Cuenta regresiva para pintar la pileta
Hay que tener en cuenta que una vez terminada tienen que pasar siete días para su llenado.
Con el inicio de octubre comienza la cuenta regresiva para pintar la pileta de natación. Hay que tener en cuenta que el período ideal para realizar la puesta a punto de la pileta ya sea de fibra de vidrio, hormigón o de mampostería revocada, va entre el 1º de septiembre y el 15 de noviembre.
“El primer paso es vaciarla completamente y limpiarla en tres pasos: primero con agua y ácido muriático, luego con agua y cloro y finalmente con agua y detergente. Luego hay que reparar si hay grietas y rajaduras y posteriormente lijar y rasquetear”, explica Guillermo Ortega, gerente de pinturerías Sui Color.
Para resolver las grietas se puede utilizar algún producto a base de silicona para su relleno y sellado. En el caso de ser profundas hay que usar masilla elástica específica para la reparación. En caso de tener dudas siempre es conveniente consultar con un especialista.
Las pinturas deben ser en base acuosa o solvente. Si se va a pintar a mano, deben realizarse dos manos en total dejando un período de 24 horas entre la primera y segunda. Un punto importante es que si llega a llover entre mano y mano, una vez que cesa la lluvia, se debe sacar el agua acumulada del fondo de la pileta, dejar secar y continuar luego con el repintado. Una vez que la pileta esté completamente seca, debe permanecer siete días sin agua. Y a partir de ahí sólo resta llenarla y sumergirse para disfrutar.
“Si se decide a pintar con máquina, el procedimiento será similar al de la pintada a mano. Los equipos para pintar, además de ser de fácil manejo, permiten ahorrar pintura ya que los mismos absorben la pintura directo de la lata por lo cual no se debe estar recargando el rodillo o llevando la lata o el balde de pintura por todas partes. Esto es lo que hace que el trabajo sea más prolijo ya que no habrá posibilidad de que se caiga pintura por toda la pileta”, continúa Ortega.
En cuanto a colores, en el mercado se ofrece un abanico que no sólo pasan por el azul, el celeste o blanco sino que también engloba el color arena o el verde esmeralda, entre otros.
“Estos colores permiten otorgar un nuevo aspecto a las piscinas que van a refrescar el espacio de relajación ya sea para los que busquen un tono suave y relajante como el celeste, así como para aquellos que prefieran un tono más cálido como el arena, que se verá como un color verde agua luego de su llenado”, describe Osvaldo Accini, gerente del Departamento Técnico de Sherwin Williams.