De la mano con el estudio
“La visión de este proyecto va más allá de lo que podría significar para el seleccionado nacional”, afirmó Javier Correa. Es que tanto él como su hermano coinciden en que la construcción de la pista Nacional de canotaje en Viedma beneficiaría al deporte y a la ciudad en muchos niveles.
“Los equipos de otros países podrían venir a entrenar, lo que tendría un impacto en el desarrollo del deporte en la región. Durante el invierno del hemisferio Norte ellos buscan zonas más cálidas y siempre nos preguntaron si podían venir a Argentina, pero no hay infraestructura. Ahora tendríamos una buena pista para ofrecerles”, explicó Miguel Correa, que espera poder gestionar también a nivel nacional la construcción de un centro Nacional de canotaje con un gimnasio y alojamientos similares a los que se hicieron en Tigre.
“Con la pista podríamos pensar en incorporarnos al circuito internacional de canotaje. Nos permitiría crecer en lo deportivo, pero también en lo turístico y en lo económico. Todo esto apunta a transformar a la Patagonia en un centro de mediano o alto rendimiento”, analizó José Luis Foulkes, intendente de Viedma.
Javier Correa va más allá. “Lo que nos da sustentabilidad a futuro es el desarrollo y el crecimiento de los atletas. En Argentina el problema que tenemos es que los deportistas de las provincias, que son estadísticamente quienes mejores resultados obtuvieron en los últimos ocho Juegos Olímpicos, cuando empiezan a meterse en el alto rendimiento a los 17 o 18 años emigran a estudiar a las grandes ciudades. Y allí tienden a elegir entre el deporte o el estudio. En Viedma hay una gran oferta académica que incluye dos universidades nacionales. Entonces el establecimiento de esta pista se ataría a un proyecto para que los chicos puedan estudiar y entrenarse sin irse a Buenos Aires o a Córdoba. Eso, a largo plazo, mejoraría la formación de los atletas”, contó el mejor palista argentino de la historia.