Un derechazo de Marcelo rescató al Real justo a tiempo
Si no cuesta no vale. Real Madrid recuperó al equipo más reconocido tras la exhibición de sus suplentes en La Coruña y al final volvió a sufrir ante un Valencia que logró empatar el encuentro en el tramo final, aunque de nada le sirviera. El conjunto de Voro no sacó nada positivo gracias a una genialidad de última hora de Marcelo, quizá el lateral más en forma del mundo, que llevó los tres puntos a la casilla de un Madrid que aún depende de sí mismo para proclamarse campeón. Zidane devolvió a Nacho al eje de la defensa, a Keylor a la portería y apostó por James de inicio ante la baja de Bale.
El Madrid, como suele, llevó el peso del encuentro. Cristiano, muy activo en la primera parte, cabeceó a la red un gran centro de Carvajal desde la derecha antes de la media hora de encuentro, sumando su gol número 20 esta temporada en la competición doméstica, lejos de los que acostumbra a contar a estas alturas de campeonato. Justo antes del descanso fue cuando más apretaron los locales, que sin embargo no encontraron premio: fue una tarde aciaga para la puntería de los titulares y especialmente triste para un Benzema alicaído que únicamente disparó a puerta dos veces en los más de setenta minutos que estuvo sobre el campo.
La segunda mitad empezó con baile: el árbitro corrió al punto de penalti a castigar un abrazo de Parejo a Modric y Cristiano, en busca del doblete, colocó el balón en su lugar. Sin embargo, la bestia de enfrente, un Alves que para más de la mitad de los penaltis que le tiran, volvió a interponerse entre el portugués y la felicidad y evitó el 2-0. Luego el Madrid pagaría este descaro, primero con nuevas frustraciones en campo contrario, y finalmente con el 1-1 de falta directa de Parejo a poco de acabar el encuentro. Volvió la sangre a las venas del madridismo, y en apenas unos minutos el resultado se recompuso: Marcelo se internó desde la izquierda, dribló a dos y con el Bernabéu alocado, definió con la derecha al palo largo de su compatriota: 2-1. El blanco estalló bajo la lluvia: la victoria acerca un poco más al Madrid al título, aunque la obsesión ahora sea encontrarse con el vecino, el Atlético, en la primera batalla de semifinales de Champions League el próximo martes.