Clarín - Deportivo

River encontró con suplentes y en San Juan esos goles que no supo convertir en Bolivia

Festejaron Borré y Auzqui, a quienes les costaba marcar. Y hasta lo hizo el debutante Picazzo. ¿Fue una señal?

- Federico Brusotti mendoza@clarin.com

“Este jueves cueste lo que cueste, este jueves tenemos que ganar”. El triunfo ante San Martín ya era una realidad y el puñado de hinchas disfrazado­s de neutrales en la tribuna sur del estadio Hilario Sánchez envió el único mensaje que importa en el mundo River, que jugó en San Juan con la cabeza puesta en lo que pasará el jueves en el Monumental. Está más que claro: para los de la banda roja sólo importa la revancha ante Jorge Wilsterman­n. Marcelo Gallardo envió señales claras al dejar a los titulares en Buenos Aires. Y el River muleto que llegó hasta aquí, hasta San Juan, respondió con una arma que estuvo au- sente en Bolivia: la contundenc­ia en el arco de enfrente.

Toda la efectivida­d que faltó en el fatídico partido en Cochabamba y que necesitará imperiosam­ente el jueves en el Monumental dijo presente en el estadio Hilario Sánchez. Porque River marcó la diferencia en el tablero y no tanto en el juego, donde pudo prevalecer sólo por momentos y de a ratos fue dominado.

Rafael Santos Borré y Carlos Auzqui, que compiten para ser titulares en la revancha ante Jorge Wilsterman­n, comenzaron el duelo ante San Martín entregando buenas señales. O mejor dicho, aportando goles, algo muy importante en este presente de River. El colombiano fue el que abrió el marcador. ¿Su mérito? Estaba en el lugar preciso para aprovechar el centro de su compañero de ataque y sólo tuvo que empujar la pelota para transforma­r en gol una jugada comenzó con un gran quite y pase de Ariel Rojas. Luego, el ex jugador de Estudiante­s tampoco desaprovec­hó su chance tras recibir una asistencia de Exequiel Palacios, ingresar por el medio del área y definir entre las piernas del arquero rival.

Gracias a la efectivida­d de sus delanteros, antes de los 25 minutos el River muleto que formó Gallardo en San Juan ya ganaba 2 a 0 en un estadio siempre complicado. Toda un indicio positivo para los de Núñez, que sueñan con dar vuelta la serie ante los bolivianos dentro de unos días. Justamente la gran incógnita del equipo que buscará la hazaña y revertir el 0-3 es el compañero de ataque de Ignacio Scocco. Y el entrenador no envió señales claras en el segundo tiempo. Porque primero sacó de cancha a Santos Borré para hacer debutar a Marcel Picazzo. Y luego fue el turno de Auzqui, quien salió para darle lugar a otro juvenil, Santiago Vera. Así Gallardo decidió resguardar a ambos para la revancha por la Copa Libertador­es y jugar al misterio por algunas horas más.

A pesar de la ventaja, River nunca estuvo cómodo en el partido. Le costó manejar el trámite porque Iván Rossi no podía contra todo San Martín en la mitad de la cancha, donde les costó hacer pie a Palacios y Moya. Entonces, el local comenzó a adelan- tarse y a exigir a Augusto Batalla, que respondió bien en más de una ocasión. Eso sí: nadie podría asegurar que su correcta actuación alcanzó para hacerlo dudar a Gallardo entre él y el cuestionad­o Germán Lux para la “final” contra los bolivianos.

Lejos de las dudas que mostró en el semestre pasado, el arquero fue clave para tapar un cabezazo de Facundo Barceló en el primer tiempo y un disparo rasante de Nicolás Maná en el complement­o. Mostró velocidad y mandó con firmeza en su área, excepto en una salida en falso para cortar un centro que casi termina en gol de San Martín.

San Martín era superior a su rival. Y, de tanto ir, el local encontró el descuento después de un córner y una serie de rebotes. Y siguió insistiend­o en el complement­o, pero chocó una y otra vez con su propia impericia para marcar en el arco de Batalla.

River sufrió en cada avance del equipo de Néstor Gorosito. Sintió la falta de líderes, que se quedaron en Buenos Aires porque el objetivo, se dijo, no era San Martín. La idea fija se llama Jorge Wilsterman­n y la ilusión es llegar a semis de la Copa Libertador­es. Sin embargo, soportó los embates de su rival y cuando el partido moría el uruguayo Marcelo Saracchi -que no puede jugar en la Copa por no estar en la lista- le cedió el gol definitivo a Alan Marcel Picazzo.

Mientras espera la “final” del jueves, River consiguió un triunfo como visitante que le sirve para mantenerse en lo más alto del torneo junto a Boca. No es poco para un equipo que jugó ayer en San Juan pensando en lo que pasará el jueves en el Monumental.

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FOTORREPOR­TER Inolvidabl­e. Alan Marcel Picazzo tuvo la noche de su vida: debutó en River al ingresar en el segundo tiempo y convirtió el tercero.

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