Defensa y Justicia estira la fiesta y Quilmes sigue con su sufrimiento
Los de Florencio Varela fueron muy superiores a un rival que acumuló apenas tres puntos de los últimos 33 que jugó.
Dos caras, dos realidades, pueden resumirse después de los últimos dos partidos entre Quilmes y Defensa y Justicia, que ganaron los de Florencio Varela ambos por 2-0. La semana pasada (en la fecha de los clásicos) de local y ayer en el estadio Centenario. Resignación absoluta en la gente de Quilmes, que apenas sumó tres puntos de los últimos 33 en juego. Un enorme operativo policial hubo alrededor del vestuario local y el estacionamiento, pero el hincha común se retiró cabizbajo, y los barras -esos que rompieron autos la semana pasadani aparecieron. En cambio, a Defensa le cierran todos los números. Lleva nueve sin perder entre el torneo y la Copa Sudamericana, sufrió un solo gol en contra en los últimos siete partidos, con estos nuevos tres puntos ya se aseguró seguir una temporada más en Primera, se ilusiona con la Sudamericana después de haber eliminado al poderoso San Pablo y también tiene como objetivo la Copa Argentina.
La receta de Defensa es simple: dársela siempre al compañero me- jor ubicado, jugar a ras del piso y avanzar en pequeñas sociedades. Todo lo potenció Sebastián Beccacece, el actual entrenador, muy interesante, que ya se sabe que no seguirá al final de la temporada, porque será el ayudante de campo de Jorge Sampaoli en la Selección. Los dirigentes están buscando reemplazante, tratando de mantener la línea futbolística. Gabriel Milito ya dijo que no. Y el candidato más firme por ahora es Marcelo Gómez, el ex volante multicampeón con Vélez.
Defensa y Justicia, en el primer tiempo, superó con claridad a Quilmes, sobre todo atacando por el sector derecho, con Agustín Bouzat como estanderte. Sin embargo, el primer gol llegó por la izquierda: centro de Castellani, la defensa se quedó parada y Rivero, entrando por atrás, definió. El volante luego se iría reemplazado porque tuvo una pequeña conmoción tras un choque de cabezas con un rival (le pusieron un cuello ortopédico).
En la parte final, Defensa lo definió de contra. Bouzat, por la izquierda, se fue a pura velocidad hasta el fondo, envió el centro y Rios la terminó mandando al fondo de la red. Quilmes, es cierto, tuvo algunas chances en el arco de Arias, pero el arquero siempre respondió con solvencia, demostrando que no es casualidad que lleva más de 588 minutos sin que le hagan goles en el torneo local.
El presente de Quilmes, en zona de descenso directo, es preocupante. Incluso tiene menos juego que cuando lo dirigía Alfredo Grelak, al que echaron justo cuando había ordenado un poco el equipo. Cambios que con el tiempo resultan inconvenientes.