San Lorenzo sigue dando buenas señales y no se baja de ninguna pelea
Logró su cuarta victoria consecutiva, sumando la Copa Libertadores y el torneo local. Cuando Ortigoza y Belluschi se adueñan del medio marcan la diferencia y el equipo crece.
Faltan algunos días para el clásico más porteño de todo el mundo ante Huracán, el sábado que viene, en Parque Patricios. Y restan todavía más para el choque ante Flamengo, decisivo para el futuro en la Copa Libertadores (será el 17 de mayo, en el Nuevo Gasómetro). Pepunto ro mientras San Lorenzo encara las que serán las dos semanas más importantes en lo que va de su año, las buenas señales continúan acumulándose para los azulgranas: Ortigoza, poco a poco, vuelve a ser ese volante que dicta el ritmo del equipo; Belluschi, aún con pinceladas, vuelve a marcar la diferencia en tres cuartos de cancha, apoyado en la frescura de Merlini; la defensa, también, otorga nuevamente garantías y hasta se da el lujo de que uno de los de la zaga central (Caruzzo) anote su apellido en el marcador. Es cierto: hubo también errores, principalmente en la definición. Sin embargo, tras la tormenta que azotó Boedo hace un par de semanas y que hizo tambalear a Diego Aguirre, San Lorenzo ahora disfruta de un presente soleado: tras la de ayer ante Rosario Central, ya son cuatro las victorias consecutivas del equipo, entre Copa y campeonato local. Y, mientras mira de reojo el torneo continental, tampoco se desentiende del todo del ámbito doméstico, en donde se puso a apenas seis puntos del líder Boca y reafirmó su posición dentro del lote de equipos que clasificarán a la próxima Libertadores.
Se dijo: San Lorenzo continúa dando síntomas de mejoría. Y que ellos se produczan ante un rival como Rosario Central (que sale a proponer en cualquier cancha en la que se presente) no es un detalle para nada menor. Ayer, en un Nuevo Gasómetro en el que la intermitente lluvia no llegó a complicar el desarrollo del encuentro, ambos equipos salieron a jugar con el mismo libreto: el de buscar la pelota y ponerla al ras del piso, y así ser protagonistas. Fue el visitante quien comenzó mejor, con un movedizo Carrizo en la mitad de cancha que servía de nexo para Teófilo Gutiérrez, siempre molesto para la defensa rival. Sin embargo, con el paso de los minutos, el local se acomodó. Y a partir de Ortigoza y Belluschi comenzó a marcar la diferencia, a tal que al final de los primeros 45 minutos del partido San Lorenzo tuvo siete chances claras para convertir. Pero, curiosamente, la apertura del marcador no llegó desde el juego asociado sino desde otra vía, con un penal que Ortigoza cambió por gol picando la pelota. Celebró Aguirre por esa superioridad, claro, pero sufrió por las chances perdidas por sus futbolistas, que chocaron con las buenas respuestas de Diego Rodríguez y, también, contra sus propios errores en la definición, como los de Blandi, que esta vez no fue ese goleador letal que viene siendo desde hace tiempo.
En el complemento, San Lorenzo salió decidido a llevarse por delante a Central y liquidar el pleito. Otra vez, las chances aparecieron, pero Blandi de vuelta perdió el duelo con el Ruso y Mussis tardó en definir. Sin embargo, lo que los de arriba no pudieron resolver, uno de abajo lo logró con facilidad: como fuese el más hábil de los delanteros, Caruzzo puso el 2-0 con una gran definición. Todo se hizo cuesta arriba para los rosarinos a partir de ahí. Pero lejos de darse por vencidos, los de Paolo Montero volvieron a meterse en partido gracias a Teófilo Gutiérrez, que se multiplicó por todo el frente de ataque y de a ratos hasta fue el armador del equipo.
Los de Boedo sufrieron los últimos minutos, en los que debieron defender más atrás de la cuenta para lograr una justa victoria. Al cabo: San Lorenzo sigue recuperándose. Y dejó en claro que nunca hay que darlo por muerto.