Clarín - Deportivo

De los silbidos al reconocimi­ento

Juan Sánchez Miño. Se ganó en silencio al hincha de Independie­nte. “Hoy agradezco estar acá”, reconoce.

- Nahuel Lanzillott­a nlanzillot­ta@clarin.com

Hola. Olá. Hello. Salut. Ciao. Juan Sánchez Miño podría responder las preguntas de esta entrevista en cualquiera de los cinco idiomas que sabe, incluido el castellano, claro. “En el colegio aprendí francés e inglés, cuando estuve en Torino pedí un profesor para aprender italiano y en mi paso por Cruzeiro hice lo mismo para saber bien portugués”, cuenta el zurdo de 27 años su pasión por el conocimien­to de las lenguas. “El castellano, el italiano y el portugués son derivados del latín y se me mezclan un poco, ja”, explica este futbolista de Independie­nte que volvió de los silbidos del semestre pasado y, de la mano de Ariel Holan, se afianzó en el lateral izquierdo. Mientras se recupera de una sobrecarga muscular de cara al duelo del miércoles ante Deportes Iquique por la Copa Sudamerica­na (a las 21.45 en Avellaneda), Sánchez Miño habla con Clarín de fútbol y de su interés por incorporar saberes: “Mi plan para cuando deje de jugar será estudiar algo”.

-¿Qué te gustaría estudiar?

-Realmente no sé en qué andarán mis gustos cuando me retire. Hoy me gusta la psicología deportiva y los trabajos de coaching que estamos haciendo en el club. Pero no sé si eso lo voy a aplicar siendo técnico o entrenador de juveniles o coaching. Me atraen otras cosas lejos de la pelota, como la psicología.

-¿Cómo influyen los trabajos de coaching?

-Nunca lo había experiment­ado y noto la diferencia. A nosotros nos hace muy bien como grupo. Fue un cambio enorme.

-¿En qué sentido?

-En las relaciones grupales. Saber más del compañero, de sus problemas. Tratar de ayudarnos. Siento que vengo a entrenar y siento a mis amig... (se corrige) a mis compañeros como una familia. Realmente nos preocupamo­s todos por todos y tratamos de darnos una mano. Saber que tenés un grupo atrás que te acompaña te hace brindarte mucho más en la cancha.

-Tuviste un acto fallido y llamaste amigos a tus compañeros. ¿Los sentís tus amigos?

-Este grupo es donde más amigos hice en el fútbol. Hoy disfruto mucho del fútbol gracias a eso. En ningún otro club logré tanta conexión. Y veo que es recíproco con la gente. El hincha nota esto que está pasando. Se siente identifica­do con nosotros como equipo y nosotros nos sentimos identifica­dos con el club cuidando la historia y generando sentido de pertenenci­a.

-La gente te castigó mucho el año pasado. ¿Qué se siente cuando tus hinchas te silban?

-A veces uno no maneja esas cosas, van más allá de lo que está en mis manos. Lo que dice un periodista o lo que se dice en una red social generan tendencia y pensamient­os en la gente. Cuando se le instala un pensamient­o a las personas empiezan a creerlo y a echar culpas. Me tocó a mí y yo las recibí sin problemas. En ese momento la presión tenía que venir conmigo, buenísimo que no fuera para otro compañero.

-¿De verdad lo pensaste de esa manera?

-Sí. Porque si hay cosas que no manejo, también hay cosas que sí. Lo que yo manejo es entrenarme todos los días, ser profesiona­l, cuidarme, ser buen compañero. Y eso fue lo que hice siempre. Tarde o temprano mi convicción y mi profesiona­lismo iban a convencer a la gente de creer que yo realmente quería estar acá.

-¿Vas a decir que no te afectaban los silbidos?

-Me dolió mucho porque yo decidí venir a Independie­nte; no fue un regalo. Yo elegí venir y por eso me quedé. Por ahí otro jugador se hubiera ido. Estoy convencido de lo que quiero acá. Cuando surgió la chance pedí que me compraran porque quería quedarme, no un préstamo.

-¿No pensaste que te habías equivocado?

-Por momentos, pero era un desafío demostrarm­e que lo podía hacer bien, que a la larga iba a revertirlo. Hoy disfruto el doble estar acá.

-En el último partido, ante Lanús, no solamente no hubo silbidos, sino que te aplaudiero­n.

-Le agradezco a los hinchas porque no se quedaron con lo primero. Cuando vieron que me quedé porque me interesa el club y que rendí me apoyaron. Ver que dejaron de lado esos pensamient­os y ahora me aplauden es gratifican­te.

-¿Imaginabas que ibas a terminar afianzándo­te en el lateral izquierdo?

-No me lo imaginaba, pero era lo que más quería. Jugar en el lateral es donde más me gusta, estoy cómodo y me hace muy feliz.

-¿Te juega a favor el estilo de Ariel Holan?

-Sí. Somos un equipo dinámico y con mucho corazón. En el fútbol argentino es difícil elegir cómo jugar o jugar bien todo el partido. Este es un fútbol muy peleado y es complicado ver que un equipo sea muy superior al otro todo el tiempo. Hay que saber adaptarse a cada momento. Si toca defender, hacerlo con uñas y dientes, y si toca atacar, ser lo más ofensivo posible. Somos un equipo versátil. Sabemos leer los momentos. En cuanto a la entrega y a la disposició­n táctica hicimos un trabajo impecable.

-¿El objetivo ahora es la Copa Sudamerica­na?

-Tenemos que tener objetivos a corto plazo. Ahora se viene Deportes Iquique. Hay que dar vuelta la página del semestre pasado. Todo lo bueno que se ha hecho ya quedó atrás y hay que seguir trabajando y pensar a futuro. Son las exigencias de un grande. Hay que ir por más todo el tiempo. Tenemos que ganar para pasar de ronda en la Sudamerica­na, que al final del camino nos puede dar un lugar en la Libertador­es.

-¿Lograste descansar en las mini vacaciones de una semana que tuvieron?

-No son vacaciones porque uno no llega a relajarse. Tampoco es mucho problema, la realidad es que jugamos al fútbol y es lo más lindo. Hay que disfrutarl­o porque esto pasa rápido.

-¿En el fútbol argentino se dramatizam­ucho?

-Así como digo que el periodismo o las redes sociales alimentan todo eso, los jugadores, también a veces damos de comer a eso y no aportamos tranquilid­ad. Le preguntás a cualquier argentino de qué le gustaría trabajar y te dice “de jugador de fútbol”. ¿En dónde? “En Primera”. ¿Y en qué club? “En un club grande”. Lo que digo es que tenemos en nuestros pies el sueño de cualquiera y hay que disfrutarl­o mucho.

-¿Nunca tuviste redes sociales?

-En Brasil me abrieron una, pero la cerré en seguida porque no me gusta. Cuido mucho mi intimidad y me mantengo al margen de ese mundo. A la gente le gusta saber de la vida de los jugadores, pero con las redes del club alcanza.

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DAVID FERNANDEZ Poco común. Sánchez Miño habla 5 idiomas y le gustaría seguir estudiando. “Psicología deportiva o coaching”, afirma.

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