Clarín - Deportivo

El West Side Tennis, donde aún recuerdan al “Toro de las Pampas”

-

En la piedra está grabado el año de construcci­ón de ese estadio -1923- y en la galería que todavía se mantiene debajo de las tribunas se repiten los dibujos de los rostros de grandes campeones (está el de Guillermo Vilas, por supuesto, a quien llaman el “Toro de las Pampas”) y los recuerdos de los grandes hechos tenísticos que sucedieron allí como las 10 finales de Copa Davis entre 1914 y 1959 o todas las ediciones del Abierto de Estados Unidos entre 1915 y 1920 y entre 1924 y 1977. En la otra punta del club house del West Side Tennis (de estilo Tudor, con mucha madera por adentro y ladrillo en el exterior), en el corazón del acomodado barrio de Forest Hills y en el étnicament­e diverso distrito de Queens, se levanta ese escenario que todavía tiene la capacidad de aquel 1977: 14 mil espectador­es pueden ubicarse en sus butacas (ahora de plástico, antes de madera) aunque al tenis ya casi no se juega y los conciertos sean la atracción principal donde alguna vez tocaron hasta los mismísimos Beatles.

El club tiene 38 canchas. Las hay de cemento, de césped y de la famosa arcilla (clay) en la que ganó Vilas; y además están construyen­do un par de polvo de ladrillo. Sean Egan es un irlandés que desde 1972 es barman del West Side. Por supuesto fue testigo directo de lo que ocurrió hace 40 años. A él lo presenta Gustavo Alcayaga, un sanjuanino de 48 años que, desde que abandonó definitiva­mente su sueño de ser jugador profesiona­l, trabaja en el club; él asegura que estuvo aquel 11 de septiembre alentando a Vilas junto a su padre. “Guillermo vino hace unos años a dar una clínica para los socios; este es un club tradiciona­l en el que, por ejemplo, para jugar hay que vestir enterament­e de blanco, como

en Wimbledon”, cuenta Alcayaga. A su lado, Egan sostiene que no pudo ver aquella definición por el título pero que recuerda a “un Vilas excitado y a un Connors enojado” cuando regresaron al club house para ducharse en los vestuarios que se mantienen casi como en aquellos tiempos.

En el estadio en el que estaban armadas tres canchas, que está diseñado en forma de herradura y que en la parte sin tribuna se levantaba una carpa para las autoridade­s y los invitados especiales, también había vestuarios que hoy se transforma­ron en VIPs para las empresas. En uno de ellos hay raquetas y copas de vieja data. Y por ahí, colgado de una pared, un póster con el festejo inmortal del zurdo más diestro.

El espíritu de Vilas todavía vive en Forest Hills. Y se lo puede sentir en cada rincón de esa atmósfera única.

 ??  ?? Herradura. El estadio donde hoy a más conciertos que partidos de tenis.
Herradura. El estadio donde hoy a más conciertos que partidos de tenis.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina