Denis se hizo cargo del penal y Lanús festejó ante el Rojo
El ex Independiente lo metió en el último minuto, luego de un pique de Acosta. El Grana venía de tres derrotas en fila.
De tener tres tiros de esquina a favor a quedar expuesto a un contragolpe letal que terminó en el penal de Martín Campaña a Lautaro Acosta, aquel que lo llevó a la derrota en el último minuto. Para colmo de males, fue Germán Denis el hombre que agarró la pelota, le rompió el arco a Independiente y cumplió la Ley del Ex. Lanús se quedó así con un premio demasiado grande en un partido poco emotivo, jugado con equipos alternativos, ya que ambos están pensando en sus respectivos sueños coperos.
La noche en el Libertadores de América estuvo tibia, como si el electrizante partido del martes contra Atlético Tucumán le hubiera consumido todas las energías al equipo de Ariel Holan. Y ese clima apagado también se tanteaba en las tribunas, contaminadas de un ambiente picado por la disputa de la barra brava con la Policía. Hasta la salida al campo de juego fue tranquila. Los jugadores del Rojo -anoche vestidos de blanco- se asomaron por el túnel y los aplausos tardaron un rato en llegar.
Lanús también estuvo desenchufado. El golpe que recibió en el Nuevo Gasómetro, por la Libertadores, lo dejó preocupado al conjunto de Almirón. Y en ese contexto de equipos sin luces altas encendidas, el juego careció de chispazos. Eso sí, la prolijidad jamás se perdió sobre el césped de Avellaneda. Locales y visitantes aplicaron su manual a reglamento. Más allá del cambio de intérpretes, la idea se mantiene innegociable. De hecho, ambos entrenadores mantuvieron sus esquemas tácticos preferidos.
Sin embargo, la primera parte arrancó más bostezos que arengas. Le faltó una marcha más a la velocidad del partido. Todo transcurría en cámara lenta. Y los arcos estaban de más. La zona caliente estuvo de tres cuartos a tres cuartos, sin pisar prácticamente las áreas. Denis y Leandro Fernández, las referencias de ataque de cada uno, no entraron en acción y debían retroceder para conectar.
Buenos pases, pocas imprecisiones, intentos de salida siempre desde el fondo por abajo... Todo estéticamente lindo, pero sin sorpresas ni emociones. En el círculo central, donde se ganan las batallas entre dos equipos parecidos, tampoco había una supremacía de uno sobre otro. Lo único que levantaba algunos suspiros eran las salidas al limite del error del arquero-líbero Fernando Monetti, quien jamás piensa en reventarla aunque se vea acorralado. Almirón en estado puro. Pero estuvo seguro en lo suyo el Mono. Le tapó el gol a Alan Franco, que metió un cabezazo picante tras un córner desde la derecha. Y en el segundo tiempo, se lució ante Nicolás Tagliafico, que tampoco pudo vulnerar al número uno granate en el juego aéreo.
Los cambios de Holan en el entretiempo le inyectaron una dosis de adrenalina con los ingresos de Juan Manuel Martínez por Ezequiel Barco, quien parece haber entrado en una meseta futbolística hace algunos partidos, y de Fabricio Bustos por Domingo Blanco (no había hecho demasiado). Así, Jonás Gutiérrez pasó del lateral derecho (Bustos ocupó ese lugar) al doble cinco junto al Torito Rodríguez y Walter Erviti abandonó el círculo central para adelantarse y ubicarse detrás de Leandro Fernández, una posición en la que es mucho más útil el ex futbolista Banfield.
Y a pesar de que Almirón también movió sus fichas en consecuencia, dos minutos después (adentro Román Martínez por Maxi Velázquez y Nicolás Pasquini por Marcelino Moreno), Independiente comenzó a inclinar la cancha de modo inevitable.
Sin embargo, el Diablo no metió la cola y el Granate pegó el golpe en el final, cuando menos lo merecía.