Temperley lo golpeó y Grondona anticipó cambios en Arsenal
Se lo notó tranquilo a Humberto Grondona pese a la derrota por 1-0 de Arsenal ante Temperley. “No es una situación para alarmarse, pero creo que es el momento de hacer algunos
cambios”, dijo el DT. Y trató de sonreír. Pero no hay alegrías posibles en Sarandí: con 4 caídas en forma consecutivas, es el peor arranque en Primera en la historia del club. “No nos puede pasar los que nos pasó en el torneo pasado, cuando perdimos 5 partidos seguidos. Nos está costando hacer goles hasta en las prácticas”, se sinceró el entrenador. Tanto Arsenal como Temperley
tienen similares puntos de partida: con poco presupuesto, se arreglan con lo que tienen. Y a eso se le suman el ingenio para contratar refuerzos de segundo o tercer orden, y las manos de los entrenadores para elegir una idea y trabajarla. Ahí empezó a ganar Temperley ayer en Sarandí: mientras los de Gustavo Alvarez tienen claro a qué juegan, los de Grondona están buscando una identidad.
Está afianzado Temperley y juega lindo. Le falta poder de fuego y jerarquía, es cierto. Pero tiene movimientos ofensivos efectivos. No intenta salir jugando siempre, aunque manda a los laterales al ataque permanentemente. Di Ciancio se mueve como volante tapón y los interiores son el cerebral Di Lorenzo y el criterioso Villasanti, de físico y de correr similares al del ex River Lucho González. Dos puntas abiertos y verticales, y un atacante de área, Ramiro Costa. En el primer tiempo, el Gasolero fue muy superior. Recién a los 39 minutos se pudo poner en ventaja: Costa aprovechó un mal retroceso defensivo de Arsenal y convirtió con un remate certero pisando el área.
Movió el banco Grondona y el equipo mejoró un poco. El rival se cansó y Alvarez se demoró en refrescar el mediocampo: dejó crecer a los locales. Sin ideas y con actitud, Arsenal inquietó. Primero, Josué Ayala le ahogó el grito a Leonardo Rolón por un disparo potente desde afuera. Después, Rodrigo Contreras pifió una definición dentro del área chica cuando Ayala tenía poco por hacer. Y en los minutos finales, Gastón Aguirre se cansó de despejar pelotas aéreas.
No hubo misterios en Sarandí: la idea clara de Temperley se impuso a un desconcertado Arsenal. w