Clarín - Deportivo

Centurión quedó involucrad­o en otro inoportuno escándalo en un boliche de Lanús

HOY DEBERÍA FIRMAR SU NUEVO CONTRATO CON BOCA Ayer a la madrugada estaba con un grupo de amigos que impidieron que le sacaran una foto. ¿Peligra su pase?

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La decisión de Daniel Angelici de comprar el pase de Ricardo Centurión dividió a Boca. Para algunos, como Guillermo Barros Schelotto, fue un jugador insustitui­ble en el último campeonato y, por eso, bien vale el esfuerzo económico. Para otros, como el ex jugador del club Alberto Márcico, se trata de una determinac­ión errada por sus antecedent­es fuera del campo de juego. Pues bien, parece que el delantero comenzó a darles argumentos a los que creen que no debería regresar a La Boca.

¿Qué pasó? Centurión protagoniz­ó un nuevo escándalo. Sí, esta vez ocurrió en Capítulo 1, un boliche de Lanús, en el Sur del Gran Buenos Aires, hasta donde Ricky llegó junto con un grupo de amigos para disfrutar de la noche del sábado. Pero no todo salió como él esperaba...

Un joven identifica­do como Fabián dijo haber sido agredido por uno de los amigos de Centurión, luego de que intentara acercarse al grupo para pedirle una foto al futbolista. Y agregó que la violenta reacción se dio luego de comprobar que el estado del hombre de Boca estaba muy lejos de ser el mejor. Tras la agresión, siempre según el relato del denunciant­e, el dueño del lugar decidió retirarlo del boliche para calmar los ánimos. Pero lejos de lograrlo, todo seguiría en la puerta, ya que los expulsados se quedaron en la puerta esperando que Centurión y sus amigos salieran. Ahí, al 4.000 de la Avenida Hipólito Yrigoyen, la disputa continuó cuando la novia del futbolista salió a la calle.

La chica, bien custodiada por dos amigos de Ricky, se subió y se fue en el Audi TT del jugador, no sin antes intercambi­ar insultos y amenazas con la bandita que esperaba afuera. Recién a las 7 de la mañana, cuando el sol empezaba a aparecer, salió Centurión, encapuchad­o, junto con otros dos amigos. Y se subió a un patrullero convocado especialme­nte por los dueños del boliche para evitar que la pelea se reavivara.

Minutos después de su partida, en las redes sociales comenzaron a aparecer mensajes detallando el incidente y, sobre todo, cuestionan­do la actitud de Centurión. En especial su negativa a sacarse fotos con sus hinchas y su pasividad al ver la violenta reacción de la gente que lo acompañaba.

Con la misma velocidad, el tema llegó a oídos de los dirigentes y del cuerpo técnico de Boca, a quienes no les cayó nada bien la "buena nueva". Al contrario: según se pudo reconstrui­r, durante la tarde hubo varios llamados desde Buenos Aires hacia Ciudad del Este para definir qué hacer con Ricky. Y no es para menos, ya que este lunes lo esperan en el club para firmar su nuevo contrato.

¿Puede esto hacer caer su pase? Parece difícil. Aunque sí le costaría un buen reto y la inclusión de alguna cláusula que incluya pautas de buena conducta en su contrato. Un tema delicado pero, se ve, inevitable dados los antecedent­es del ex Racing y San Pablo.

Desde su llegada a Boca, en julio del 2016, Centurión fue noticia no sólo por sus gambetas y sus goles. En septiembre del año pasado terminó imputado por la Justicia por lesiones culposas, luego de protagoniz­ar con su auto un choque múltiple en Avellaneda, que ocasionó heridas a dos personas. Aquella madrugada, encima, los testigos señalaron que había escapado del lugar, en evidente estado de ebriedad, antes de que llegara la Policía.

En enero de este 2017, volvió a quedar expuesto luego de que se filtrara un video de las cámaras de seguridad, del hotel en el que Boca se hospedaba en Mar del Plata, en el que Ricky apa- recía fuera de control, siendo contenido por sus compañeros. Dicha grabación fue previa al superclási­co que Boca perdió con River 2-0 y si bien desde el cuerpo técnico del Xeneize minimizaro­n el hecho, el punta no salió bien parado. ¿Más? Sí, porque el 23 de mayo, Melina Tozzi, ex pareja del futbolista, lo denunció en la Comisaría de la Mujer de Quilmes por agresiones y amenazas. Una causa que avanza en la Justicia y que tuvo su último capítulo hace unas semanas, cuando se filtró una imagen del delantero portando un arma de grueso calibre.

Escándalos, peleas y manchas que hicieron dudar de su continuida­d en Boca. Y que hoy lo dejan otra vez en el ojo de la tormenta. Habrá que ver qué dice el propio futbolista si Boca decide ponerle trabas a su regreso. Pero no hay dudas de que el clima no es el mejor. Para nada.

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Siempre en el eje de la tormenta. A Centurión le pondrían pautas de buena conducta en su nuevo contrato.
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