Zeballos no pudo y la Argentina se quedó sin representantes en París
El marplatense perdió ante el austríaco Thiem y se despidió. “Esta derrota no empaña todo lo que viví”, aclaró.
La derrota era previsible. La realidad de Dominic Thiem es la que marca su ranking y el austríaco es un top ten consolidado desde que llegó a esa elite hace un año, después de ser semifinalista en Bois de Boulogne.
Los números no fueron los espera- dos. El muy buen tenis que había tenido hasta ayer Horacio Zeballos en Roland Garros sucumbió en un partido en el que -justamente- el marplatense tenía que mostrar su mejor nivel si pretendía tener alguna chance de extender su sueño en París. Pero mucho de la culpa de lo que sucedió la tuvo el propio Thiem, que jugó de una manera excelente y que justificó, por ejemplo, un dato de las estadísticas: en su camino al partido de ayer sólo había cedido 25 games, el menor número en tres encuentros de los cuatro Grand Slams anteriores en los que al menos había llegado a octavos. “Rafa es el candidato para ganar el torneo, pero Thiem, Djokovic y Murray vienen atrás. Sería muy interesante ver una semifinal entre Nadal y Thiem”, dijo ayer el argentino.
Lo del campeón de Buenos Aires en 2016 fue espectacular. Y apabullante durante la hora y 40 minutos que tardó para colocar la chapa del 61, 6-3 y 6-1. Dueño de un drive pesado con el que va destruyendo al adversario de a poco y de un revés rápido - clásico a una mano-, golpes que nacen a partir de un muy buen saque que todavía puede mejorar y de una actitud agresiva que le permite pararse dentro de la cancha, Thiem ratificó ayer que además su estado físico y mental está “por las nubes”.
Todo eso lo sufrió Zeballos, quien terminó cediendo siete games con su saque y cometiendo 27 errores no forzados, diez más que su rival. Nada pudo hacer el perdedor para dar vuelta la historia. Y para que Roland Garros, además, no se quedara sin argentinos en el cuadro principal.
Su eliminación, de todos modos, no puede tapar lo bueno que hizo en esta semana. Al cabo, fue el único que llegó a los octavos de final. O que pasó el filtro de la primera semana de un Grand Slam, una barrera que sólo Juan Martín Del Potro (sano) estaba en condiciones de superar ultimamente. De hecho, el último argentino que había hecho octavos en un Grand Slam más allá del tandilense fue Leonardo Mayer, quien perdió en esa instancia de Wimbledon 2014 frente al búlgaro Dimitrov.
El balance para el resto de los argentinos tuvo claroscuros. Que fueron desde la calidad de Del Potro (le jugó de igual a igual durante dos sets al número 1 aunque deberá sumarle algo a su tenis para poder dar el salto que su juego justificaría) y el muy buen momento de Schwartzman (en resultados llegó a París como uno de los mejores argentinos de la temporada y aquí lo ratificó) hasta las eliminaciones en la primera ronda de Pella (debutó con Del Potro), Berlocq y Delbonis (no llegó físicamente al 100 por ciento) pasando por las gratas revelaciones que ofrecieron Olivo -sobre todo gracias a su gran victoria ante Tsonga-, Kicker y Trungelliti.
Los varones argentinos que llegaron al cuadro principal del torneo fueron nueve y nuestro país quedó cuarto en ese rubro detrás de los 19 representantes franceses y de los 11 españoles y estadounidenses. De los primeros, sólo Monfils sigue en carrera; de los españoles, en cambio y como marca la tradición desde los 90 de la mano de Sergi Bruguera (campeón en 1993 y 1994), quedan Nadal, Carreño y Verdasco; los estadounidenses, en cambio, también se fueron en su totalidad. El dato habla de lo competitivo que está el circuito. Y de un panorama difícil para todos. Los argentinos, por supuesto, no son la excepción.