Ganó a lo Belgrano: sufriendo y pidiendo la hora
El equipo no jugó bien, pero el DT Méndez acertó con el ingreso del paraguayo Epifanio García, autor del gol.
La vuelta de Belgrano a su casa no cambio nada. Sigue todo igual porque continúa jugando mal. No tiene una línea de juego y padece los errores defensivos de siempre. Ganó “a lo Belgrano”: sufriendo y pidiendo la hora. El gol de la victoria llegó desde el banco por un derechazo infernal del paraguayo Epifanio García, un acierto del Gallego Mendez. San Martin de San Juan se fue con las manos vacias por la anemia ofensiva que exasperó a propios y extraños. Debió empatar, pero no encontró la llave para ingresar al arco de Acosta.
Belgrano pudo vivir su fiesta celeste tras horas de incertidumbre. El estadio, con la nueva tribuna Tomás Cuellar, se habilitó el viernes a las 17 por la intervención del intendente Ramón Mestre. Pero el permiso provisorio vence el 7 de octubre. Llamó la atención que Armando Pérez (ex presidente del club y normalizador en la AFA) no asistiera a una jornada his- tórica: 30 mil socios volvieron a ver al equipo jugar en el Barrio Alberdi tras más de un año y medio.
El partido fue apenas discreto. Belgrano salió desde el fondo con los pelotazos de Benítez y de Lema, quienes se equivocaron seguido y así sufría el arquerito Acosta. Los del medio (Ortiz y Martínez Pintos) no agarraban las marcas ni la pelota. Todo era confusion. Y eso fue aprovechado por los volantes de San Martín: Maná, Aguero y Mosca, quienes se hicieron fuertes mientras Villarruel se las ingenió para ganarle a un Benítez dubitativo. Y si el Santo sanjuanino no se fue ganando en la primera parte fue por la falta de eficacia de Barceló que siempre definio mal. O porque el disparo de Maná que se estrelló en el parante debió ser gol.
El Gallego Mendez se volvía loco en el banco. Veía que a su equipo no se le caía una sola idea. No había buen traslado ni precisos cambios de frentes. Todo seguía siendo confusión. Y el DT metió mano: adentro García por el inexpresivo Ramis y el paraguayo le cambió la cara al equipo. Porquefue a buscar cada pelota dividida y así ganó un córner. La pelota llegó pasada, Martínez Pintos mandó otro centro, la bajó Lema y el derechazo inapelable de García hizo que explotara el estadio de alegría. Como cuando se jugaba en el campito “el que hacía un gol ganaba”. Fue para que Belgrano viviera su fiesta completa con un triunfo que no mereció.