Atlético sintió el cansancio, ante un San Martín que supo cómo atacarlo
Los dos tantos del ganador, que fue muy superior, los marcó Barceló. Descontó el Pulga Rodríguez.
Sin fútbol no hay paraíso. Anoche, Atlético Tucumán quedó condenado por no saber concretar las pocas ideas que tuvo, y como local terminó perdiendo por 2 a 1 ante San Martín de San Juan. No jugó bien el Decano.
Abusó demasiado de buscar ensanchar la cancha y tirar el centro con rosca al área, y lo pagó con una derrota, su cuarta de manera consecutiva, si se toma también la eliminación ante Palmeiras. La contracara fue el conjunto sanjuanino que rompió el estigma y volvió a ganar en condición de visitante luego de nueve meses (el último triunfo había sido en Mar del Plata, contra Aldosivi, también por 2 a 1, el 24 de octubre del año pasado).
La lentitud en la transición de la pelota en defensa-ataque continúa siendo una cuenta pendiente entre los jugadores de Atlético. Al demorar tanto en soltar el balón, pierden por completo la iniciativa y le permiten al contrario reagruparse y acomodarse sin mayores sobresaltos. En Primera División eso es casi suicida. Y eso es lo que hizo, justamente ayer.
Al Decano, de principio a fin, se lo vio liquidado. Ya son 23 partidos sobre las piernas en el semestre. Muchísimos. Entonces, imagine ahora intentar jugar a la pelota. Por eso lo de San Martín fue casi un monólogo, sobre todo en el primer tiempo, donesta de hizo lo que quiso. Por eso lo ganó bien, con goles sobre el final de la primera parte y en el inicio de la segunda. Facundo Barceló fue el autor de ese doblete que Atlético jamás pudo igualar.
El tanto de Luis Pulga Rodríguez a los 18 minutos de la segunda etapa con un cabezazo no sirvió de mucho. El destino para los de Lavallén ya estaba escrito. La ausencia de Fernando Zampedri se volvió a notar, aunque vez el plantel sabe que desde mañana volverá a contar con su goleador estrella, recuperado de un rotura de meniscos.
San Martín de San Juan, en tanto, vino a hacer su juego a Tucumán. Lo presionó a Atlético y le quitó los espacios. Se dio cuenta del cansancio que arrastra el equipo de Pablo Lavallén y se dedicó a acelerar el ritmo. Lastimó siempre por el lado derecho al punto de marear a los defensores. Ganó 2 a 1 pero pudo ser por mucho más. La visita falló varios mano a mano con Cristian Lucchetti, por lo que el choque de ayer pudo haber terminado en goleada.
Así, Atlético no consiguió hacer borrón y cuenta nueva. Como un boxeador herido, no pudo recuperarse del golpe de nocaut que le había asestado River desde el miércoles, y ayer lo padeció con creces.