Ahora River sintió la presión y jugó tan mal que el torneo depende otra vez de Boca
El equipo de Gallardo no supo encontrarle la vuelta al planteo rosarino. Le faltó elaboración y frescura. ¿Se recuperará el miércoles contra Atlético, en Tucumán?
En el Monumental se pedía a gritos por una victoria que lo encamine a River al título. Pero el público millonario apenas se tuvo que conformar con un empate que sabe a poco. Porque casi 24 horas después el campeonato volvió a depender de Boca, el puntero. Y el equipo de Marcelo Gallardo, que sigue a cuatro puntos con un encuentro menos, dejó pasar una gran chance. ¿Le habrá pesado la presión de tomar las riendas del torneo? En definitiva, esa situación parece ser una constante. Ya le pasó a Newell’s, a San Lorenzo y a Racing. Ayer, le tocó a River. Todos terminan jugando para Boca, que se beneficia porque el resto no supera compromisos claves.
Se habló mucho en las últimas semanas de la obligación que tiene Boca por asegurar un título que parecía tener el bolsillo, antes de que su camino se llenara de espinas. El equipo de Guillermo Barros Schelotto volvió a dejar puntos en el camino pero Rien su escolta, no lo aprovechó. No pasó de un 0-0 con un durísimo Rosario Central que le hizo un gran planteo en Núñez. Ya le había pasado hace más de un mes cuando Boca había empatado con Atlético de Rafaela. River jugó más tarde e igualó 11 con Sarmiento, dejando dos puntos claves en el camino.
Está claro que Central es mucho más equipo que el de Junín, pero a River otra vez le volvió a faltar reacción. En aquella oportunidad para liquidar un encuentro que se le había presentado favorable. En la tarde-noche de ayer porque le costó meterse el partido, a tal punto que fue una de sus presentaciones más flojas en el año. No jugó bien y no pudo convertir, algo que no sucedía hace 16 partidos cuando empató 0 a 0 contra Unión, también en Udaondo y Fugueroa Alcorta.
River se vio superado por Central en los primeros 45 minutos, a tal punto que no tenía la pelota ni el dominio del terreno. El conjunto rosarino se plantó de igual a igual y le cortó los circuitos de juego. Lo partió a la mitad, obligándolo a tirar pelotazos. Así, River se sintió incómodo y estuvo desconocido. Reinaron las imprecicver, siones y el juego no apareció. Lo positivo para River fue haberse ido 0-0 al descanso. Porque Central tuvo dos chances claras. Una se la sacó Batalla a Teo Gutiérrez y en la otra Ruben casi abajo del arco cabeceó por arriba. Y pudo contar con dos más pero el juez de línea Cristian Navarro levantó mal la bandera. Ruben, en una, y Camacho, en la otra, se iban cara a cara con Batalla.
Le faltó más profundidad a Central. Le dio pelea en la mitad de la cancha y mucha pierna fuerte. Un equipo guerrero al estilo de su entrenador, Paolo Montero. Y si bien por momentos Camacho y Carrizo le dieron algo de juego, después decayeron. Ya en el segundo tiempo, Central retrocedió en el campo y River empezó a mover un poco más la pelota con Nacho Fernández. Ponzio fue el león de siempre y levantó a su equipo. Teo se empecinó en jugar más para la tribuna que para Central y de un error suyo vino la jugada en que Alario hizo lucir al Ruso Rodríguez. También lo tuvo Driussi dos veces, una dio en el palo y en la otra un cabezazo se fue desviado. De todos modos, fue poco en base a lo que venía produciendo River.
Apareció la figura de Pinola para sostener a Central cuando River se arrimaba. El mediocampo rosarino se desgastó, pero el central zurdo puso la cabeza y las piernas para rechazar todo lo que pasaba cerca. Para acreditar su convocatoria a la Selección y llenar los ojos de Jorge Sampaoli, quien estaba en un palco. Y también pudo haber convertido si Ca-
macho no se le metía adelante en la más clara de Central en el segundo tiempo, luego de una pelota parada.
Gallardo apenas hizo un cambio. Sacó al Pity Martínez, de flojo partido, y puso a Auzqui para ganar velocidad. Pero no logró su cometido. No hubo más variantes y la razón se encuentra en la gran cantidad de lesionados y los apellidos que integraban el banco de suplentes, con dos marcadores centrales (Lollo y Mina) y dos volantes de marca (Domingo y Arzura). El único de juego era Andrade. No hay recambio y eso pasa su factura.
River sintió el desgaste. Habrá que ver cómo se repone para visitar el miércoles a Atlético Tucumán. Tendrá otra chance de acercarse a Boca. Será vital que se recupere rápido para no dejar pasar otro tren.