El cabezazo de Senesi le dio más alegría a San Lorenzo
Con mayoría de suplentes, dejó en el fondo a un Arsenal sin gol.
El gol de Marcos Senesi -su primero como jugador de San Lorenzo- se grita con fuerza en el Nuevo Gasómetro. Sin embargo, todas esas gargantas azulgranas se esfuerzan un poco más cuando el canto toma otra dirección y otro destinatario. “Queremos la Copa”, se entona en forma de pedido en el Bajo Flores, mientras se esfuman los últimos segundos del partido ante Arsenal. La
Copa, claro, es la Libertadores, esa obsesión que sigue sobrevolando Boedo más allá de la conquista de 2014.
No hay duda: la cabeza de San Lorenzo está puesta en el torneo continental. Sin embargo, mientras se espera por la revancha del jueves ante Lanús por los cuartos de final, el equipo de Diego Aguirre se dio un pequeño gusto: con una formación alternativa, San Lorenzo les ganó a los de Sarandí y, de a poco, comienza a dejar atrás esos días turbulentos en los que hasta la continuidad del entrenador era incierta.
Que los tres puntos se hayan quedado en el Nuevo Gasómetro no ocultan una verdad: ayer San Lorenzo no jugó bien. Aguirre dejó descansar a los futbolistas que hace unos días vencieron a Lanús y decidió darles rodaje a otros que hasta ahora no venían sumando muchos minutos. Improvisó el uruguayo, y esa falta de práctica entre las diferentes piezas hizo que, en el primer tiempo, toda la estructura tambaleara. Es que el desorden fue el denominador común de los azulgranas en esa etapa inicial, especialmente en la defensa. Con Alexis Castro como improvisado lateral izquierdo, al local lo complicó un solo jugador: Rodrigo Contreras. El delantero -cuyo pase pertenece a San Lorenzo y está a préstamo en Sarandífue el que mejor entendió cómo jugar
ante una defensa sin conocimiento: con movilidad, nunca le dio referencias a la última línea rival, que entonces dejó espacios libres. Pero entre los errores en la definición del visitante y los reflejos de Torrico el cero en el arco de enfrente no se movió. El desacople local no sólo fue propiedad de la defensa. En el mediocampo, también, la desorganización se hizo habitual. La pausa de Romagnoli -titular tras un año y medio- contrastó con el atolondrado Conechny, que no supo aprovechar su velocidad, mientras que Quignón -otro de los hábiles con el balónnunca pudo entrar en juego. Lo del
Pipi fue lo único rescatable de San Lo-
renzo en el arranque: parado a espaldas del doble cinco de Arsenal, el diez no se quedó quieto y buscó los espacios libres que dejaba el mediocampo rival, aunque nunca terminó de hacer la diferencia.
El partido era cuesta arriba para San Lorenzo. Pero en el segundo tiempo el local acercó sus líneas, cambió la actitud y se hizo dueño del encuentro. De a poco, Quignón comenzó a hacerse eje del equipo, bien apoyado por Piris da Motta. En el fondo, la defensa se afianzó y Contreras dejó de ser un problema. El ingreso de Botta por Conechny también supuso una mejoría, ya que el ex Tigre le dio la pausa que el equipo necesitaba. Entonces, esas chances de gol que no habían aparecido en el primer tiempo para San Lorenzo comenzaron a multiplicarse. Primero, con un cabezazo de Senesi por encima del travesaño. Luego, con un gran pase de Quignón, que dejó a Reniero mano a mano con Santillo, pero el joven delantero tardó en definir. Y, también, con una volea de Zalazar que pegó en el lado externo de la red.
Con más actitud que fútbol parecía que se lo iba a llevar el Ciclón. Y así finalmente fue, en una jugada que tuvo
de todo. La pelota se había ido al córner, pero de repente un perro ingresó al campo a jugar con el balón. El tiro de esquina tardó en efectuarse. Casualidad o no, la defensa de los de Sarandí falló, y el centro de Alexis Castro encontró en soledad a Senesi, que ni siquiera tuvo que saltar para el 1-0.
Lejos de sufrir las embestidas de su adversario en busca del empate, San Lorenzo jugó tranquilo los últimos minutos. Arsenal ni siquiera inquietó a Torrico. En Boedo lo tienen claro: este jueves, frente a Lanús, difícilmente suceda lo mismo.