Clarín - Deportivo

Talleres armó una fiesta contra un River sin titulares

Fue 4-0, los dos primeros de Ramírez (foto). Torres, cedido por Boca, clavó el 3°. Debutó Nahuel Gallardo, hijo del DT.

- Ramón Gómez cordoba@clarin.com

La diferencia terminó siendo muy marcada: el River que se presentó anoche en Córdoba muy poco tiene que ver con ese que espera por la semifinal de vuelta de la Copa Libertador­es ante Lanús, pasado mañana. Ni los juveniles, que poco a poco comienzan a mostrar sus armas en Primera, ni los más experiment­ados , esos que gozan de menos minutos con la banda roja, pudieron hacerle frente a un Talleres que contó con tolleres da la efectivida­d que no había tenido a lo largo del torneo.

Se presumía de antemano: con la versión muletto de River, Talleres iba a ser quien asumiría el protagonis­mo. Y así fue. Aprovechan­do la velocidad de Palacios por un lado y Rojas por el otro, el local le dio rienda suelta a su juego y puso en aprietos a los juveniles de River. Fue eléctrico Ta- en ese inicio. Pero su predominio quedó en los costados y no por el centro. Hubo mérito de Gallardo en este sentido. Los de Núñez perdieron en los extremos pero ganaron en el mano a mano ante Emanuel Reynoso, el futbolista más talentoso de los cordobeses, que pasó inadvertid­o.

Se dijo: Talleres mostró más determinac­ión en el comienzo. Sin embargo, con el paso de los minutos, River empezó a hacer pie. Apoyado en la desfachate­z de De La Cruz, el visitante aguantó el vendaval de la T, que tuvo un dominio territoria­l que no se tradujo en llegadas. Y River, sin proponérse­lo, tuvo su oportunida­d en los pies de Barboza, pero su zurdazo encontró la resistenci­a de Herrera.

El trámite, en definitiva, era parejo. Sobre el final del primer tiempo Talleres pudo vencer al maleficio que está teniendo inclusive desde antes del arranque de este torneo: el de la falta de efectivida­d. Y en esto mucho tuvo que ver Joao Rojas. Picante, el delantero fue de los que más complicaro­n a la defensa de River, aunque a veces pecó de egoísta. Sin embargo, en una de las ocasiones en la que le cedió la pelota a un compañero, la jugada terminó en gol. Su pase, al cabo, fue a parar a Juan Ramírez, que con un fuerte zurdazo -y ayudado por la floja respuesta de Batalla- le dio la ventaja a los de Kudelka.

River ensayó un intento de recuperaci­ón. Como todo equipo que no tiene tanto rodaje, le costó muchísimo acercarse al arco rival. Del otro lado, Talleres fue más inteligent­e: con la certeza de que los espacios iban a aparecer, el local se replegó para luego lastimar con la velocidad de sus delanteros. A eso, además, le sumó otra virtud: el buen trato del balón. Combinando estas dos cosas llegó el segundo gol. La prolija salida desde el fondo empezó en Herrera, para luego pasar por Olaza, Rojas y terminar en Ramírez, y así dibujar un verdadero golazo. El 2-0 fue como un golpe de nocaut para River, que lejos de reaccionar se terminó de derrumbar. Aún con más espacios que antes y con el desconcier­to del rival, Talleres golpeó dos veces más: primero con una gran definición de Torres y luego con un penal de Olaza, para así darle forma a una goleada histórica, más allá de que en River hayan jugado juveniles y, también, para convertirs­e en uno de los escoltas del líder Boca.

El choque copero ante Lanús está en la cabeza de Gallardo, quedó claro. Pero sería un error del Muñeco no detenerse a analizar lo que pasó ayer en Córdoba, para que las diferencia­s entre titulares y suplentes no sean tan acentuadas.

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 ?? DANIEL CÁCERES ?? El más lindo de los goles. Ramírez ya tocó de izquierda, para concluir una jugada que nació en los pies del arquero Herrera y de la que participar­on Olaza y Rojas.
DANIEL CÁCERES El más lindo de los goles. Ramírez ya tocó de izquierda, para concluir una jugada que nació en los pies del arquero Herrera y de la que participar­on Olaza y Rojas.

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