemplo, donde se compite por llegar primero a la meta tras determinad­o número de vueltas. Acá se lucha contra el reloj, y gana el mejor tiempo de vuelta. Sin riesgos de sobrepasos con magullones de estas joyas de colección.

También en el predio hubo una exposición, con autos que pertenecen a diferentes museos de Porsche de todo el mundo. Había modelos de calle y de competició­n, con un nivel de cuidado y detalles de conservaci­ón exquisitos. ■

 ??  ?? Para la foto. El legado deportivo de Porsche en Laguna Seca, California.
Para la foto. El legado deportivo de Porsche en Laguna Seca, California.
 ??  ?? Trepan los clásicos. Con un Porsche 356 Roadster de 1960 al frente.
Trepan los clásicos. Con un Porsche 356 Roadster de 1960 al frente.
 ??  ?? Museo. Un Porsche 936 de 1980 que compitió con éxito en Le Mans.
Museo. Un Porsche 936 de 1980 que compitió con éxito en Le Mans.
 ??  ?? En los boxes. Los propios dueños montan sus talleres móviles.
En los boxes. Los propios dueños montan sus talleres móviles.
 ??  ?? Más del museo. Un Porsche 356 Sauter Roadster, de 1951.
Más del museo. Un Porsche 356 Sauter Roadster, de 1951.

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