Clarín - Deportivo

Ferrari quiso que Vettel ganara en Mónaco y a Räikkönen no le gustó

Tras la detención de su compañero, el alemán clavó récords de vuelta e hizo la diferencia para afirmarse en la cima.

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Fue grande la fiesta de Ferrari en Montecarlo. Hacía dieciséis años que la escudería italiana no conseguía una victoria en el Gran Premio de Mónaco, desde el triunfo de Michael Schumacher en 2001. Ayer, esa larga sequía llegó a su fin y justamente de la mano de un compatriot­a del heptacampe­ón mundial. Sebastian Vettel se impuso en la final de la sexta fecha de la temporada al superar a su compañero de equipo, el finlandés Kimi Räikkönen, que fue segundo, y al Red Bull del australian­o Daniel Ricciardo, que completó el podio. El alemán sumó su tercera victoria del año y se afianzó como único líder del campeonato. Ahora manda con una ventaja de 25 puntos sobre su escolta, el británico Lewis Hamilton, de Mercedes, que finalizó séptimo.

"Fue un fin de semana fantástico para Ferrari. Es muy especial para mí ganar en este circuito. Ha sido una carrera muy intensa. Sabía que tenía posibilida­des de ganar y tenía que aprovechar­las", analizó Vettel, que más allá de su habilidad al volante recibió una mano de su equipo para encaminars­e a la victoria.

Räikkönen, que había hecho el sámar bado la pole position, largó en punta y mantuvo el liderazgo durante la primera mitad de la prueba, escoltado por Vettel y Valtteri Bottas (Mercedes), Max Verstappen (Red Bull) y Ricciardo un poco más atrás. Pero entonces llegó el momento de cambiar neumáticos y la estrategia de Ferrari terminó benefician­do al alemán.

El finlandés ingresó a boxes en la vuelta 34 y Vettel recién lo hizo en la 40ª. Durante ese lapso, el alemán sacó una buena diferencia marcando récords de vuelta, aprovechó para to- la punta y ya nunca la soltaría.

"Estábamos uno detrás del otro. En ese caso, es normal que el coche que va por delante tenga prioridad. Obviamente es una sorpresa desagradab­le que alguien termine por delante tuyo. Estoy muy contento pero puedo entender que él esté disgustado", comentó el cuatro veces campeón mundial, haciendo referencia a la evidente molestia de Räikkönen.

"No tengo mucho para decir. Sigue siendo un segundo lugar, pero no se siente del todo bien", afirmó el finlandés, quien subió al podio con la bronca reflejada en el rostro.

Quien se mostró satisfecho con su resultado fue Hamilton. Es que aunque está acostumbra­do a pelear mucho más arriba, el británico partió 13° tras una complicada clasificac­ión y pensaba que lo mejor que podía conseguir era un décimo lugar. "Estoy muy contento. Séptimo, buenos puntos y mejor de lo que esperaba", aseguró el séptimo de la prueba.

Por otro lado, el regreso de Jenson Button a la Fórmula 1 -el británico volvió del retiro para correr en Mónaco con el auto de Fernando Alonso, que compitió ayer en las 500 Millas de Indianápol­is- no tuvo un final feliz. El campeón de 2009 tuvo que abandonar en la 60ª vuelta, luego de tocar el Sauber del alemán Pascal Wehrlein, quien terminó volcado sobre el eje lateral izquierdo, contra uno de los muros de contención.

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REUTERS Sebastian cortó la racha. La escudería italiana no triunfaba en las calles del Principado desde 2001, con Michael Schumacher.

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