Para redoblar su apuesta ofensiva ante Venezuela, Sampaoli imita a Bielsa
El objetivo es rodear mejor a Messi. Dybala arrancará desde más atrás y se suman Banega y Acosta.
A Jorge Sampaoli le cambió la cabeza cuando pudo conocer a Pep Guardiola. Fue Gabriel Milito el hombre que un día se acercó al predio Pinto Durán de la selección chilena y le tendió el puente hacia un mundo de conceptos futbolísticos que le revolucionaron la pelada. En esas charlas-consultas con el entrenador catalán, entendió Sampaoli que en el medio de los extremos siempre hay zonas a explorar y a explotar. Vio que ser más flexible no significaba ser más débil. Entonces, empezó a vivenciar el fantástico universo de la posesión en sus equipos. Pero ese acercamiento al guardiolismo, no influyó en el ahora director técnico de la Selección de Argentina sobre su admiración y devoción por uno de sus primeros referentes de la pelota: Marcelo Bielsa.
La voz del Loco sigue dando vueltas en el interior del casildense, como cuando cargaba el walkman con un casete de discursos y conferencias de Bielsa para escuchar mientras salía a correr. El corazón le palpitó co-
mo pocas veces cuando recibió un elogio directo del ahora DT del Lille francés: “Sampaoli no es un discípulo mío, es mejor que yo. Yo no cedo mis ideas y Sampaoli sí porque tiene un poder de adaptación que yo no tengo. Él resolvió cosas cediendo en la posición original de partida y yo sacrifiqué cosas por no conceder en mi forma de interpretar mi oficio”, había expresado Bielsa durante un congreso de fútbol en Río de Janeiro en mayo.
La obsesión por la búsqueda constante del arco rival es, casi con la mayor de las certezas, el punto de comunión más fuerte entre ellos, el de Rosario y el de Casilda. Y en este momento de tensión que atraviesa la Selección en la actualidad, en esta época de incertidumbre en cuanto a la clasificación al Mundial, en estas horas en las que se viene un partido de local ante Venezuela -mañana a las 20.30 en River- en el que el ganar es el único resultado concebido por todos para mantener viva la idea de sacar un vuelo directo a Rusia 2018, en estos tiempos de a todo o nada, Sampaoli tiene pensado recurrir al dibujo táctico predilecto del Loco, ese con el cual selló las mejores Eliminatorias de la historia de la celeste y blanca rumbo a Coreo- Japón 2002.
Bajo la lluvia dominguera que caía en Ezeiza, Sampa repartió pecheras ayer por la tarde para los titulares. Los nombres no cambiaron con respecto a lo que probó el sábado, pero esta vez eligió una ubicación especial para las piezas sobre el paño verde. Los futbolistas formaron un claro 3-3-13 compuesto por: Sergio Romero; Javier Mascherano, Federico Fazio, Nicolás Otamendi; Paulo Dybala, Lucas Biglia, Ever Banega; Lionel Messi; Lautaro Acosta, Mauro Icardi y Angel Di María.
El análisis del cuerpo técnico tras el empate sin goles en Uruguay del jueves arrojó una importante falencia en la generación de juego. Faltó velocidad y sorpresa para penetrar la defensa ajena. Para llegar a los goles que tanto le hacen falta al equipo, esas cuestiones deben resolverse como primera medida. Sampaoli ensayó entonces con Banega como interior izquierdo, con Dybala como interior derecho y con Di María y Acosta como extremos. De esta manera, serían seis los hombres de ataque. Se busca asociar a La Joya con Leo y el Laucha. Lo mismo del otro lado con Fideo y Banega más Messi. La intención es aumentar la superioridad numérica por los costados para romper mejor y que el balón le llegue al fin a Icardi.
La ubicación de Mascherano como stopper derecho responde a cubrir la espalda de Dybala. Y con Banega más adelantado se espera que Messi no sienta la necesidad de retroceder.
Nada es casual. Hay una identificación directa que le nace naturalmente a Sampaoli. Su faro es Bielsa y en él piensa, con o sin walkman, cuando de atacar o atacar se trata.