El primer auto hecho con una impresora 3D
Es un vehículo cuya estructura principal fue hecha con una impresora de tres dimensiones, en el ámbito de una de las más importantes exposiciones tecnológicas de los EE.UU.
Hace pocos años empezamos a escuchar sobre la impresión en 3D. Era difícil entenderlo, pero ahora sabemos que se trata de una máquina (impresora) capaz de crear objetos en tres dimensiones (impresiones). A partir de eso, la imaginación es el límite de los campos que podrían encontrarse para la aplicación de tal tenología. Ahora le llegó el turno al auto impreso en 3D. Eso es lo que se acaba de presentar en el International Manufacturing Technology Show (IMTS) que se celebró en la ciudad de Chicago, EE.UU. Pero lo más sorprendente es que el vehículo fue literalmente concebido en el propio centro de exposiciones y ante la vista de todo el mundo. Además, rodó por primera vez en ese lugar. El auto fue bautizado Strati por Local Motors, empresa que en la exposición utilizó un proceso llamado fabricación directa digital para construirlo. Para ser totalmente precisos, hay que dejar en claro que lo que salió de la impresora 3D es el chasis y la carrocería, a la que luego se le adosaron el motor, la suspensiones y la transmisión. La pieza resultante por 212 capas de impresión 3D es un conjunto monocasco hecho de plástico reforzado con fibra de carbono. La duración del proceso en la impresora demandó 44 horas, pero la compañía tiene intenciones de reducirlo: ya está trabajando para hacerlo no más de 24 horas. Es que la intención es comercializarlo, algo que no será posible hasta por lo menos 2015, cuando esté en condiciones de ser registrado según las normas vigentes en los Estados Unidos para vehículos de este tipo. Tiene un motor eléctrico que funciona acoplado a una transmisión automática con una marcha directa para propulsar el eje trasero. Según información oficial, la batería, de 6,1 kWh de capacidad, ofrece una autonomía de 62 millas (unos 100 kilómetros) y el proceso de recarga demora unas 3,5 horas. Su velocidad máxima es de alrededor de 80 km/h. Además, posee inmovilizador electrónico de motor y frenos regenerativos con discos en las cuatro ruedas. Más que una solución aplicable en el futuro es un experimento interesante pero no por eso también viable. Lo que pueda ofrecer en seguridad deja muchas dudas. Pero ¿quién sabe? Por ahí termina siendo el carro de golf del futuro. No parece probable que pueda transitar por las calles.