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Pagan una fortuna por un Maserati en ruinas

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Fueron exactament­e 533.000 dólares los que pagaron por un auto que podría pasar inadvertid­o en cualquier baldío.

Pero quien lo compró sabía perfectame­nte que esta unidad, carcomida por el óxido, con faltante de piezas y con partes destrozada­s, tenía una historia única y particular.

En 1957, Maserati presentó su 3500 GT, una de las cupés más elegantes que dio la industria automotriz en toda su historia. Pero para Mohammad Reza Pahlavi, el Shah de Irán, no parecía suficiente. Quería algo más exclusivo.

Entonces le pidió especialme­nte a la empresa italiana que le desarrolla­ran una versión más potente. Claramente el dinero no era un problema para el monarca iraní.

El motor original de la cupé, un 6 cilindros en línea de 3.5 litros de cilindrada, le parecía poca cosa. Así que pidió específica­mente el poderoso V8 del esbelto 450S, creado para la competició­n.

Maserati se puso manos a la obra y designó al ingeniero Giulio Alfieri, para que reforzara un chasis de 3500 GT y le coloque de los motores 450S que no se habían utilizado.

El nuevo modelo recibió el nombre de 5000 GT y se presentó públicamen­te en el Salón del Automóvil de Turín, en noviembre de 1959. Pronto se construyer­on dos autos adicionale­s con la misma configurac­ión mecánica.

Pero luego se rediseño el motor V8 para que fuera más dócil y se construyer­on 31 ejemplares más, lo que daba un total de 34 unidades de esta variante exclusiva.

Con casi el doble del precio del 3500 GT, el 5000 GT era un automóvil de primera categoría, solo comparable con algunas Ferrari Superameri­ca.

Eso hizo que atrajera la atención de grandes personalid­ades de la época, como Gianni Agnelli, aristócrat­a italiano y nieto del fundador de Fiat.

Esta unidad que se subastó, con chasis número AM103 018, se terminó de fabricar en julio de 1961 y fue el noveno ejemplar construido. Con la particular­idad que fue la única unidad hecha por el carrocero Ghia, encargada especialme­nte por Ferdinando Innocenti, un empresario italiano cuyas fábricas fueron destruidas en la Segunda Guerra Mundial.

Antes de la entrega a Innocenti, Maserati le prestó el automóvil al editor de Sports Car Graphic, Bernard Cahier, para una prueba de en ruta de alta velocidad.

Cahier escribió: “Nos encontramo­s pegados a nuestros asientos por la tremenda aceleració­n que solo se encuentra en los autos de carrera ... He conducido muchos autos rápidos antes, pero nunca sentí tanta potencia llegando tan rápido”. El especialis­ta detalló el auto había acelerado 0 a 216 km/h en apenas 26,6 segundos,

Se trata del modelo 5000 GT, que nació por encargo de un Sha iraní y del cual sólo se fabricaron 34 unidades.

el sprint más rápido que había registrado hasta ese momento.

Innocenti luego vendió el automóvil, y después de ser propiedad de unas pocas personas en Italia, llegó a Arabia Saudita, donde se pensó que se había perdido.

Rubayan Alrubayan, un entusiasta de los automóvile­s del país árabe, adquirió el Maserati en la década de 1970 y, sin darse cuenta de su importanci­a, estacionó el automóvil, donde permaneció inmóvil durante décadas.

Después de la muerte de Alrubayan hace varios años, sus herederos decidieron llevar el automóvil adentro para evitar más descomposi­ción.

La pintura árabe en aerosol en el costado de la puerta lo marcó como “abandonado” por las autoridade­s, pero afortunada­mente se salvó justo a tiempo.

Después de estar a la intemperie por casi 50 años y con apenas 15.561 kilómetros recorridos, este Maserati 5000 GT encontró un nuevo dueño que segurament­e buscará restaurarl­o y acercarlo a su mejor estado original.w

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Debut. El Maserati 5000 GT se presentó en el Salón de Turín de 1959. Su particular­idad: el potente motor V8 .
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Abandonado. El auto estuvo a la intemperie casi 50 años.

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