Clarín - Deportivo

Un mal debut que deja dudas sobre el nivel del equipo para este torneo

Los Pumas padecieron, ante un adversario que se mostró poderoso en el scrum y eficaz para resolver los ataques.

- PORT ELIZABETH. ENVIADO ESPECIAL Mariano Ryan mryan@clarin.com

En la semana previa al debut en el Rugby Championsh­ip la pregunta a Los Pumas -staff y jugadores- se repitió una y otra vez. ¿Lo fundamenta­l era ganarle a Sudáfrica para cortar la racha de malos resultados que, en general, acompaña al equipo desde aquel cuarto puesto del Mundial 2015? ¿O era más importante jugar bien ante uno de los selecciona­dos más poderosos del mundo que venía de tres triunfos al hilo ante Francia con un estilo de juego que combina su habitual rigor físico para someter al adversario con una mayor dinámica? En Port Elizabeth no pasó una cosa ni otra: Argentina no sólo estuvo muy lejos del tercer triunfo de la historia ante los Springboks, sino que la actuación estuvo lejos de ser la imaginada. Y entonces pasó lo que pasó...

Sudáfrica no sólo se impuso por un contundent­e 37-15 sino que, además, mostró una superiorid­ad manifiesta a lo largo de casi todo el partido que casi se fue gestando desde el inicio mismo en el que Argentina sufrió horrores para tener una buena obtención.

Y esa clave, segurament­e, fue la madre de todos los problemas porque sin la pelota Los Pumas sólo pudieron defenderse en el balance final. ¿Qué fue lo que sucedió? Los forwards locales, siempre frontales, ganaron su batalla contra el pack argentino y fueron erosionand­o de a poco desde su fortaleza. Jugaron con paciencia y eligieron el momento exacto para generar quiebres mientras los backs buscaron peligro (y terminaron concretánd­olo) con superiorid­ad numérica y espacio para lastimar.

Los Pumas, en las pocas oportunida­des que tuvieron para atacar, abusaron del offload y perdieron muchísimo la pelota: 21 en todo el encuentro. Eso fue minando su espíritu. Pero tampoco buscaron el juego posicional y sin la pelota. Con la fiereza para defender no alcanzó para revertir la historia. Por eso, el partido se había definido cuando faltaban 15 minutos y el resultado ya favorecía a los ganadores por 15 tantos de margen.

En definitiva Los Pumas perdieron en el contacto, sus medios no siempre tomaron las mejores decisiones (se levantó algo en ese rubro con la dupla Hernández-Cubelli), no jugaron bien con el pie (fue floja la noche de Sánchez), concediero­n nada menos que 12 penales, el line fue irregular y el scrum volvió a ser un karma, especialme­nte por el lado de Pieretto que sufrió frente al mayor oficio de Mtawarira. Ante tantos puntos negativos la idea de atacar -o de contraatac­arque existía en la previa fue imposible de llevar adelante.

Por eso se sufrió con un déficit que viene repitiéndo­se desde hace rato, al margen de excepcione­s. Argentina es hoy un equipo condenado a defender y a buscar el error del contrario para encontrar un try como el de Martín Landajo que llegó cuando, tras un inocente kick de Jesse Kriel, Tuculet inició el contragolp­e que se extendió en Boffelli y terminó con el medio scrum aterrizand­o en el ingoal; era el segundo ataque profundo del equipo nacional y recién llegó a los 32 minutos del primer tiempo...

En el complement­o hubo un mayor equilibrio en cuanto a dominio territoria­l y de pelota aunque siempre los Springboks fueron superiores en el último rubro. Las ideas no surgieron para superar la muralla defensiva sudafrican­a más allá del try de Boffelli, en la que fue una buena sucesión de fases de los delanteros llevados adelante por Cubelli y un rápido

pasamanos entre Hernández, Tuculet y el wing rosarino. Poco ante un equipo que cerró su buen debut en el torneo con dos tries más a cargo de Siya Kolisi y Pieter-Steph du Toit.

Quedan seis días para la revancha en Salta y el tiempo de entrenamie­nto parece poco como para cambiar tanto. Pero así es la competenci­a contra los mejores. Hay banderas anímicas y rugbística­s como De la Fuente, Matera, Petti y Creevy que invitan a la esperanza. Aunque el sueño de estar a la altura de los Springboks aún resulta lejano. Y eso se verificó ayer en la fría y ventosa Port Elizabeth.

 ?? AFP ?? El esfuerzo del capitán. Agustín Creevy, como siempre, trató de llevar al equipo hacia delante. Fue de los más rescatable­s.
AFP El esfuerzo del capitán. Agustín Creevy, como siempre, trató de llevar al equipo hacia delante. Fue de los más rescatable­s.

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