La derrota de Kerber, una muestra de lo que es hoy el circuito femenino
Perdió ante la rusa Makarova por 6-2 y 6-2. Sin Serena Williams y Sharapova el panorama es muy oscuro.
¿Puede considerarse una sorpresa la eliminación de la alemana Angelique Kerber en su debut en Roland Garros, que además fue por un contundente 6-2 y 6-2 ante la rusa Ekaterina Makarova en una hora y 22 minutos?
Seguro que sí,porque además fue la primera derrota de una número uno del mundo en la primera ronda del segundo Grand Slam de la temporada.
Ahora, la misma pregunta pero con un detalle extra: ¿puede considerarse una sorpresa la eliminación de Angelique Kerber en su debut en Roland Garros si se tiene en cuenta la endeble actualidad de la mejor jugadora del planeta y lo flojo que es el circuito femenino en cuanto a nombres y figuras? La respuesta es la misma: un
rotundo.
La alemana ya debe estar descansando en su casa polaca de Puszczykowo, tratando de olvidar lo más rápidamente posible una temporada europea de canchas lentas que fue horrible. Ella misma lo contó y esgrimió un por qué. “En el polvo de ladrillo no me encuentro cómoda, especialmente en mis movimientos en la cancha. Normalmente me puedo mover muy bien, pero acá es más difícil y diferente para mí”, señaló antes de ser más sincera con un “estoy bastante decepcionada por la tempo- rada que he realizado en esta superficie. Lo único positivo que le veo a esto es que ya se acabó y ahora toca pensar en la temporada de césped. Tengo expectativas de que en Wimbledon podré mejorar mucho mi juego e intentar, al menos, llegar otra vez a la final como sucedió el año pasado”.
Es indudable que a Kerber le cuesta asumir su rol de número 1, un puesto que podría perder en esta ciudad. La checa Karolina Pliskova lograría superarla alcanzando la final, mientras que la rumana Simona Halep necesita ganar el torneo para destronarla, pero algo de eso puede ocu-
rrir en este Roland Garros.
Angelique Kerber, quien cumplió 29 años el 18 de enero, llegó a la cima del ranking por primera vez en septiembre del año pasado, pero siempre estuvo a la sombra de Serena Williams. Cuando la estadounidense dejó el circuito luego de coronarse en Australia en enero, ella volvió a tomar la posta pero la presión parece inmovilizarla. “Este año las expectativas son mucho más grandes que en los años anteriores por el simple hecho de querer terminar como la número 1 del mundo. Aunque realmente no le doy demasiado protagonismo a esto y sólo pienso en encontrar de nuevo mi mejor tenis y olvidar esta temporada de canchas lentas lo antes posible”, insistió.
Los números de 2017 son lapidarios para Kerber: jugó 32 partidos con 20
triunfos y 12 derrotas, sólo llegó a la final de Monterrey, en Australia trepó apenas a los octavos de final y en la gira europea de polvo de ladrillo había hecho octavos en Stuttgart y Madrid y segunda ronda en Roma antes del bochorno de París.
El problema de Kerber se extiende a un circuito que extraña horrores a la menor de las hermanas Williams y que espera con mucha expectativa la recuperación definitiva de Maria Sharapova, sobre quien los organizadores de Roland Garros deben estar arrepintiéndose en estas horas por haber decidido no darle una invitación especial para que jugara el torneo. Mientras la rusa se entrena para la gira de césped, aquí ya se convirtió en la ausente más notable por culpa de Kerber. “El problema del circuito femenino es la falta de jugadoras confiables en quien apoyar su marketing. De por sí no es un producto que venda como el de los hombres y si a eso se le agrega que la mejor de todas pierde más seguido de lo aconsejable, el panorama no es nada bueno”, le dijo a Clarín una fuente muy cercana a la española Garbiñe Muguruza, la campeona de Roland Garros 2016 que hoy debutará frente a la italiana Francesca Schiavone. Guy Forget, el director del torneo, estará muy atento desde temprano espiando lo que pueda suceder en la Philippe Chatrier. Una rápida despedida de Muguruza sería casi como un tiro en la frente y un parte de defunción definitivo.