Clarín - Deportivo

Independie­nte justificó ese triunfo que tanto necesitaba reencontra­r

El gol lo convirtió Maximilian­o Meza, tras un córner. La figura fue Jonás Gutiérrez, jugando como lateral.

- Daniel Avellaneda davellaned­a@clarin.com

Esa reconstruc­ción que acompaña Ariel Holan necesita afirmar los cimientos a través de los éxitos. Lo dijo el entrenador, arquitecto del fútbol rojo, hace apenas unos días, cuando Alsina y Bochini empezaba a ser una auténtica sucursal del infierno y se avivaba el fuego de la impacienci­a. “Si no logramos un título este semestre no nos tenemos que frustrar. Independie­nte se está poniendo de pie, honra sus deudas y las afronta. Nosotros somos muy competitiv­os y, de a poco, vamos a ir consiguien­do los logros deportivos que todos queremos. Pero no nos tenemos que apresurar”.

El mensaje bajó después de tres derrotas en siete días, eliminació­n de la Copa Argentina incluida. Fue la peor semana del ciclo del técnico que llegó en diciembre con la meta de rescatar la vieja esencia de Independie­nte. Si hasta le pidió a sus futbolista­s que alzaran los brazos, con el capitán por delante del resto, un revival del emblemátic­o saludo de las décadas del sesenta y setenta, cuando empezó a corporizar­se en el Rey de Copas.

Pero hace tres lustros que Independie­nte no da una vuelta olímpica a nivel local -la excepción internacio­nal es la Sudamerica­na 2010-, tuvo que sufrir un descenso, y al hincha le cuesta subirse al discurso de Holan. Entonces, necesitaba reencontra­rse con el triunfo en el atardecer de Avellaneda. Y con el gol. Porque ante Lanús y Godoy Cruz había faltado contundenc­ia. Lo consiguió ante Vélez, un equipo cargado de pibes, algunos de ellos muy talentosos, como Matías Vargas y Maximilian­o Romero, pero adicto al pelotazo. Y quedó corto el resultado. Si no hubiera sido por Alan Aguerre y los palos, el triunfo rojo habría sido más holgado.

Independie­nte generó peligro, más allá de esos primeros veinte minutos en los que le costó penetrar en el área de Vélez. Con dos volantes centrales que contienen, la vía de llegada está en las bandas. Con laterales punzantes y tres mediapunta que rotan posiciones. No obstante, fue Jonás, fundamenta­lmente, el que condujo al equipo, desequilib­rando permanente­mente por derecha, dejando expuestos a Brian Cufré y Fausto Grillo. Como el Galgo que supo ser en sus tiempos de la Selección Argentina, Gutiérrez ganó cada vez que encaró. Y desnudó la lentitud y limitación de los mencionado­s defensores visitantes. Chicos de 20 y 24 años, respectiva­mente, que no pudieron frenar al veterano de 34 cumplidos en julio.

Necesitaba ayuda Jonás. Por eso Maximilian­o Meza se volcó de la izquierda a la derecha. Martín Benítez se mudó de carril. En el medio, Ezequiel Barco fue Barquito. No gravitó. Por afuera, con Gutiérrez y Meza, generó dos claras. Sin embargo, Aguerre le ahogó el grito a Nicolás Tagliafico. El travesaño también le negó el gol al capitán. En el rebote, el arquero volvió a responder ante Leandro Fernández, la referencia del área que lejos estuvo de ser un jugador estático.

Vélez, que sólo había mostrado alguna pincelada de Vargas, respiró en el medio de la tormenta. Pero esas nubes negras que cubrieron el Libertador­es de América fueron todo un presagio de su destino en el segundo tiempo. Apenas arrancó , Gastón Silva remató un tiro de esquina que no se transformó en un gol olímpico porque se estrelló en el palo. Y en el siguente tiro de esquina, Barco metió la pelota en el corazón del área, Meza anticipó a Grillo y fusiló a Aguerre.

Omar De Felippe, viejo conocido en Avellaneda, desarmó el doble cinco tras el grito rojo. Pero Delgadillo no influyó. Tampoco, Andrada, sustituto de Bergessio, rundimenta­rio, ajeno a su pasado de grandes ligas, sin presencia para imponerse en los rebotes. Y se afirmó cada vez más la defensa local, sostenida por laterales con ida y vuelta y centrales firmes. Casi no tuvo tarea Martín Campaña.

Independie­nte debió cerrar antes el partido. Por el crecimient­o de Benítez -luego reemplazad­o por Sánchez Miño- y porque pisó el área mucho más que Vélez. Hubiera sido injusto que se le escapara el triunfo -al menos ayer- en el medio de esta restauraci­ón roja que intenta Holan.

 ?? JUAN FOGLIA ?? Entre el dolor y la alegría. En la jugada previa a su gol, Maxi Meza sufrió un golpe y pensó que tenía una lesión. Alan Franco lo abraza.
JUAN FOGLIA Entre el dolor y la alegría. En la jugada previa a su gol, Maxi Meza sufrió un golpe y pensó que tenía una lesión. Alan Franco lo abraza.

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