Del Potro: "Me da mucha ilusión volver a jugar en Roland Garros"

Tras caer con Djokovic en Roma, mira hacia el torneo parisino, donde competirá después de cinco años.

En el tenis, siempre hay un vencedor y un vencido. Pero no siempre quien sufre la derrota termina frustrado y con bronca. Ese fue el caso de Juan Martín Del Potro, quien a pesar de haber caído en los cuartos de final del Masters 1000 de Roma (4.273.775 euros; polvo de ladrillo) ante el serbio Novak Djokovic por 6-1 y 6-4, en un partido que se había suspendido el viernes por lluvia y se completó ayer, se despidió del certamen italiano con sensaciones muy positivas. Y se mostró muy ilusionado con la chance de volver a jugar en Roland Garros después de cinco años.

“Me da mucha ilusión volver a jugar ahí. Hace mucho que no juego ese torneo y será difícil. No estoy preparado como a los 25 años, porque no pude entrenarme tanto. Pero siempre es un torneo muy lindo de jugar y uno saca energías de donde no hay”, se entusiasmó el tandilense.

Con su gran actuación en el Foro Itálico, Del Potro alimentó la confianza de cara al segundo Grand Slam de la temporada, un certamen que jugó por última vez en 2012 y en el que arrancará como preclasificado. Y aunque antes de desembarcar en París pasará por el Abierto de Lyon, donde debutará ante el español Marcel Granollers, Delpo ya espera con ansias su regreso a Roland Garros.

“Me llevo cosas muy buenas de Roma, en especial si pienso que llevaba un tiempo sin jugar sobre polvo de ladrillo. Creo que hice un gran trabajo siendo además mi primer torneo después de lo que me pasó”, afirmó Del Potro, haciendo alusión al fallecimiento de su abuelo, que lo obligó a retirarse del torneo de Estoril y a bajarse del Masters 1000 de Madrid.

No es difícil encontrar las razones por las que el argentino se fue satisfecho. En Roma cosechó victorias importantes. En su debut venció al búlgaro Grigor Dimitrov, número once del mundo, y en octavos, al japonés Kei Nishikori (9°), en el que fue su primer festejo del año ante un top 10. Consiguió hilvanar tres triunfos seguidos en un Masters 1000 por primera vez desde octubre de 2013, cuando había caído en la final en Shanghai, se aseguró el 30° lugar del ranking mundial y desplegó un tenis que, como él mismo reconoció, estuvo cerca de su mejor nivel, con un juego de saque sólido y una derecha potente que hizo mucho daño.

Hasta el revés funcionó un poco mejor, aunque sigue siendo su punto más débil. Es que el argentino aún no se siente cómodo pegando ese golpe a dos manos y recurre mucho al slice. Y Djokovic aprovechó esa ventaja. “En los momentos importantes me juegan sobre el revés y cometo errores”, analizó el tandilense, haciendo alusión a la estrategia del número dos del mundo para sellar la victoria. Aunque reconoció que el serbio fue un merecido ganador. “Nole jugó muy bien, como hacía mucho no lo hacía”, aseguró Delpo.

Como para darle la razón y para que su derrota no le doliera mucho, el serbio salió más tarde a la cancha y demolió por 6-1 y 6-0 en las semifinales al austríaco Dominic Thiem, que llegaba confiado tras bajar el viernes al español Rafael Nadal.