La hora de mostrar la evolución pero con los pies sobre la tierra
La Selección se preparó en Estados Unidos y en la altura de la mano del entrenador australiano Sweetenham.
La natación argentina vive un momento importante. Y no es muy difícil encontrar las razones de esa realidad. El talento natural de los deportistas se potenció en los últimos años con los entrenamientos de una exigencia similar a los de los mejores del mundo y un sentimiento de equipo. Los resultados, las marcas y las actuaciones en los torneos internacionales son una prueba irrefutable del crecimiento. Lo saben Federico Grabich, Santiago Grassi, Martín Naidich, Macarena Ceballos, Andrea Berrino y Virginia Bardach, los integrantes del seleccionado nacional que desde hoy competirán en las pruebas de natación del Mundial de Budapest. Tal vez por eso los seis llegaron a esa ciudad con grandes expectativas, pero con los pies sobre la tierra.
“El equipo está pasando por un excelente momento y esa fortaleza colectiva hace que las individualidades vayan creciendo de a poco. Es lo que venimos trabajando desde hace mucho tiempo, no sólo con los que vamos a competir en el Mundial. Creemos que el trabajo va mejorando torneo a torneo y año tras año”, reflexionó Grabich en una charla con Clarín.
En esa evolución jugó un papel relevante la chance de hacer la puesta a punto compitiendo en el exterior y entrenando en la altura, como lo hizo el equipo otra vez en 2017. La primera semana de junio corrieron en Estados Unidos y luego realizaron una concentración en San Luis de Potosí.
“En los últimos años creció mucho el apoyo y eso nos permite viajar más, competir en el exterior y hacer esa preparación en la altura que antes no podíamos hacer. Fueron semanas muy duras de trabajo, pero muy positivas”, aseguró Ceballos. Naidich completó la idea: “Competir en un alto nivel como lo hicimos en Estados Unidos siempre suma y siempre rendimos mejor después de entrenar en la altura. Pero además todo eso sirve para seguir afianzando la unidad del grupo, que es importante para nosotros cuando vamos a los torneos”.
Al cambio en la planificación y los entrenamientos se sumó el aporte de Bill Sweetenham, un prestigioso técnico australiano que asesora desde hace cuatro años al seleccionado. Y cuando hablan de él, todos coinciden en cuál fue su mayor contribución. “El siempre nos dice que para dar el salto al primer nivel mundial la confianza es importante. Porque entrenamos igual que los grandes equipos y lo que nos falta es creérnosla, saber que podemos”, contó Bardach.
Los frutos de tanto esfuerzo están a la vista y los buenos resultados generan cada vez más expectativas, aunque a veces desmedidas. Pero los nadadores saben cuáles son las metas. “Para el argentino, si no es el primer puesto no vale. Estamos levantando a una natación que fue medallista olímpica y mundial y queremos que vuelva a ese nivel. Pero eso no se da de un día para el otro”, dijo Grassi.
Mi objetivo es estar por tercer Mundial consecutivo entre los diez mejores en los 100 y en los 200 libre”. Federico Grabich Obvio que sueño con subirme a un podio, pero mi objetivo es mejorar mi actuación del Mundial de Kazan”. Santiago Grassi No vine pensando en llegar a una final porque es difícil. Mi meta principal es bajar mis marcas”. Martín Naidich Es mi primer Mundial y sé que una semifinal o una final son muy difíciles. Quiero bajar todas mis marcas”. Macarena Ceballos Tengo muchas expectativas y quiero mejorar mis tiempos. Así quedaría muy bien posicionada”. Virginia Bardach Voy a nadar carreras de velocidad y mi objetivo principal es bajar mis tiempos y lograr una semifinal”. Andrea Berrino