El canotaje argentino quiere su pista y los Correa buscan llevarla a Viedma
Cansados de la mugre del Tigre, los palistas buscan un lugar propio de entrenamiento en la cuna de su deporte.
El canotaje argentino tiene una historia olímpica que comenzó en Los Angeles 1984 y que aportó dos diplomas pero que además lleva ganados ocho oros, 13 platas y 10 bronces en Juegos Panamericanos, entre otros buenos resultados a nivel continental y mundial. Y sin embargo todavía no tiene un lugar propio para entrenar en el país. Desde hace años los palistas luchan por el sueño de una pista nacional que está cerca de hacerse realidad gracias a un proyecto que impulsan Javier y Miguel Correa, ex integrantes del seleccionado argentino y referentes del deporte, junto a la Municipalidad de Viedma, una ciudad con mucha tradición de canotaje.
“El proyecto firme nació hace siete años. En Argentina no hay una pista que cumpla con las necesidades del canotaje de velocidad y creo que esa es una deuda que tiene el deporte nacional con nosotros. La más parecida que tenemos es la de Tigre que no tiene las condiciones ideales”, le dijo, con razón, Miguel Correa a Clarín.
La pista Nacional de remo y canotaje de Tigre -que está en el canal aliviador del río Reconquista- no cumple con los requisitos técnicos y sus aguas están contaminadas con toneladas de basura. Eso obligó a los palistas del seleccionado a buscar nuevos lugares de entrenamiento. Ellos también apoyan el emprendimiento.
“Sería fantástico. Podríamos entrenar en una pista de agua parada en casa, en un espacio similar al que vamos a competir”, analizó Sabrina Ameghino, olímpica en Río de Janeiro 2016 y ganadora de siete medallas panamericanas. “Vendría 100 puntos. Habría otro punto de entrenamiento y eso es importante”, reflexionó Ezequiel di Giácomo, oro paramericano en K2 200 junto a Rubén Rézola en Toronto 2015.
El proyecto plantea la construcción de una pista en Viedma en una zona cercana a la desembocadura del río Negro. ¿Por qué allí? Javier Correa, gran impulsor del proyecto desde sus comienzos, lo explicó con claridad. “Esta región tuvo representantes olímpicos en canotaje desde Los An- geles 1984 hasta Río 2016, por lo que la idea de una pista está bien instalada en la sociedad. Entre 1994 y 1995 se plantearon los primeros proyectos y en los últimos años hemos logrado que esta idea pase a formar parte de un proyecto de crecimiento de la región”, comentó quien fue director de Deportes Federados de Río Negro y hoy forma parte del consejo directivo de la Federación Argentina de Canoas.
“Tenemos un lugar inmejorable a la orilla del río donde por la pleamar y la bajamar se puede ir renovando naturalmente el agua. Y la pista puede transformarse también en un centro de entrenamiento y una sede de competencias”, completó José Luis Foulkes, intendente de Viedma.
El sueño recibió un nuevo impulso cuando el Senado declaró en mayo a la Comuna Viedma-Carmen de Patagones “Cuna y Capital Nacional de canotaje”. Y hace unas semanas la Legislatura de Río Negro aprobó la creación de una comisión que gestione la construcción de la pista.
El municipio evalúa los trabajos pa- ra llevar a la zona los servicios de luz, gas, agua y desagües y está terminando de resolver el tema de la titularidad de las tierras, algunas de propiedad fiscal, otras provincial y otras privada. Luego se podría comenzar con la construcción.
“Ahí vamos a tener que dar otro paso importante como gestionar el presupuesto para dragar las tierras, hacer los canales de acceso para el agua y construir la infraestructura. Durante las gestiones de Claudio Morresi y Carlos Espínola, desde la Secretaría de Deporte de la Nación se habían comprometido a apoyarnos. Con Carlos Mac Allister aún no nos reunimos porque queremos esperar para tener algo más concreto. Pero cuando lo hagamos seguro van a poder ayudar, como lo están haciendo desde la provincia y el municipio”, contó Miguel Correa, ilusionado con hacer realidad el sueño de la pista Nacional del deporte que mamó desde chico y que tanto ama.