Una silueta conservadora llena de agilidad y pimienta
Su arquitectura puede dar una idea de auto más tradicional, pero cuenta con un comportamiento dinámico notable, incluso para un modelo compacto. Además, por adentro luce elementos tecnológicos de vanguardia, sin perder la indiscutida categoría y calidad de materiales de la marca de lujo alemana.
Qué lejos quedó aquel MercedesBenz Clase A de finales de los años 90, que se posicionó como el “Mercedes de los 25 mil dólares”. Y no es que quedó lejos solo por el precio, sino que, con el tiempo, también fue mutando hasta su misma esencia.
Aquel pequeño monovolumen de figura simpática se convirtió en un hatchback con una figura más deportiva y que apuntaba a un público más variado.
Sobre la base de ese nuevo Clase A, que apareció en 2012, también se hizo una variante para captar a quienes prefieren un SUV (el GLA). Pero con la nueva generación del modelo más chico de la marca alemana, apareció la silueta sedán, que se transforma en la más elegante de toda la gama.
Se podría pensar que este modelo apunta a aquellos que tienen gustos más conservadores en materia de diseño. Sin embargo, sus proporciones de auto compacto anulan esa idea y dan como resultado una figura moderna y atractiva a pesar de que su arquitectura es más tradicional.
Contribuye bastante a esa idea el habitáculo un poco más retrasado, lo que deja lugar una un volumen trasero más corto. Además, el remate de la tapa del baúl dibuja un sutil alerón tipo “cola de pato” que le da un toque de deportividad.
Y si bien hay parecidos con el CLA (la versión “cupé de 4 puertas” del Clase A), las superficies en general son más bien limpias, sin relieves ni nervios.
Las ventajas de esta silueta respecto de la de 5 puertas o del CLA tienen que ver con el aprovechamiento del espacio interior. A pesar de ser un auto compacto, el lugar en las plazas delanteras es óptimo, con un buen espacio a la altura de la cabeza.
Atrás el espacio es recomendable