Clarín - Deportivo

Los Leones llegaron a otra final aun sin el brillo del oro olímpico

El equipo de Retegui superó a Malasia por 2 a 1 y juega contra Holanda, que dejó atrás al local Inglaterra.

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Ganar por goleada y dominando al rival de punta a punta es siempre lindo. Pero hay partidos, esos que pueden dejar a un equipo fuera de una final, en los que lo importante es llevarse la victoria. Y esos triunfos que hacen transpirar la camiseta también tienen un sabor especial. Lo saben los Leones. Y por eso festejaron con muchas ganas el triunfo ante Malasia que los depositó en la definición de las semifinale­s de la Liga Mundial de Londres. El selecciona­do argentino, campeón olímpico y número 1 del mundo, no tuvo la contundenc­ia de los encuentros anteriores, pero fue creciendo con el correr de los minutos, jugó con inteligenc­ia y golpeó en los momentos justos. Así se impuso por 2 a 1 con goles de Lucas Vila y Manuel Brunet y hoy irá por el título ante Holanda, un clásico rival.

“Sabíamos que iba a ser un partido difícil. No nos sentimos cómodos en el primer tiempo porque ellos manejaron bien la pelota. Y se sintió el cansancio en algún momento. Estamos de viaje desde hace más de 20 días y estamos cansados, sobre todo de la cabeza”, analizó el entrenador Carlos Retegui.

Tal vez por tener la clasificac­ión a la fase final de la Liga y, aún más importante, el boleto al Mundial de Bhubaneswh­ar 2018 asegurados, los argentinos parecieron más relajados en el arranque del partido. Malasia aprovechó y fue superior, se plantó bien en defensa y manejó la pelota en la mitad de la cancha. Pero no logró vulnerar el arco de Juan Manuel Vivaldi.

Los Leones se fueron acomodando en la cancha y de a poco empezaron a adueñarse de la bocha. Aunque sin mucho espacio para atacar con comodidad, lo que se vio reflejado en el bajo número de corner cortos a favor -apenas dos- que tuvieron en todo el partido.

Uno de esos dos cortos terminó en el gol que abrió el marcador a los 13 minutos. No fue el especialis­ta Gonzalo Peillat, el máximo anotador del torneo con 12, quien marcó el 1-0 porque el arquero Kumar Subramiam desvió su arrastrada. Pero Vila tomó el rebote y mandó la bocha al fondo del arco.

Hubo que esperar hasta el arranque del tercer parcial para un nuevo grito de gol. Ya con Argentina dominando, a los 4 minutos Brunet aprovechó otra pelota suelta en el área y puso el 2 a 0. A los 8 llegó el descuento de Malasia. En un corner corto Argentina perdió a dos jugadores (Mazzilli y Ortiz) por picar antes de que la pelota saliera de la base y ter- minó defendiend­o con dos. Entonces Lucas Rey empujó a un adversario intenciona­lmente en el área y Fitri Saari cambió el penal por gol. Y en un último cuarto con imprecisio­nes de los dos lados, los Leones defendiero­n la ventaja y terminaron festejando.

Fue una victoria que demandó más esfuerzo de lo pensado -en la fase de grupos Argentina le había ganado por 5-2 a Malasia-, pero que ratificó el gran momento que atraviesa el equipo nacional en la cima del hockey mundial después de la conquista olímpica en los Juegos de Río de Janeiro 2016.

“Este es un torneo muy difícil de jugar. Y nosotros hemos tenido muchos percances como el fallecimie­nto del papá de Juan Manuel Vivaldi, el problema personal de Pedrito Ibarra, la fractura de Mati Rey en el primer minuto del partido contra Malasia, los jugadores que no pudieron venir por las lesiones... Pero a pesar de todo el equipo se acomodó, se hizo fuerte ante la adversidad y está otra vez cerca de un título. Así que estoy muy orgulloso y ahora queda lo más lindo: jugar la final”, analizó Retegui.

El rival de la final prevista para las 16.15 (12.15 de Argentina) será Holanda, que venció por 2 a 0 a Inglaterra.

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AP El grito. Manuel Brunet celebra el segundo gol. Lo siguen en el festejo Callioni y Vila, autor del primero.

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